miércoles, 31 de diciembre de 2008

EL DÍA MÁS NEGRO

¿LA “LEPROSERÍA” SE SUICIDA?

Este 31 de diciembre de 2008, pasará a los pequeños anales de mi historia personal como un día remarcado en negro, día del triunfo de la iniquidad y el capricho. Los peores augurios se han cumplido, y algunas de las mejores trabajadoras aquí (mi querida Paz, que se despidió de mi con lágrimas en los ojos, Begoña, Mónica, Estela), a las que hay que unir al cocinero Benito, y al portero Luis, fueron, sucesivamente llamados al despacho de la señora directora, Dña. Aurelia García, y allí les fue comunicaba la disparatada decisión de que sus contratos NO serían renovados. Voy a ahorrarme la lista de improperios que me provoca proferir, pero la situación aquí, privado, ya definitivamente de la compañía de quienes considero forman parte ya, de mi más estrecho círculo de amistades, oscila entre lo patético y lo deplorable.
No quiero dar pistas sobre mi futuro proceder (se que este blog, debido a una “imprudencia” mía, se encuentra ya bajo la atenta vigilancia de Doña Aurelia, y sus secuaces) pero intentaré que este monumental “atropello”, no se quede así, y que Doña Aurelia, no “se vaya de rositas”, una vez más.
Una de las cosas que más lamento es la "cobarde" actitud de la dirección, pues todo esto viene de una represalia ("casualmente" las nuevas cesantes-mis amigas-eran las abajo-firmantes de un escrito que, dirigido inutilmente al Principado, denunciaba una serie de irregularidades en la gestión de este ya agonizante centro).

sábado, 20 de diciembre de 2008

OPORTUNISMO Y DEMAGOGIA


A Horrach, y a mi compañero de colegio, Ignacio Prendes, ellos saben por qué (1).



O LA NECESIDAD DE RESPETAR EL ESTADO DE DERECHO, SIEMPRE; Y EL PELIGRO DE LOS ATAJOS



Rosa Díez, lo reconozco, no puedo con esta mujer, es la portavoz de un pequeño y simpático partido que, teniendo un gran futuro o no (no soy “vidente” ni “pitoniso”) se empeña en “coger atajos” hacia el éxito.
Pretender que el legislativo ilegalice un partido (por deplorable que éste nos pueda parecer), aunque esté “muy bien visto” por la mayoría de la ciudadanía, y en este caso creo que lo está, supone poner en peligro los fundamentos mismos del estado de derecho y, por tanto, de nuestra misma democracia. Pero ¿qué fue de Montesquieu, y aquello de la división de poderes?
El atajo y las prisas pueden ser más contraproducentes que otra cosa, amén que “igualarnos en métodos con los enemigos de la democracia, nos descalifica como demócratas”
Si empleamos sus mismos métodos, con qué autoridad moral, vamos a exigir a los terroristas y adláteres, que respeten la democracia. ¿No tenemos en los “Guantánamos” de Bush, suficiente escarmiento al error?
Pues bien, la pizpireta diputada Rosa Díez presentó el pasado 16 de diciembre una moción en el congreso destinada a disolver los ayuntamientos regidos por la organización “filo-etarra” ANV.
Considero esta moción que, sólo apoyada por el PP, no prosperó, un intento bastante grave de subvertir la división de poderes en que se fundamenta nuestro estado de derecho. Con esta pretendida “chapuza”, la señora Díez podría haber puesto en peligro, de haber tenido éxito, los fundamentos mismos de nuestra democracia.
Partidario como soy de la absoluta libertad de expresión, creo que cada cual es muy libre de decir las insensateces que le parezcan oportunas, pero no de “dar armas” a los enemigos de la misma democracia a la que se dice defender.
Porque si anulamos la división de poderes, la “dialéctica por la cual la legitimidad del ejecutivo proviene siempre del legislativo y está siempre supeditada al judicial”, nos encontraríamos, de golpe y porrazo inmersos en el caos (vamos, lo que quieren, precisamente, los enemigos de la democracia, a los que pretendemos combatir).
Por eso, me alegro que la demagógica y oportunista moción presentada por la Señora Díez, el pasado 16 de diciembre decayese, no sin antes ser sometida a un rico debate, porque los problemas complejos nunca pueden tener soluciones simples.

(1).- Mi amigo “virtual” el filósofo mallorquín Juan Antonio Horrach (http://horrach.blogspot.com/) es militante de UPyD, y mi antiguo compañero de colegio el abogado Ignacio Prendes es portavoz de UPyD en Asturias.

jueves, 18 de diciembre de 2008

SANTA KLAUS NO ES DEL ATLÉTICO DE MADRID


Al Futuro Bloggero, compañero de “sufrimientos” futbolísticos.

No, me niego, ese gordo ridículo no tiene nada que ver con nuestro Atlético de Madrid. No he visto, no puede ser, a nuestra máxima estrella actual, el “Kum” Agüero, tratando de imitar patéticamente a ese “gordo palizas”. No puede ser. Sin duda es una alucinación ¿me habrán echado algún psicotrópico a la comida? Sólo eso podría explicarlo.
Los “colchoneros” somos una raza aparte. Una afición que disfruta con la agonía, y el sufrimiento que, además, raramente se ve recompensado por el triunfo final. Yo me hice del Atlético de Madrid en la final de la Copa de Europa de 1974 ¡Qué manera más gloriosa de “palmar”!, que diría el himno de Sabina (colchonero ilustre donde los haya, por cierto), ese remar y remar para que, en el último segundo de la prórroga aquel alemán de nombre impronunciable, lanzase un “pepinazo” desde “su casa”, y el balón, traidor, se colase pegadito a la base del poste, haciendo inútil la quizás deficiente estirada de Miguel Reina, y consiguiendo el empate para los “malditos alemanes”. Luego, dos días después (fue la última final de la Copa de Europa en que no se recurría a los penaltys para dirimir un empate), con varios lesionados y sancionados, nos metieron un 4-0, y se quedaron tan frescos. A los 5 minutos de aquella derrota (que tan injusta le pareció a aquel niño de 8 añitos y que sigue siendo la más gloriosa que recuerdo) yo me hice del Atlético de Madrid y juré odio eterno al fútbol alemán, para el resto de mi vida. Como estas cosas de las querencias son así de viscerales, puedo seguir diciendo que no me gusta el fútbol, pero sí el Atlético de Madrid, el que sólo me “desenganché” en la temporada 1995-96, en que “mi” Atlético se "disfrazó" de su vecino y "eterno" rival, y,olvidando su esencia dionisiaca y agonística, lo ganó todo “de calle” de la mano del dúo Gil (presidente)-Antic (entrenador), y precisamente esa manera un tanto “abusiva” de pasearse por los campos de España, me pareció en contradicción del “espíritu atlético”, indisoluble del sufimiento ¡Pero qué bien nos saben las pocas victorias que obtenemos, literalmente conseguidas con el "sudor de nuestra frente"!
No, “mi” Atlético de Madrid no puede tener nada que ver con ese gordo asqueroso, empalagoso y ridículo (Y, conste, no tengo nada contra los gordos, que siempre me “cayeron” más simpáticos que los que tendemos a la delgadez). Pero, ese invento de la coca-cola, no puede tener nada que ver con nosotros.
Nosotros somos “dionisiacos”, alternativos, diferentes. El dichoso Santa Klaus me pega más como mascota del vecino, y eterno rival, siempre tan “políticamente correcto”. Que luzca colores rojiblancos es, en realidad, un invento de la "Coca-Cola", un truco publicitario.. En todo caso, nosotros nos quedaríamos siempre con los “castizos” Reyes Magos.
He dicho.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

BUENAS NOCHES, SANDRA

A la espera de nuevos acontecimientos en la "leprosería",una nueva y, seguro, insuficiente, incursión en el relato breve. Espero, no obstante, que os guste.





A Raymond Carver






Estacionamos nuestras sillas de ruedas a la salida del ascensor. Suficientemente separadas de la puerta. No vayamos a “estorbar”. Hablamos de “lo divino y lo humano”. Solucionamos todos los grandes problemas del mundo. Mi amigo dice que es partidario de la “mano dura”. “No digo la pena de muerte, no, pero sí la cadena perpetua”. Yo, me callo por esta vez. No me gusta discutir, y menos con mi mejor amigo aquí. En broma, le llamo “Terminator”, y me callo, sonriendo para mis adentros, al imaginarme a semejante “Schwarzenegger” en silla de ruedas. Sería complicado explicar que, desde que vi “Furia”, de Fritz Lang, me asusta “saltarme” la presunción de inocencia, y la pena de muerte me parece inadmisible. Pero me callo. Amago con iniciar, con gran energía y determinación mi argumentario “abolicionista”, pero percibo los rostros cansados de mis interlocutores (y también mi propio cansancio-noto cómo, contra mi voluntad, los párpados me pesan tanto que los ojos se me van cerrando-). Abro la boca. Intento reprimir ese bostezo, pero no puedo.
Sandra sale del ascensor. Es una chica alta y delgada. Se desplaza lentamente, apoyándose en su bastón. Nadie sabe lo que le pasó. Ella tampoco. Habla poco. Como todos los parcos en palabras, me cae bien. Dicen menos tonterías, y te ahorran dolores de cabeza. Últimamente se ha empezado a reír. Con frecuencia. Me gusta ser amable con ella. Me inspira una enorme ternura. Le digo: “Buenas noches, Sandra”. Me responde, dubitativa: “Ti, buenas noches, Sandra”. Tiene los ojos grandes, Sandra. Y permanentemente asombrados. Parece una buena persona. Con sus limitadas posibilidades, intenta siempre ayudar a los demás. A su vecino Tino, por ejemplo. Con su paso vacilante y su permanente sonrisa, empuja la silla de Tino. No se entera de nada, el pobre Tino. Vive en su mundo. A veces inicia un discurso ininteligible que conduce a ninguna parte. Tiene un rostro inocente y bondadoso, Tino. El otro día lo sentaron en una silla normal, sin arnés, y se pegó un tremendo trompazo. A los dos días volvieron a hacerlo y se rompió la cadera. Dos semanas de hospital y ya está de vuelta. La casa no sería lo mismo sin él. A los pocos días, Sandra empuja otra vez la silla de Tino por la planta baja. Entran en el ascensor. Suben. Mientras, se ha formado una repentina “cola” de sillas de ruedas a la puerta del ascensor. Lo menos, cuatro o cinco. Los inválidos empiezan a dar muestras de impaciencia. La luz no se apaga. El ascensor debe estar quieto en el primer piso. De pronto se enciende el indicativo de que desciende. Los inválidos se miran aliviados, como diciendo “era hora”. Por fin, la puerta se abre. Sandra y Tino siguen en el ascensor. Sandra se ríe. Vuelve a pulsar el botón para subir. Los inválidos intercambian sonrisas cómplices, pero algunos no ocultan su impaciencia. Se repite el mismo proceso anterior. El ascensor sube. Pero vuelve a demorarse en el piso de arriba. Más tiempo si cabe. Ahora algún inválido más impaciente se ha acercado y pulsado el interruptor de llamada del bajo. El ascensor vuelve a bajar. Más miradas aliviadas. Las puertas se abren. Ahora es Tino el que está sólo en el ascensor, agarrado con todas sus fuerzas a la barandilla del fondo. Alguien llama al conserje, para “desatascar” el embrollo. De alguna manera, lo hacen. Los inválidos circulan con cierta fluidez hacia el piso de arriba. Yo soy el último en subir. Y al llegar arriba me encuentro con Sandra, recostada contra la pared, que me dice, con el rostro ilusionado de quien ha hecho un gran descubrimiento: “Buenas noches, Sandra”, mientras su risa, fresca, se expande por todo el pasillo.

lunes, 15 de diciembre de 2008

PUNTUALIZACIÓN A MI ANTERIOR ENTRADA

Quizás merezca más el calificativo de esquizofrénico que el de ciclotímico, pero:
En la anterior entrada, denunciaba una serie de hechos gravísimos para el presente y el futuro de la “leprosería”.
Pues bien, mis fuentes me dicen ahora que la mayoría de ellos, todavía no están plenamente confirmados (aún parece quedar una remota esperanza, vaya) aunque, mantienen estas mismas fuentes, siguen siendo lo más probable.
Como me gusta tener siempre un cierto rigor en mis afirmacione -aunque como diría mi buen amigo el filósofo mallorquín Horrach (http://horrach.blogspot.com) "La verdad no puede ser nunca absoluta, si no entendida siempre como problema"- me toca pediros excusas, y esperar que lo relatado en la anterior entrada no se cumpla, y quede circunscrito al ámbito de mis particulares pesadillas. Nada me gustaría más.

domingo, 14 de diciembre de 2008

¿SOBREVIVIRÁ LA "LEPROSERÍA"?

A Paz, Mónica, Begoña, Loli, Estela y todas las demás “víctimas”.

No, no es ponerse “trágico”, pero los últimos acontecimientos aquí me hacen ser más pesimista que nunca sobre el futuro de esta mi casa (la real, en ningún caso esta virtual que tantas satisfacciones me da).
Viene esto a la disparatada política de personal que lleva a cabo la dirección de este centro, basada en la arbitrariedad y el capricho, y que consiste, contra la más mínima racionalidad, en castigar a los mejores, y premiar a los más mediocres (o no tanto capricho, porque los “mejores” suelen tener la comprometida costumbre de pensar y, por tanto, cuestionarse el funcionamiento de las cosas, por lo que son siempre peligrosos para el poder establecido).
Recordareis que hace algún tiempo os contaba que la mala situación aquí me había obligado a llamar al Principado de Asturias, en busca de algún remedio, y de la un tanto decepcionante respuesta que se me dio.
A los pocos días, la señora directora me llamaba a su despacho, y me refería las continuas quejas que le estaban llegando, y que ella sabía eran por mi causa, y me “amenazaba”, si bien difusamente, con alguna represalia si seguía por ese camino.
Pues bien, luego sucedió el confuso episodio que acabó con Carmen en la calle, si bien había dos precedentes anteriores (Amina y María) aunque por lo menos en este caso de Carmen, la dirección se tomó la molestia de buscarse una excusa (si bien muy difícilmente creíble) para “librarse” de ella-el caso está ahora en los tribunales-.

Antes, la imprevista, y descorazonadora baja de la educadora Nuria, aunque parece que se marchó por “decisión propia” ante la divergencia de criterio con la dirección -todavía hay quien coloca su propia dignidad por encima de sus conveniencias, y la valiente Nuria es un caso admirable de esta “especie en extinción”-.
Y antesdeayer, la culminación de esta lamentable serie de despropósitos: la dirección le comunicaba a una serie de trabajadoras (mi entrañable Paz, la pequeña Mónica, la “guasona” Begoña, la “rubensiana” Estela, la gobernanta Loli, que “agradecía sus servicios”, pero que sus contratos espiraban el 31 de diciembre, y no entraba en los planes de la empresa, renovarlos (casualmente todas estas trabajadoras eran las “abajo firmantes” de un escrito que hace tiempo denunciaba las flagrantes irregularidades de este equipamiento) (1).
Como estoy harto y, aún reconociendo que, quizás por la inyección de dinero que ha conllevado la puesta en marcha del centro de día, las comidas (en calidad y cantidad) habían mejorado, denuncio, con la limitada publicidad que pueda tener este rincón de la bloggosfera, la incompetente y arbitraria gestión de la directora de este centro, Dña. Aurelia García, al fin y al cabo, en quien, por su cargo, cabe hacerse recaer la responsabilidad de todos estos despropósitos.
Por todo ello, me tengo que hacer la pregunta del título ¿sobrevivirá la “leprosería” a esta serie de calamidades?, o será demasiado para ella.

Las perspectivas para el año nuevo (privado de la compañía y el apoyo de algunas de las que ya considero, mis mejores amigas) oscilan pues entre lo nefasto y lo trágico.

Feliz navidad, amigos (y encima eso, que ya están aquí las dichosas fiestas otra vez).

¡Qué depresión!

(1).-Comunicación que se hacía extensible al cocinero Benito, y al portero de la tarde, Luis.

jueves, 11 de diciembre de 2008

LOS INVÁLIDOS NO SOMOS IGUALES, SOMOS SUPERIORES



A Jack London, que me descubrió al maravilloso leproso rebelde, Koolau.

A Loli, que nos mantenía la moral alta repartiendo siempre piropos (esperando su prometido regreso, porque la vida es mucho más aburrida sin ella aquí).




Quizás esta “eufórica” afirmación, se deba a un “mini-cursillo” de autoestima al que la “leprosería” asistió ayer, en el marco de unas jornadas sobre “discapacidad y vida sexual”, desarrolladas en el Hotel Abba Gijón, del que tendría que decir alguna cosa sobre su deficiente “adaptación” a las necesidades de nuestro colectivo (*).
Pero bueno, intentaré explicarme, porque este título, tal que así, podría parecer un tanto “filo-nazi”, si bien más como el reverso exacto de esta ¿ideología?: Si digo que los inválidos (sabéis cómo odio los eufemismos, y lo que me molesta la fea palabra, discapacitado) somos superiores, no es sólo por uno de mis habituales ataques de “egocentricidad”, si no porque estimo que lo que diferencia al género humano del resto del mundo animal es el raciocinio, y, desde este punto de vista, nadie es más humano que un inválido, discapacitado, o como se nos quiera llamar: mermadas como tenemos las facultades físicas, tenemos que suplirlas con nuestro ingenio, nuestra inteligencia y nuestra imaginación (algo, por cierto, especialmente válido, si lo referimos al terreno de la sexualidad, precisamente, ya que a este tema estaban referidas las jornadas en cuestión).
En casi 16 años de pertenencia a este colectivo (mi accidente, como quizás muchos ya sabéis, ocurrió en febrero de 1993) he aprendido muchas cosas: no sólo que la vida no se acaba por estar “atado” a una silla de ruedas, que es obvio, si no que nuestras posibilidades son prácticamente infinitas, y más para quien, como yo, siempre detestó (o no se interesó en absoluto) el deporte y la actividad física (el único deporte que me interesaba lejanamente era el baloncesto-asociaba el recurrente sueño de “gravitar” por los aires, a efectuar un “mate” en una canasta a 3´05 m. de altura, y mis posibilidades reales de hacerlo son las mismas desde la silla de ruedas, que hace casi 16 años, cuando caminaba: NINGUNA-).
Sí, desde la silla de ruedas (a veces me parece que ya forma parte indisoluble de mi cuerpo) puedo hacer prácticamente cualquier cosa, y más con los avances técnicos del mundo actual (ordenadores, informática en general) que me permiten hacer una de las cosas en las que hayo más placer: escribir, y difundirlo, concretamente, a través de este blog.
Como todo, en nosotros, lo tenemos que hacer empleando esa herramienta sublime que en la tierra sólo posee (desarrollada convenientemente) nuestra especie, que es el "cerebro razonador", por eso nos considero (a los inválidos) una “raza superior”, los más humanos entre los humanos, y estoy orgulloso de pertenecer a ella, porque no, no somos iguales: a pesar de las apariencias, somos mejores porque representamos lo mejor de la humanidad (la más ingeniosa, la que tiene un sentido crítico más desarrollado, en suma, la mejor). Y no, a pesar de las apariencias, no he bebido, aunque mi discurso se haya dejado embriagar por una poco explicable euforia a medida que iba desarrollando esta entrada.
Además somos más guapos. Los diferentes, los “leprosos” (en el sentido que, conocéis, le he querido dar a esta palabra, desde la puesta en marcha de este rincón de la bloggosfera) siempre me han parecido más atractivos, incluso físicamente, que los modelos de belleza (vulgares, estereotipados) que nos impone nuestra sociedad.
Por todo ello, y a pesar de que la opinión mayoritaria en mi colectivo es que "todos somos iguales", yo mantengo, más bien el enunciado que da título a esta entrada: "Los inválidos no somos iguales, somos superiores".
No estaría de más, establecer un día del "orgullo inválido", tal como existe un día del "orgullo gay", otro colectivo de "diferentes" que ha tenido (y tiene) que soportar todo tipo de persecuciones y atropellos, por el mero hecho de no ajustarse al patrón mayoritario establecido.





(*).- El hotel Abba, donde se desarrollaron estas jornadas, tiene sólo unos 4 o 5 años de antigüedad, pero presenta inconcebibles defectos en cuanto a su accesibilidad (ascensores demasiado pequeños, baños aparentemente accesibles, pero que no cumplen las normas, etc...).

lunes, 1 de diciembre de 2008

POSTAL DE NAVIDAD (1)

El fuego del hogar quema los recuerdos del año. Obligatorio ser feliz por unos días, para una vez cumplimentado el rito, continuar con el transcurrir de la vida. Pasa la navidad (con su carga de felicidad efímera impostada) y la vida sigue con las mismas tragedias y alegrías de siempre: Melancolía.





(1).- Esto es un encargo: un texto para una tarjeta navideña, que hemos realizado los habitantes de la "leprosería". Conoceis mi fobia a la navidad, y el escepticismo que es máxima de mi pensamiento, pero Noelia, dada mi ineptitud para las manualidades, me encargó un texto para la postal y, como mi cerebro tampoco da más de si, el resultado es este.

sábado, 29 de noviembre de 2008

ESTAMBUL


Bueno, un descanso a los retratos de la “leprosería”, y a otras obsesiones menos confesables, de las que he decidido, por el bienestar de mi propia salud mental, intentar olvidarme.



Pretendo retomar el propósito inicial de este blog, un rincón destinado a publicar mis "pobres" y, soy consciente, insuficientes "coqueteos" literarios.


Estoy fumando mientras conduzco, contraviniendo todas las normas de la Dirección General de Tráfico. A mi lado ella, tan deseable como siempre, me susurra con su voz grave: “Pásamelo”, y su mirada implorante me desarma, como siempre. Como siempre sus deseos son órdenes para mí. Soy un cobarde, y no le puedo negar nada a esta mujer. Me aterrorizaría perderla. Morena, pelo corto, su belleza es arrasadora. Duele mirarla, de tan resplandeciente. Como un esclavo siempre complazco hasta sus más mínimos deseos. Pienso que me importa un bledo la DGS, y sus “pesadísimas” recomendaciones. Me siento transgresor por un momento, y conduzco, por un breve instante, con una mano mientras con la otra deposito suavemente el cigarrillo entre sus labios entreabiertos. Por el rabillo del ojo, percibo su gesto de placer al realizar la primera y lenta calada. “La deseo como nunca he deseado a nadie”, me digo. Con cada mujer que ha pasado por mi vida me he repetido esta hipérbole, tan falsa, como cierta para ese mismo momento.
El coche se desplaza a moderada velocidad por una ciudad de piedras “venerables” que a mi me parece, ¿Estambul?
La Santa Sofía que contemplo a la otra orilla del Bósforo es inmensa y reluciente. Sin embargo, al acercarme, parece gris y triste, como si, de repente, la hubiese cubierto una pátina de suciedad.
El propio Bósforo, hace unos instantes tan luminoso, se ha cubierto por una densa capa de nubes. Incluso parece amenazar lluvia, y el ambiente se ha tornado denso, irrespirable.
De pronto, suena un trueno y afuera el aguacero repica como un tambor a rebato. Me acurruco entre las sábanas frías abrazando el fantasma de su cuerpo que tirita, no se si de miedo o de frío, pero es cálido y suave, y huele bien, a perfume de mujer.
Retumba otro trueno, y me despierto, sudoroso y agitado. Y, como me temía, ni rastro de la hermosa morena de pelo corto, que ha vuelto a desaparecer, como por ensalmo. Mierda de vida...

jueves, 27 de noviembre de 2008

NADA ES ETERNO, VUELVEN LOS "PROBLEMAS"

LOS EXPERIMENTOS, CON GASEOSA



Pues si, yo debo ser algo “gafe”. Dedicaba la anterior entrada al “retrato” de nuestro entrañable Mino. Pues bien, por la tarde, Minín se cayó de una silla del comedor y se rompió una cadera.
Yo no estaba presente cuando sucedió el desgraciado accidente, pero no puedo dejar de preguntarme ¿qué “mente privilegiada” autorizó sentar a este hombre en una silla corriente quitándole para ello el “arnés” (que si lo lleva será por algo)?.
El caso es que Belarmino, me temo, tendrá que pasarse una larga temporada en el hospital. Y eso, nada más llegar aquí.
Las cosas, en general, habían mejorado algo por aquí con la apertura del “centro de día”, pero errores como este empañan cualquier mejora, y matizan muy mucho el optimismo que manifestaba en alguna entrada anterior.
Porque como dice la sabiduría popular: “Los experimentos, con gaseosa”

jueves, 13 de noviembre de 2008

EL "CENTRO DE DÍA"

Parece que, por fin, debe haber llegado “juliembre”, el mítico mes que siempre menciona la auxiliar Begoña como el del inicio de las promesas nunca cumplidas. Una de ellas, reiteradamente pospuesta, era esta: la puesta en marcha de un “centro de día” al que acuden una serie de compañeros que llegan aquí a las 10 de la mañana, comen con nosotros y se marchan a las 5 de la tarde. Esta innovación ha supuesto la contratación de Noelia, una guapísima educadora extremeña (a mi me recuerda a mi amiga Emi hace unos años, cuando la conocí, y os juro que estoy tratando de olvidar esa obsesión) que viene a sustituir definitivamente a nuestra querida Nuria (y que Noelia sea espectacularmente guapa no nos va a hacer olvidarla, conste).
Además, la puesta en marcha del “centro de día”, paradójicamente, ha supuesto una mejora de las condiciones aquí. Aunque Benito, nuestro cocinero, tiene más trabajo (se ha duplicado, aproximadamente, el número de comensales) la calidad de la comida, hay que reconocerlo, ha mejorado.
La llegada de estos, de momento, 7 nuevos compañeros ha mejorado, contra todo pronóstico, el ambiente aquí (quizás porque lleva aparejada la contratación de nuevas trabajadoras-Clemen y Susana, más dos chicas “en prácticas”, Paula y Marina-con las que no contábamos).
Pensareis que soy un tanto “ciclotímico”, pero lo cierto es que esta novedad me hace ser más optimista en cuanto al futuro de este equipamiento.
Esperemos que el tiempo refuerce mi optimismo. Nada me gustaría más.

Por cierto, ayer hubo fiesta aquí, pues la Residencia cumplía su primer año de vida. Con sus problemas (creo que ya suficientemente abordados por mi en anteriores entradas) es, sin duda, un equpamiento innovador y necesario, y espero, sinceramente, que "cumpla muchos más".

martes, 11 de noviembre de 2008

5 DE NOVIEMBRE, FECHA NEFASTA

Pues si, parece que el 5 de noviembre es una fecha “peligrosa” para mi. El último fue un completo desastre, como ya relaté en mi entrada del 6 de noviembre, titulada “La puerta”, pero es que en otro, hace justo 16 años, cometí uno de los mayores errores de mi vida: me casé.
Mi “ex” y yo no éramos muy partidarios del matrimonio que se diga, pero cuando “saqué” las oposiciones a funcionario de Correos me destinaron a Palma de Mallorca. No quería irme solo, así que le propuse que me acompañase, e “irnos a vivir juntos”. “Bueno, a ver que dicen mis padres”, me contestó. La respuesta fue “echarse las manos a la cabeza” y exigir que nos casásemos, que, al fin y al cabo ¿qué más nos daba?
Yo llegué a Palma de Mallorca el 12 de octubre de 1992, para tomar posesión de mi bien ganada plaza de auxiliar de clasificación y reparto (en moto) del cuerpo de Correos y Telégrafos. Me recibió en Magalluf (turística localidad a pocos Km. de Palma) mi ex cuñado Juanjo (que, a la sazón, trabajaba allí de camarero) mientras Marián (mi ex) completaba en Gijón los papeleos necesarios para el “bodorrio” que acabaría teniendo lugar el siguiente ¡5 de Noviembre!, ¡socorro!
Yo, lo confieso, esperaba el momento con cierta ilusión. Era joven (27 años) e ignoraba todavía la magnitud de mi error. Durante años habíamos contestado a la recurrente pregunta “¿Qué, mocinos, y vosotros, cuándo os casáis?”, con un evasivo “cuando llueva para arriba”.
Pues bien, el 5 de noviembre de 1992 en Gijón no llovió ni para arriba ni para abajo, e más, un sol espléndido (e inhabitual) iluminaba la ciudad. Marián estaba radiante con un conjunto granate y sus ojazos negros brillaban más que nunca.
A mí, que siempre me ha gustado vestir bien, para qué nos vamos a engañar, me temblaba hasta la corbata, mientras la esperaba en la puerta del juzgado.
Poco podíamos imaginar, ella y yo, que dos años y medio después todo se hubiese acabado.
Como ya muchos sabéis, la cosa empezó a torcerse el 12 de febrero de 1993, cuando (deduzco, en realidad no me acuerdo de nada) llegué a nuestro pequeño apartamento al lado del Paseo Marítimo de Palma, y me encontré a Marián desmayada en la cama, quise llamar a un médico y me desmayé yo también.
Seguirían meses de peregrinaje hospitalario, primero en Son Dureta, en Palma, y luego en Gijón (a donde nos trasladaron para que, por lo menos, “muriésemos en casa”) y luego en Oviedo (a donde fuimos para realizar, ya que milagrosamente habíamos sobrevivido, unas operaciones imprescindibles).
Pero la avaricia, y la “miopía” de algunos (de mis antiguos suegros, vaya) impidió que, una vez “superado lo peor” pudiésemos disfrutar de la vida juntos que nos merecíamos (sería muy largo explicar lo inexplicable, así que lo resumiré así sin entrar en más detalles, dolorosos todavía para mi, además).
“De Perogrullo” sería constatar que, si no nos hubiésemos casado, no tendríamos, años después, que habernos separado. Y, por eso el 5 de Noviembre empezó a ser para mi una fecha maldita, que enlaza, 16 años después, con la del derrumbe de la “dichosa” puerta, y el fin de todas mis esperanzas con Emi.

Además, por la mañana, este 5 de noviembre ya había empezado mal: llevaba unos días sin ver bien, fui al oculista, me preguntó la edad (43) y me dijo que no me preocupase, que tener la vista cansada a mi edad (¿provecta ya?) era lo normal.
No era nada para lo que me esperaba por la tarde, y que ya he relatado en la entrada del 6 de noviembre, titulada “La puerta”.
Pero, tranquilos, que "viejo" y "derrotado", tengo que seguir adelante, porque, ya lo dijo Sartre (permitaseme la "petulancia") "estamos condenados a existir".

domingo, 9 de noviembre de 2008

RETRATOS DE LA "LEPROSERÍA" (12)


LOLI, LA “TERREMOTO”

Llegó no hace mucho, como un vendaval. Loli es una chica pura vitalidad. No para de cantar, contar chistes y reírse. Loli es muy vitalista, le gustan los hombres guapos -así Àlvaro, nuestro joven fisioterapeuta, con el que "se le cae la baba", y al que le lanza frecuentes "indirectas"("guapu";y entoncea Chus, la supervisora, interviene con un "Que peligro tienes, Loli, mira que el "chaval" ya está comprometido", y ella contesta "Bueno, no es pa tanto. Sólo lo quiero pa un favorín. Yo no soy celosa")- y el contacto físico con la gente (al menor descuido te planta un beso). No tengo muy claro lo que le pasó (a veces habla de un atropello, a veces de una caída por la ventana). Sea lo que sea (yo he decidido no preguntar más, comprendo que a veces hay cosas que es mejor olvidar) Loli lo ha superado con un buen humor envidiable, con esa forma siempre “positiva” de enfrentarse a la vida que caracteriza la esencia de su personalidad.
No quiero engañar a nadie, Loli canta mucho, pero mal. Si fuese cierta la leyenda que une la lluvia al hecho de cantar desafinadamente, en este barrio estaría lloviendo constantemente. Lo enternecedor es la “alegría de vivir” que enmarca cada intento melómano de nuestra amiga.
Porque si algo he aprendido desde que ingresé en este mundo de “leprosos” es que las deformidades que todos padecemos en mayor o menor medida también son hermosas. Que el “canon” de belleza es relativo y depende de múltiples factores y que, por lo tanto, se puede afirmar sin dudarlo que Loli también es una mujer muy hermosa (ella, no duda, por ejemplo, en llamarnos “guapos” a todos). "Ay, qué buena estoy, que si no lo digo yo, no me lo dice nadie" suele repetir entre sus habituales risotadas.
Si algo le hace gracia contesta rapidamente con una carcajada y su habitual ¡Qué jodío"! que es el "santo y seña" de su inveterado buen humor.
Cuando se vaya, parece que dentro de dos meses, la vida aquí será mucho más triste, no lo dudéis.

jueves, 6 de noviembre de 2008

LA PUERTA (punto final, espero)

Ayer volví al cine con Emi. En realidad, como sabéis, esto (lo del cine) ha sido mas bien una disculpa para verla con relativa asiduidad. Pero ayer todo salió mal. Me contó que estaba muy angustiada porque la “inútil” de la agencia de viajes la había llamado para decirle que la reserva que había echo para Buenos Aires se había cancelado. Yo ya la había llamado para ir al cine, para ver “Un toque de canela” (Tassos Voulmetis, 2003), una deliciosa y “gastronómica” película griega, que tiene a mi siempre soñada Estambul como protagonista.
Antes de entrar a la proyección, desesperada, volvió a llamar a la agencia. Yo la observaba en la distancia. Advertí que, en un momento dado, la crispación de su rostro se relajaba (parecía aliviada, aunque todavía su rostro transmitía cierta preocupación). Entonces me contó lo que pasaba: tenía que pasarse por la agencia (que está en el otro extremo de Gijón) antes de las 8 de la tarde porque le podían solucionar el problema. “Te dejo en la película y me voy, luego regreso a recogerte para volver a la residencia. Estoy echa un flan por culpa de la inútil esta”.
“O sencillamente no te vayas, quedate conmigo y se acabó el problema”, le respondí presa de la mayor agitación.
“Tengo que irme, lo siento”, me dio un beso en la mejilla (que esta vez me quemó como una traición) y se fue.
Me quedé sólo viendo el film. Contemplaba la historia (no es una obra maestra, pero si una película agradable de ver, que a mi me recordó, salvando las distancias, a la extraordinaria “El marido de la peluquera” -Patrice Leconte, 1990- ), pero el caso es que yo no la disfruté en absoluto (no podía pensar más en que ella se iba sin remedio, y que yo no parecía significar nada, ni importarle lo más mínimo).
Comprendí que me había ganado a pulso el calificativo de “patético”, y esto me mortificaba. Como suele sucederme en momentos así, todo me parecía relacionado con mi desgracia. La película cuenta la historia de un turco de origen griego (George Correface) que tras muchos años reencuentra al amor de su infancia casada con un antiguo conocido suyo, y de cómo, en el momento crucial, ella elige quedarse con su marido, en vez de retomar la añeja relación infantil como el protagonista le propone. La lágrima que corría por la mejilla del actor griego en el plano final de la película tuvo, como podéis imaginar, correlato exacto con la que ya se deslizaba por mi cara (de idiota, añadiría yo).
Pero lo peor (o lo más ridículo) todavía no había llegado. Al acabar la película sonó mi móvil. Era ella. Había un concierto de jazz en el patio, y no se la entendía bien. Pero deduje que me llamaba desde el autobús y que ya estaba llegando. Que la esperase en la cafetería, o algo así.
Sin pensarlo más, y en un estado de ánimo bastante alterado, me dirigí a la cafetería. La puerta estaba entreabierta. He ido montones de veces a esa cafetería (pues, como todo el Antiguo Instituto es un ejemplo de accesibilidad universal). Recordaba que si consigues empujar la pesada puerta de cristal hasta un determinado “tope” esta se mantiene abierta sin ningún problema. Obnubilado como estaba, intenté abrirla más empujándola con los pies (no se me ocurrió pedir ayuda, como hubiese sido lo lógico). Noté que la puerta cedía con facilidad y seguí empujando hasta que sonó una “explosión” y la resistencia cedió por completo. Alucinado, observé como el cristal se hacía añicos y comenzaba lentamente a desplomarse. Cientos de pequeños fragmentos de vidrio caían sobre mis manos (tranquilos, milagrosamente no sufrí ningún corte) a la vez que los clientes del local (entre los que distinguí rapidamente a Emilia-“lo hice yo solito”, le dije con una mezcla de azoramiento, “tierra, trágame” y el estúpido orgullo de quien cree haber realizado, una hazaña- salían alarmados por el estruendo del café).

Mientras observaba los cristales caer lentamente, me di cuenta que no sólo había “estallado” la puerta de cristal de la cafetería del Antiguo Instituto Jovellanos, si no todas las estúpidas esperanzas que tenía con Emi.
Aunque en la despedida, ya en la residencia, su beso (en la mejilla, ¿qué os creíais?) me pareció más largo y cálido, adivinaba en él más compasión y mala conciencia que otro sentimiento.
Aunque me ha dicho que se va por un solo mes (parece un caso de pasional “encoñamiento” con el argentino dichoso, que no hace más que hacerla sufrir), el episodio de la puerta me ha “abierto los ojos”.
No me acuerdo bien quién de vosotros me recomendaba en algún comentario a anteriores entradas que “la dejase ir, que lo que tenga que ser, será”.
Por mi parte, pienso aplicarme escrupulosamente esta recomendación. Porque como me dice mi gran amiga “Sirena Varada” (http://mundodesolos.blogspot.com) “Nadie merece tus lágrimas, y quien las merezca no te hará llorar”.

Definitivamente, como habéis podido comprobar, y como yo me temía, NO hubo final feliz, no.

una pena

domingo, 2 de noviembre de 2008

RETRATOS DE LA "LEPROSERÍA" (11)

LUCKY, EL “GUAPO”

Si que es guapo el “jodío”. Me tocó circunstancialmente comer con él, y pude certificar la opinión de Begoña, la auxiliar. Luciano, al que todos conocemos aquí como Lucky, es un joven avilesino (Aviés, el otro puerto industrial de Asturias) de mi edad aquejado, ¿cómo no? de esclerosis (y en un estado bastante avanzado, además). Con sus hermosos ojos color miel, las larguísimas pestañas que enmarcan su mirada alucinada, su gesto siempre displicente, como si desconfiase de todo lo que le rodea, el pelo alborotado que comienza a escasear, Luciano, que es de pocas palabras, inspira a los que lo rodeamos, a pesar de su gesto normalmente desabrido, una gran simpatía.
No sabemos qué fantasmas pueblan su mente, pero por la noche es víctima de tremendas pesadillas o delirios.
Yo no conozco demasiado de su vida anterior, pero si se que está divorciado (siguiendo la tónica habitual en la “leprosería”, como ya he tenido que comentar en anteriores retratos).
También se de su predilección por la letra J y que (lo repite sin cesar), “quiere marchar”, si bien no sabe a dónde.
En contra de las apariencias debió de ser una persona muy sociable antes de su enfermedad (antes eran frecuentes las visitas de otras compañeras con su misma enfermedad que, aunque hace algún tiempo que no se presentan por aquí, servían para transformar completamente su carácter, instándole a una inusitada locuacidad, y un sorprendente buen humor).
Cuando le preguntan cualquier cosa, no es raro que tarde en encontrar las palabras necesarias para responder, pero acaba haciéndolo con cierto ingenio.
Fumador empedernido, lo pasa muy mal cuando, a causa de las escaras que lo atormentan, no lo levantan de la cama, y por lo tanto, no puede salir a consumir su ración diaria de nicotina, como hace cuando las heridas se lo permiten.
Porque Lucky fuma con verdadera ansiedad, y no es extraño que "devore" cada cigarrillo en dos o tres “caladas”.

viernes, 31 de octubre de 2008

RETRATOS DE LA "LEPROSERÍA" (10)

EL MUNDO EN SOMBRAS DE LA DULCE SONIA


Hace poco llegó a la “leprosería” Sonia. Es una chica alta y delgada, y tiene una peculiaridad: camina, si bien ayudándose de un bastón. No es un caso único aquí (recordemos a Ramonín, el “peripatético” que ya retraté hace mucho -27 de marzo de 2008, concretamente-).
Sonia tiene otra peculiaridad bastante más desgraciada: ha perdido, por razones que no es capaz de explicar, completamente la memoria. Esto incluye la capacidad de hablar. Se comunica por gestos y onomatopeyas. A mi me esta chica callada me inspira una enorme ternura. Intuye que tuvo un hijo (y se refiere a él, haciendo el gesto de acunar un bebé en brazos, poniendo una cara que “te parte el corazón”, pero no es capaz de verbalizarlo). En realidad, creo que tiene un hijo, un niño de 10 años, más o menos, que ha venido alguna vez a verla acompañado de quien parece su padre, pero Sonia no es capaz de recordar “a ciencia cierta” la relación que le une con ellos, porque el mundo de Sonia (privada de recuerdos) se reduce a sentimientos, sensaciones, donde lo “físico” (entendido en un sentido amplio) prima sobre lo intelectual (Sonia agradece mucho más una sonrisa o una mirada cómplice que cualquier discurso, por elogioso que pueda parecer).
Conocéis lo que detesto las palabras vacuas, los discursos sin sentido. Comprenderéis entonces la simpatía que le tengo a esta mujer privada de memoria. Lo que la compadezco (¿o no?), porque se, por experiencia propia, que siempre hay cosas que es mejor no recordar.
Pero, a pesar de sus enormes dificultades, Sonia intenta desesperadamente integrarse en este grupo de “inválidos”. Siempre intenta prodigar sonrisas o el “esbozo” de un saludo cómplice.
El día que sea capaz de hablar (que no dudo llegará, al fin y al cabo yo mismo pasé por un proceso parecido, y aquí me tienen) no dudo que nos deparará grandes sorpresas.
Mientras tanto, ahí la tenemos, deambulando lentamente, apoyada en su bastón, con su pelo corto ya encanecido (quizás prematuramente -hay que tener en cuenta que ignora su propia edad-) y con sus enormes y permanentemente asombrados ojos grises, esgrimiendo su perenne sonrisa, que implica una cierta melancolía.

lunes, 27 de octubre de 2008

viernes, 17 de octubre de 2008

CELEBRACIÓN FAMILIAR


El pasado sábado mis tíos Fernando y Angelina, celebraron sus bodas de oro en un restaurante de las afueras de Gijón. Fue una bonita disculpa para comer lejos de aquí, donde desde hace meses no se come nada bien, como ya he comentado en anteriores entradas (1). También para reeditar (tantos años después) la foto de los 5 primos formando una especie de escalera del mayor al menor (en este caso yo). Desgraciadamente la foto no se pudo reeditar (faltó mi prima Mari Carmen, de viaje por Turquía), pero si fue una bonita jornada en que niños y mayores nos divertimos de lo lindo. Aquí os dejo una foto de toda la familia.
También, desgraciadamente, faltaron mis padres, pues sus problemas de salud (de mi madre, principalmente) no les permiten grandes alegrías, lo que empañó la general alegría que presidió la jornada.

En la foto, un tanto futbolística, los homenajeados que, desde luego (por su cara de felicidad) no parece que lleven 50 años “aguantándose”, son la radiante pareja situada justo detrás de su sobrino inválido.
De lo que más me llamó la atención (pues hacía tiempo que no los veía) es la generosa “curva de la felicidad” que presentan mis primos Jorge y Mario (los hijos de los homenajeados) y que contrastaría vivamente con la irrepetible (y perdida) foto de niños.

(1).-Relacionado con las dos anteriores entradas, precisamente he llamado hoy al Principado, y la respuesta a no ha sido todo lo alentadora que esperaba, reduciendose a un "nos damos por enterados". En fin, ya veremos.

jueves, 16 de octubre de 2008

CAZA DE BRUJAS


Os contaba en mi anterior entrada la disparatada “ley del silencio” que la dirección pretendía imponer a las trabajadoras de la “leprosería”.
Pues bien, eso puede, lamentablemente, haberse materializado hoy, cuando me he enterado que la dirección ha dado de baja a otra buena trabajadora aquí: esta vez la víctima ha sido Carmen, que era una buenísima trabajadora y es una excelente persona, que siempre se preocupaba por los más débiles de entre nosotros.
Su error principal ha sido pensar (eso no está nada bien visto por la dirección aquí).
Hace tiempo (al poco de llegar yo aquí) protagonizó, es cierto, un lamentable incidente conmigo (al que nunca le di mayor importancia) por el que acabé tirado debajo de la cama, producto de su “cabezonería” y perfeccionismo.
Pero no me parece que incidentes como este (que pasó hace mucho) tengan demasiado que ver en tan fulminante cese, si no que más bien este obedece a retorcidas maniobras para librarse de un elemento “contestatario” cuyo mayor delito ha sido pensar por si mismo.
Esto parece el inicio de una auténtica “caza de brujas” aquí, que mañana por la mañana denunciaré ante la Consejería de Bienestar Social del Principado de Asturias, con la esperanza (remota, soy pesimista por naturaleza) de que sirva para poner coto a este cúmulo de arbitrariedades.

LA LEY DEL SILENCIO


Nuria y a todas las demás

No, no se trata de la auto-justificativa y “efectista” película de Elia Kazan (1954), pero si tiene que ver algo con la cobardía como categoría.
La semana pasada fui a protestar al despacho de la Directora, sobre las muchas deficiencias que vengo observando aquí, en la “leprosería”, desde la primavera aproximadamente. Le transmití la innegable escasez de personal que sufrimos aquí, el alarmante descenso en la calidad de las comidas, la ausencia de un portero los fines de semana..., la descarada “persecución” a que se ven sometidas las trabajadoras más concienciadas (así, el lamentable caso de la educadora Nuria, “Me voy antes de que me echen. La situación ya es insostenible” me llegó a confesar entre lágrimas en su última tarde con nosotros).
Las consecuencias fueron, por un lado, una efímera (duró dos días) mejora en la calidad (y cantidad) de las comidas, pero, por el otro, la imposición de una pretendida “ley del silencio” a las trabajadoras, en un patético intento de que sus justísimas quejas no lleguen a nosotros.
Confieso que la inicial mejora de los menús, me impidió elevar mi queja al Principado de Asturias, como tenía pensado. Pero, a la vuelta del largo fin de semana del Pilar, (con celebración familiar incluida, ya os contaré) me topé que la mejora “culinaria” había sido un espejismo, y que las cosas estaban, más o menos, como antes de mi protesta, así que estoy pensando dar esta semana de plazo para luego elevar mi queja definitivamente a la Consejería de Bienestar Social.
Me preocupa sinceramente que este innovador proyecto haya caído en manos tan incompetentes y la dilapidación (me temo) de las varias subvenciones públicas que, a la postre, lo sostienen.

viernes, 10 de octubre de 2008

ANIVERSARIO (EL DÍA QUE PENSABA IBA A CAMBIAR MI VIDA)


UNA HISTORIA MALLORQUINA





El 12 de octubre de 1992, llegué, con enorme ilusión a Palma de Mallorca. Con la perspectiva de casarme, para poder vivir con mi novia de siempre (eso ya no me hacía tanta ilusión, lo de casarme), y los hechos, por desgracia, no tardarían en darme la razón. Había conseguido un trabajo fijo, al obtener una plaza de funcionario de Correos (tras fracasar por tres veces en mi intento de obtenerla como profesor de enseñanza media), tenía 27 años, y el futuro se me presentaba luminoso.
Ni en la peor de mis pesadillas, podía imaginar que tan sólo 5 meses después estaría en la cama de un hospital, debatiéndome entre la vida y la muerte.
Volví a Gijón, para casarme (absurdo requisito que nos impuso mi ex-suegra, para no poner impedimentos a mi ex ante nuestra idea de, simplemente, irnos a vivir juntos-un consejo, no cedáis nunca a imposiciones que vayan contra vuestras más firmes convicciones, os arrepentiréis y ya no tendrá remedio-).
Recién casados los “tortolitos” emprendieron de nuevo vuelo a Palma de Mallorca, con la idea de instalarse en ese “paraíso”, (que lo es), y vivir felices muchos años (lejos de la “bruja”-en este caso, mi ex-suegra-que lo es, bruja, me refiero) y, como en los cuentos infantiles, “comer perdices”.
Pero, ¡Ay!, la felicidad duraría sólo unos meses, hasta que el 12 de febrero de 1993 un maldito escape de gas, o algo así (altos índices de monóxido de carbono en la sangre establecieron las analíticas practicadas en el hospital de Son Dureta), casi acaba con nuestras vidas.
Entre esos dos días 12, de octubre a febrero transcurrieron, quizás los momentos más felices de mi vida, instalado en el “paraíso” mallorquín, conviviendo con la mujer de mi vida, y lleno de planes y perspectivas de futuro (cómo añoro ahora las noches de amor explorando nuestro cuerpos en nuestro “coqueto” apartamento, o sentir su pierna entrelazada con la mía en el tren camino de Sóller o, simplemente el echo de escuchar su respiración todas las noches, el perfume de su aliento, el contacto con su piel…).
Pero es sabido que la felicidad es un mínimo momento, que suele escurrirse como el agua entre los dedos, y así todo se acabó aquel maldito 12 de febrero, casi sin que nos enterásemos. Y fue una pena tremenda, porque nos gustaba de veras Mallorca, la amabilidad de sus gentes, la belleza de sus mujeres (bueno, eso a mi, a ella no le hacía tanta gracia), incluso el catalán que hablan me resultaba hermoso (bueno, la mayoría de ellos, prefiere llamarlo mallorquín, pero, aquí entre nosotros, yo no observo ninguna diferencia).
Recién llegado a la isla, me recibió mi ex-cuñado, que a la sazón trabajaba en Magalluf, a pocos kilómetros de Palma, y con el que siempre me he llevado bien (incluso el 5 de noviembre del 92, regresó conmigo -y con un inglés rubio y espigado al que conocíamos como “el guiri”- para asistir al casorio en Gijón).
Pero este día 12 no fue, como pensaba, el que cambió mi vida. Por desgracia, yo lo ignoraba entonces, lo fue, casualmente, otro día 12 (el de febrero de 1993) justo 5 meses después, cuando nos sacaron del apartamento al lado del Paseo Marítimo de Palma, más muertos que vivos, destino al Hospital de Son Dureta. Pero esta es ya otra historia: la historia de mi nueva vida actual, en la que estoy aún más limitado físicamente de lo que lo están el común de los mortales, pero, en suma, y una vez plenamente adaptado a la vida en silla de ruedas (que me acompañará el resto de mi vida-o hasta que las “células-madre” nos separen-) ni mejor ni peor.
Casualmente, al entrar, ya desde mi silla de ruedas, años después en este enloquecido y gratificante mundo de los blogs, quizás inconscientemente, quizás por pura casualidad he encontrado en un puñado de mallorquines (Horrach-http://horrach.blogspot.com- , o los tristemente ya retirados ¿Dianna? o Pau Llanes que han pasado a formar parte ya de la reducida lista de "mis mejores amigos" (o, al menos, yo los considero como tal).


(*) .- Esta entrada estaba prevista para el lunes (día exacto del aniversario), pero como este fin de semana (largo) me toca visitar a mis padres, y allí no tengo ordenador, la publico ahora (antes de marcharme por la tarde) y espero vuestra indulgencia ante la inexactitud

miércoles, 1 de octubre de 2008

NURIA SE VA

Con la discreción que la caracteriza, no ha querido dar demasiadas explicaciones, pero ayer nos comunicó que se iba. ¿Para siempre? le preguntamos, incrédulos. “Nunca se puede decir, la vida da muchas vueltas. De todas maneras prometo mantener contacto permanente…Pero si, en principio, para siempre”, fueron las palabras demoledoras que, entre lágrimas que no era capaz de reprimir, pronunció Nuria, la psicóloga cántabra rubita y menuda que nos hacía las largas tardes de invierno más tolerables, intentando despertar nuestros adormecidos cerebros.
Espero que este no sea el principio de una “caza de brujas”, aunque los precedentes de la primavera, cuando la dirección dio de baja fulminantemente, y sin explicación alguna a dos inolvidables trabajadoras aquí (Amina y María), no me hacen ser demasiado optimista al respecto.

jueves, 18 de septiembre de 2008

viernes, 5 de septiembre de 2008

LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA ("Y RESULTÓ QUE PAULA ERA SUSANA")

Pues sí, mi amiga Paula (que acaba de abrir este rincón de la bloggosfera, (http://paula-paulamenndez.blogspot.com/), resultó ser Susana, una niña a quien conocí con 6 añitos, y de la que, tengo que reconocerlo, andaba un poco “enamoradillo” (una de las primeras de la larguísima lista de amores platónicos que pueblan mi biografía -o más bien frustrados o imaginarios, no se crean-).
Después de dejar, a los 9 años, aquella academia, en que todo era provisional, desde las maestras (que la habían puesto al no superar las oposiciones de magisterio) hasta los alumnos (un reducido grupo de niños y niñas que estábamos a la espera de encontrar plaza en algún colegio público-eran tiempos muy diferentes, pues mi generación, la de los nacidos en 1965, era la del cenit del “boom” de la natalidad, y a comienzos de la década de los 70 el número de colegios era más bien escaso-).
Por lo menos la academia (de nombre Alfonso II) era mixta. Fue al año siguiente de dejarla, cuando me “despeñé” por los erróneos derroteros de los colegios segregados –un horror que parece felizmente superado en la actualidad-.
Susana fue, sin duda, uno de mis primeros amores. Por eso, cuando Paula (una amiga que conocí en el “Taller de relato” que, en cierto sentido está tan relacionado con el origen de este blog (1), una chica inteligente, culta, dulce que ahora trabaja en la consejería de Bienestar Social del Principado de Asturias) llegué a la conclusión de que ella era Susana: “es que yo tengo nombre de “culebrón sudamericano”, en realidad me llamo Paula Susana”, me explicó ante mi incredulidad ante el echo de que yo no recordaba a ninguna Paula que asistiese a aquella remota academia, casi perdida ya en el fondo de mi memoria.
Recordé entonces a los hermanos Ramón (mi mejor amigo de entonces) y José, a su amiga Elena, (inseparable de Susana, por aquel entonces), a Sara, que vivía a la vuelta de la esquina de la academia (una niña morenita de hermosos rasgos “gitanos”), a Teresa, otra niña algo más pequeña que nosotros, hija de una conocida de mi padre, a la que, no se muy bien por qué, yo no soportaba (quizás por su extrema delgadez, o yo que sé), a Amadeo (el hijo de un policía secreta con el que coincidí sólo un año en la academia, pues pronto encontró plaza en los Jesuitas), y con el que, me acuerdo, protagonicé un lamentable incidente cuando su madre me invitó a su casa a merendar y yo, que durante mi infancia fui la desesperación de mi madre pues apenas comía, vomité escandalosamente todo lo que había merendado (algo que todavía hoy me da vergüenza recordar).

Al enterarme de esta enorme casualidad, estos lejanos recuerdos volvieron a mi memoria, y como Paula, a la que yo prefiero llamar Susana, en honor a los viejos, viejísimos tiempos insistió tanto en que tenía que escribir un texto para estas sus “Cortazarianas” “Historias de Cronopios” a las que les invito a visitar, y como mi imaginación anda en horas bajas, y mi pereza (como siempre) disfruta de excelente salud, lo único que mi pluma ha podido pergeñar es este catálogo de recuerdos lejanos, que espero a Susanita no le disgusten demasiado y, eso si, recomendaros a todos que visitéis a menudo este nuevo rincón de la bloggosfera (pensad que nace, no bajo mi lamentable patrocinio, si no de el gran Julio Cortázar, y que lo que os encontraréis aquí tendrá que ver más con “Rayuela” que con las erráticas divagaciones de este “leproso” perezoso).
Le deseo mucha suerte a mi amiga Paula (que yo prefiero llamar Susana) y espero que visitéis esta su casa “virtual” con asiduidad.


Koolau el leproso


(1).- Este blog comenzó ante mi disgusto cuando creía haberme quedado sin plaza para un taller de relato de la Universidad Popular de Gijón (precisamente donde conocí a Paula, o me reencontré con Susana, como quieran), y entonces mi amigo Manuel (http://pazzos.blogspot.com/ ) me introdujo, como alternativa, en este mundo de los blogs, algo que nunca le agradeceré lo bastante.

miércoles, 27 de agosto de 2008

ME LLAMAN "RO"

Por fin, alguien ha dado con una forma de llamarme que me gusta: ya no es el horrible “rodus” con que mi padre me sigue martirizando (no obstante, fue a él al que se le ocurrió ponerme un nombre tan “cursi” y pretencioso como Rodolfo-lo que sufrí de niño con el león “mariquita” de aquella Mari Carmen que dios confunda con todos sus muñecos-).
Pues bien, aquí en la “leprosería”, gracias a la mala memoria de mi querida Paz, que me llamaba Roberto (como lo hacía mi abuelo por razones que nunca llegué a entender), Rogelio (al fin y al cabo, una de mis abuelas se llamaba Rogelia), Rosendo, y, para simplificar, y para no volverse loca acabó por bautizarme como “Ro”, y ahora todo el mundo aquí me llama así, lo que lejos de molestarme, me agrada bastante (me parece simple, cariñoso y nada fatuo).
Si, me gusta que se dirijan a mí, como Ro. Es un bonito diminutivo, y más por venir de quien viene la “ocurrencia”: una amiga a la que profeso especial cariño, mi “madrina” aquí, Paz.

martes, 12 de agosto de 2008

RETRATOS DE LA "LEPROSERÍA" (9)

LUIS, EL DE JOVE

Jove es un barrio de la zona oeste de Gijón, cercano al puerto de “El Musel”, y al vecino concejo de Carreño. Casualmente yo nací en su hospital, pues en 1965 faltaban aún 5 años para que se inaugurase el complejo sanitario de Cabueñes, el gran hospital gijonés, por lo que todos los gijoneses de mi edad nacimos en Jove, actualmente segundo hospital gijonés en tamaño e importancia y en donde por aquel entonces estaba instalada la maternidad.
Pues a la “leprosería” llegó hace unos meses Luis que ¿cómo no? padece también esclerosis.
Además sufre también diabetes, por lo que no puede comer todo lo que a él le gustaría.
Como el bilbaíno que para reafirmar su autenticidad repite aquello de “Yo soy de Bilbao, del mismo Bilbao”, así Luis repite a la menor oportunidad su “axioma” particular: “Yo soy de Jove”, recalcando mucho cada fonema y acompañándose del índice a cada sonido: “d-e-j-o-v-e”.
Si alguien le menta la religión, le responde de parecida manera: “Y a mi qué, yo soy apóstata, a-p-ó-s-t-a-t-a”, con el “índice acusador” siempre acompañando cada sonido.
Fumador empedernido, suele repetir también, con la sorna que le caracteriza: "Fumar mata, pero mata lentamente, así que para qué me voy a preocupar ya"(lo dice, como es habitual en él, recalcando lentamente cada fonema, como si temiese que sus palabras pudiesen evaporarse y no quedar grabadas en nuestras mentes).
Luis, que tiene 47 años, es delgado, con un cabello que comienza a escasear, sonríe poco (Begoña, la auxiliar más “guasona” de la “leprosería”, le pregunta siempre ¿Cómo estás tan enfadado, Luisín?) a lo que él responde, a lo sumo, con un encogimiento de hombros, porque Luis es parco en palabras y de gesto permanentemente austero y quijotesco.
En uno de sus escasísimos ataques de locuacidad, nos contó el otro día que él había echo la “mili” en Marina, que cuando el intento de golpe de estado en el 81, las pasó canutas, pues los acuartelaron sin darles más explicaciones.
Luis es tan austero y escueto en palabras que prácticamente esa es la única anécdota que he oído salir de su boca. A mi me parece bien, pues prefiero, en general, a los que ahorran en vacuidades y tonterías, que a los que me “amargan” la vida con una catarata de palabras sin sentido.

lunes, 11 de agosto de 2008

LOS "AUTOS LOCOS" EN SALINAS


El otro día la "leprosería" realizó una excursión a Salinas, la larga playa situada en el concejo de Castrillón, al lado de Avilés.


Aquí nos teneis (con "cara de velocidad" incluida) avanzando por el paseo de Salinas: Abro la marcha yo ("el burro delante pa que no se espante"), a mi lado avanza Cris (las chicas guapas siempre buscando protagonismo), detrás Jesús,(en plan "castigador de playa" con su camiseta de tirantes), el de la "vida exagerada", y más rezagado Juan, el poeta.


Los tres voluminosos personajes del fondo no tienen nada que ver con la "leprosería". Tomense como la inevitable figuración.

La foto es obra de Tere (la "robusta" auxiliar de "Mi gineceo particular"), que es avilesina, y aficionada a la fotografía.

miércoles, 6 de agosto de 2008

SEIS MESES EN LA "LEPROSERÍA"

Parece que fue ayer, pero este lunes 4 se cumplió medio año desde que llegué aquí. Ha sido medio año, en líneas generales, muy positivo para mi. Con sus pros y sus contras, desde luego. Entre los primeros: Haber podido conocer a una gente maravillosa; vivir rodeado, cuidado, mimado por un grupo de mujeres extraordinarias (ver mi entrada anterior, “Mi gineceo particular”); haber recuperado, más o menos, mi vida nocturna (en casa, con mis padres ancianos y enfermos, yo mismo me puse un límite horario para llegar a casa y así no molestarlos demasiado); ser dueño de mi vida, tener, por primera vez tras 15, casi 16 años responsabilidades (reconozco que en todo este largo tiempo, desde el accidente, había vuelto, en cierto modo, a la infancia, esa etapa “arcádica” en la que nadie te exige nada demasiado complicado, porque los niños deben dedicarse a aprender y disfrutar, sin que el estigma del “pecado original” los coarte en forma de trabajo y compromisos).
Bueno, pues yo, aunque, como sabéis, soy esencialmente perezoso y comodón, echaba a mis 43 años recién cumplidos el 16 de junio, de menos un poco de “responsabilidad”, sentirme “adulto” de nuevo.
Porque creo, vosotros juzgareis, tener las facultades mentales en perfecto estado, o, al menos, en el “perfecto estado” que pueda tenerlas cualquier otro ser humano de mi edad y condición. En mi caso, parece que la invalidez, no ha afectado en absoluto mi capacidad de raciocinio (o, al menos, eso me gusta creer).
Sin embargo, ¡Ay!, también hay un lado negativo, que no quiero ni puedo obviar, en donde colocaría, en primer lugar, el progresivo deterioro de la salud de mis padres, sobre todo de mi madre (me temo que es “ley de vida” , pero ello no evita, no obstante, que me cause una inmensa preocupación); el reciente fallecimiento de mi compañero aquí, Dani, no por relativamente esperable, menos doloroso (ver mi reciente entrada “Conmoción en la “leprosería”-30 de julio de 2008- ”); y el “inexplicable” despido de dos excelentes trabajadoras aquí, Amina y María, que sumió a todos los residentes aquí en la mayor de las perplejidades, y al que creo ya me he referido en alguna entrada anterior.

Pero, sopesados definitivamente los “pros” y los “contra”, creo que el resultado no puede haber sido más positivo para mí. Si, estoy contento aquí, y aunque, dado mi natural escepticismo, tampoco estoy “como unas castañuelas”, creo que definitivamente este es, dadas mis circunstancias, el mejor lugar, para mi, de los posibles.

Lo seguro es que casi todas aquellas reticencias y temores que expresaba en este rincón hace más o menos medio año, han desaparecido por completo, con el alivio que os podreis imaginar.

Gracias a todos por acompañarme en este "trance", y seguir "aguantandome" después de tanto tiempo.

Sois, no lo dudéis, todo un estímulo.

Sólo un favor más: Segud así.

miércoles, 30 de julio de 2008

MI "GINECEO" PARTICULAR



Algo muy bueno ha sucedido en mi vida en los meses que llevo viviendo aquí, en la “leprosería”. Como si los caprichosos dioses hubiesen querido satisfacer mis menos confesables deseos, me han concedido (sin pedirlo siquiera) un sueño que todavía me cuesta aceptar que sea realidad: vivir rodeado, cuidado, atendido por mujeres. Conocéis (ver mi entrada “autobiográfica” “Filias y fobias de un leproso” –fechada el 29 de julio de 2007- mi devoción al género femenino).
Pues bien, aquí, en la “leprosería”, la casi totalidad del personal empleado son mujeres (habrá, no obstante, que mencionar al cocinero Benito y al portero de la tarde, Luis, y al sustituto de este, mientras duran sus vacaciones, Valentín y al joven fisioterapeuta Álvaro).
Y como si, un demiurgo travieso hubiese leído aquella entrada, las hay altas, bajas, jóvenes, mayores, gordas, flacas…, pero, sobre todo, son mujeres.
Yo, lo sabéis, me siento particularmente a gusto rodeado del género femenino, por lo que esta situación me llena de alegría: el desgarbado deambular de la jovencísima y siempre amable Lucía, la belleza “rubensiana” de la rubita Estela, la belleza espectacular de la “portera de la mañana” Raquel (cuando como cada mañana me devuelve mi saludo con una sonrisa, yo me derrito; "menudo monumento", me dijo el otro día Juan, cuando nos la cruzamos al salir del ascensor, y yo no pude estar más de acuerdo ante esa verdad incontestable), la simpatía de la robusta Tere, que me maneja como a una pluma, la alegría de Luisa o la peliroja Isabel, el trato siempre campechano de la supervisora Chus, la amabilidad de la pequeña Mónica, la bondad de Carmen, que sabe complementar también con una fina capacidad de ironía, siempre preocupándose de los que menos se valen; la inteligencia de Begoña, siempre escéptica y bromista, y, por encima de todas siempre mi “paz en guerra” (1), tan pequeñita y menuda multiplicándose en nuestra ayuda; y Nuria , (que se me había olvidado) una psicóloga rubita y menuda que nos hace las largas tardes más agradables, a la vez que mantiene nuestros cerebros siempre alerta (porque aquí, tendemos a acomodarnos, y "dejarnos ir"). Y Loli, "gobernanta" del comedor y encargada de la lavandería. Y Feli (que tiene un curioso parecido con la televisiva "Aida") y Pepa, las limpiadoras; y Vicki, mi joven y guapa fisioterapeuta.
Me cuesta, creedme, imaginar mi vida sin ellas. No se cómo he podido pasarme 42 años sin disfrutar de sus atenciones. En apenas un semestre han conseguido que no eche demasiado de menos a mi querida madre, ni a mi vida anterior, en casa de mis padres, en donde no obstante, sigo pasando fines de semana alternos, con mucho gusto pues continúo echando de menos a esa pareja de ancianos adorables.
(1).- Ver la entrada “Paz en guerra”, fechada el 24 de mayo

CONMOCIÓN EN LA "LEPROSERÍA"

Alto, delgado (se me está quedando en los huesos, repetía siempre Ángeles, su madre), antesdeayer se nos fue para siempre. Ya no se atragantará más con la comida. Este fumador empedernido ha consumido su último cigarrillo. Ya no tendremos que preguntar más aquello de ¿pero qué dices, Dani? cuando angustiado intentaba comunicarnos cualquier cosa con su farfullar ininteligible, producto de la “disartria" que caracteriza a muchos afectados de esclerosis, pero que a Dani le limitaba especialmente su capacidad parra comunicarse, reduciéndola a su característica sonrisa de pillo, a él, que antes de que se le declarase su enfermedad, debió ser un auténtico “Don Juan”, uno de esos tipos irresistibles para el género femenino, que él tanto apreciaba, ya fuesen sus imaginarias mulatas brasileñas, o su muy real novia María José, otra enferma de esclerosis con quien coincidía periódicamente en Salamanca, y a la que se arregló para conquistar a pesar de sus tremendas limitaciones.
Su otro gran amor era su hija Irene, fruto de un matrimonio que, como suele suceder en estos casos, se frustró con la enfermedad de Dani.
Descansa ya en paz en su pueblo natal, Candamo, a donde lo trasladaron ayer tras su fallecimiento a los 36 años recién cumplidos, tras una vida tan breve como intensa.

Querido Dani, tus 13 compañeros aquí, en Viesques nunca te olvidaremos.

Permanecerás para siempre en nuestros corazones.

Hasta siempre

sábado, 12 de julio de 2008

RETRATOS DE LA "LEPROSERÍA" (8)

PEPÍN, EL "ENTUSIASTA"


Si algo caracteriza a José Antonio (Pepe o incluso Pepín, como lo llama siempre Paz-ya os hablé de ella (1))- es por el entusiasmo con que se enfrenta a cada tarea que aborda, por insignificante que pudiera parecernos a los demás.
Y es que para Pepe nada es “despreciable”; todas las cosas merecen una consideración “especial”, lo mismo cualquier triunfo del Real Madrid, equipo del que se declara forofo acérrimo, que cualquier logro personal, a esos que este paralítico cerebral de 36 años, pequeñito, muy moreno, siempre sonriente, asmático, que luce una incipiente calvicie, esférico (por su afición al fútbol, por la doble esfera perfecta que forman su cabeza, y en la zona abdominal, su barriga), adjudica un enorme valor, ya sea acertar la respuesta correcta en cualquier juego, o acertar esa quiniela millonaria, que no creo haya nunca "pillado".
Entusiasmo como el que manifestó como desde que se enteró que yo estaba realizando estos retratos (modestas descripciones de mis compañeros aquí, en que dudo que les haga justicia), me repite con su característica sonrisa franca que ilumina todo el pasillo ¿y ya hiciste el mío?
Pepe es, ante todo, una buena persona, y como todos tiene sus particulares “filias”: el Real Madrid (que no comparto) y la adicción al café (que sí comparto plenamente), pero también unas pocas fobias, la más destacable es al color verde (se niega, en redondo, a ingerir verdura o fruta-lo que limita considerablemente su dieta-).
Pepe, compulsivo consumidor de cafés, ha hecho amigos en todas las cafeterías circundantes (tampoco son tantas, este barrio-Viesques-es una ciudad dormitorio, al lado de Gijón, con, digamos, una vida muy limitada), habitado por una “burguesía”, profesionales cualificados, comerciantes, propietarios, que, sin llegar a lo que, en otros tiempos, se llamó la “alta sociedad”, coincide con ella en su ideología más bien conservadora, y su “status” moderadamente acomodado.
Y es que es muy difícil que la permanente y desenfadada sonrisa de Pepín no te acabe cautivando.
Yo, espero que este brevísimo y, lo reconozco, superficial retrato le agrade, porque no soportaría defraudar a quien con tanto interés me incitó, día si, día también, a cumplimentarlo.


(1).- De mi querida Paz ya os hablé extensamente en la entrada del 24 de mayo, titulada "Paz en guerra"

miércoles, 25 de junio de 2008

RETRATOS DE LA "LEPROSERÍA" (7)

LOS DE PRÁCTICAS NOS DEJAN

Durante el último mes hemos disfrutado en la “leprosería” de la inestimable ayuda de un grupo de estudiantes de asistencia social en prácticas.
Ayer acabaron el mes que han estado con nosotros. Eran (son) animosos, serviciales, y desde luego los vamos a echar mucho de menos.
Sólo puedo decir, y espero no olvidarme de ninguno: Alejandra (que es del pueblo de mi madre, el vecino concejo de Villaviciosa), Eugenio (tan amable siempre), Eva, Luís (que se volvió hace una semana a sus Canarias natales), Carmen, Marita (la guapa uruguaya con su dulcísimo acento porteño, que creo ha tenido la suerte de encontrar trabajo antes de acabar las prácticas), Alicia (siempre sorprendiendo con su risa franca y estentórea) e Isaura, gracias.
Por vuestra dedicación y generosidad, va a ser muy difícil acostumbrarnos a la definitiva ausencia.
Desde luego aquí va a haber muchos más problemas sin ellos, a pesar que las auxiliares habituales sigan multiplicándose, como siempre, para mantenernos a todos atendidos.

viernes, 20 de junio de 2008

LOS POEMAS DE JUAN

Mi buen amigo Juan (ya os hablé de él) me sorprendió agradablemente enviandome algunos excelentes (creo que no me ciega la amistad, vosotros podreis juzgar) poemas surgidos de su ingenio. Yo aquí os los dejo:
ATORMENTADO EN URANO
Ni de noche ni de día,
Perdería mi libertad
Por una tontería...
Enloquecería en vida,
Me atormentaría
Desvelado en una fantasía.
Ni de noche ni de día,
Buscaría la verdad
En una tierna falsía...
Moriría...mi corazón se desbordaría
Con tanta mentira,
Me engañaría.
Ni de noche ni de día,
Firmaría una sentencia
Por una cobardía...
Me agotaría,
No pensaría con claridad,
Condenaría mi autoestima,
Me destruiría.

SACRIFICIOS DE LA RAZÓN
Las palabras que explicaron
Su voz....
Las respuestas que dijeron
Un no...
Las sentencias que susurraron
Sin son...
Problemas del corazón.
Las miradas que expusieron
Un don...
Las lenguas blandas y con
Intención...
Las críticas claras en desilusión
Que cuestionaron su perdón...
Hoy son...
Sacrificios de la razón.

ERES UNA BENDICIÓN
Una mirada todo descubrió...
Tú eres una bendición.
Una tormenta todo desató...
Tú eres mi liberación.
Una palabra todo rebeló...
Tú eres una ilusión.
En una noche todo sucedió...
Despiertas toda mi sinrazón.
Agonizando me encontraba yo...
Tú eres mi confirmación.



TE SIENTO
Te siento,
Mi amor enloquezco
En cada momento,
Tu eres locura
Que no quema el tiempo
Y estando contigo
Hay sentimiento...
Presiento,
Momentos de amor y
Deseo completos,
Llenaste mi vida
De sueños sin dueño
Y estando contigo
Yo crezco...
Sin miedos.

TU COMPROMISO
El compromiso llegó
Alguien necesita tu ayuda,
Tu voz, tu opinión...
Una palabra salida del corazón,
Una llamada de atención,
Un apoyo sin condición...
Escuchar al que sufre dolor
Y ponerse en su piel...
Sentir el placer
De ayudar con amor...
Fortalece la autoestima
De los dos,
Engrandece tu persona...
No hay complejos,
Somos iguales
Aunque somos diferentes,
Nadie es un mueble...
Ellos te necesitan
Apóyales,
Ellos te sienten.

UN GESTO DE AMOR
Prefiero un gesto de amor
A mentirnos para siempre,
Ahora un gesto de amor
Es mejor para los dos...
Deseo un gesto de amor
Definitivamente,
Asumo un gesto de amor
Por educación...ven
Y dame un gesto de amor
Que muy probablemente
Sea importante para ambos,
Salvando nuestra amistad
De un fatal desengaño.
COMO ANTES
Tú y yo...como antes,
Antes del lamento en la desolación,
Antes de las frases de autodestrucción...
Tú y yo... como antes,
Antes de las miradas que dijeron no,
Antes de palabras que no llevan a nada...
Tú y yo... como antes,
Antes del pasado tan desolador,
Antes de las lágrimas de consolación...
Tú y yo...como antes,
Antes del dibujo de la sinrazón,
Antes de respuestas de silencio llenadas...
Yo deseo estar como antes...
Como antes...
Como antes.
DAME
Dame una mirada de amor
Que yo muero por ti,
Sin duda pones fuego en mi camino,
Es tu voz mi gran hechizo,
Pero por favor dame
Una respuesta al dolor
Que está quemando mi piel,
Tengo el corazón desordenado,
Has terminado,
Dando una puñalada de pasión...
A mi pobre razón.
DEPENDO DE TI
Si me miras tú,
Ya no sé que hacer,
Dependo de ti...
Si me faltas tú,
Yo no sé crecer,
Me ahogo sin ti...
No hay amanecer
Ni anochecer,
No existo sin ti...
Me liberas tú,
Me sujetas tú,
En ti tengo luz...
Si me entiendes tú,
Yo puedo renacer,
Si me sientes tú, yo estoy en ti...
Protegiéndome.
ERES MI LIBERACIÓN
Tu locura y un engaño mas,
Abrieron los ojos a mi libertad,
Mejor sólo...
Que desesperado en ti.
Es agradable esta situación,
La mejora de mi corazón,
Mejor sólo...
Que amargado en ti.
Fue inevitable la desilusión
Pero fue mas fuerte la resurrección,
Mejor sólo...
Que ahogado en ti.
Ahora ya no tengo que pedir perdón
Una mano amiga todo resolvió,
Mejor sólo...
Que disfrazado en ti.
Una mirada sana armó la rebelión,
Ha quedado fuera la contradicción,
Mejor sólo...
Que humillado en ti,
Desprotegido en ti...
Es tiempo de liberación.
VIVIR POR TI
Si te aproximas a mi
Pierdo el control...
Tú llenas todos mis días
De esperanzas sin rencor.
Eres un ángel,
Eres mi cielo,
Eres el viento
Que arrastra el dolor...
Vivir por ti.
Eres deseo,
Eres un sueño,
Eres poema,
Mi verso de amor...
Vivir por ti.
Cuando te acercas a mi
Descontrolas mi voz...
A base de escalofríos,
Llenas mi corazón.
Eres mi ángel,
Eres un sueño,
Eres deseo,
Vivir por ti.
Eres un cielo,
Eres mi viento,
Eres un verso,
Vivir por ti.
VOLCÁN DE MI CORAZÓN
Cuando me hablas así ,
Perdido estoy,
Cuando me besas así,
No sé quién soy...
Tú eres parte de mi yo,
Eres chamán de mi corazón
Cuando sonríes así,
Herido estoy,
Cuando preguntas por mi,
Sumiso voy...
Tú eres todo con tu voz,
Eres volcán...desbordas pasión.

NO PUEDE SER
Eso no puede ser,
Yo no quiero volver
A sufrir como antes
De conocer...
Eso no puede ser,
Intentar y caer
A un abismo de mares,
Desfallecer...
Eso no debe ser
Empezar otra vez,
Aguantando maldades
Sin responder...
Eso no debe ser
Atrapado sin ver,
Un futuro de planes
Por resolver.
UN NUEVO POEMA
Dale a tu corazón
Un nuevo poema
Que hable de amor
Y quite las penas,
Una canción
Que llene tu vida en la tierra.
No le digas adiós
A una promesa,
Una ilusión
Con una sorpresa,
Una razón
Que haga de un día una fiesta.
Dale a tu corazón
Un simple dilema,
Algo de sol
Que fluyan tus venas,
Una pasión
Que cambie tus lágrimas negras.

PERDIDO SIN TI
Estoy tan perdido sin ti
Que ya no entiendo mi verdad,
No hay un sentido en mi
Que oriente mi rumbo a la realidad.
Estoy tan perdido sin ti,
Las noches duran mucho más
Y es un delito vivir,
Agonizando mi identidad.
Estoy tan perdido...sin ti,
Ya no aguanto más,
Muero si no estas...herido.

NECESITO VOLAR
Necesito volar
Lejos de este mundo,
Necesito encontrar
Algo más profundo,
Es importante en verdad,
Es necesario, es justo,
Yo preciso contar ya,
Kilómetros sin un rumbo.
Necesito explorar
Paisajes más ocultos,
Despertar mi verdad
Fuera de un mar inmundo,
Interesante será
Probar nuevos asuntos,
Necesario será
Estar a tu lado, juntos.

DÉJAME HABLAR
Déjame hablar,
No me impidas hablar
Por favor...
Tu terrible adiós
Desde siempre ha dado
Que hablar...
Déjame hablar,
Por aquellos que no tienen voz,
Déjame hablar.
Déjame pensar
En los años de dura
Opresión...
La palabra dios
Desde siempre me ha hecho
Callar...
Déjame hablar,
Mil misterios te descubriré...
ºPor los hombres que dijeron no,
Por la fortaleza de mi fe...
Déjame hablar.

ESTOY
Estoy en la flor y
en los sentimientos
Desatados por amor,
en tu voz...y
en las palabras
que salen del corazón.
Yo no estoy,
ni en la violencia
ni en la sentencia,
de la discriminación
que genera
el odio y el rencor.
Estoy en el calor
Que acelera la llegada
de una gran pasión,
en la sinrazón...
que llena tu mirada
de color e ilusión.
YO NO ESTOY,
NI EN LA VIOLENCIA
NI EN LA SENTENCIA,
DE LA DISCRIMINACIÓN
QUE GENERA
EL ODIO Y EL RENCOR.

ERES MI DESTINO
Yo que entiendo
Tu manera de pensar,
No comprendo
La razón de tu pesar...
Mil problemas
Hay aún por solventar,
No te voy a presionar.
Si alguna vez,
Tú necesitas
Una mano amiga,
Allí estaré,
Déjate llevar...
Voy hacia ti,
Tú eres mi destino
Y vaticino
Que termino...
Que mi sitio está junto a ti.
Tu desesperación
Es una prisión
Que agudiza tu dolor...
Déjate llevar,
Voy hacia ti,
Tú eres mi destino
Y vaticino
Que termino...
Que mi sitio está junto a ti.

TU VOZ
Tu voz...
Calma mi dolor,
Tu voz...
Mi respiración,
Tu voz...
Controla mi motor,
Tu voz...
Toda una pasión.
Estuve fuera de mi mismo,
Tu voz me salvó
De profundos abismos
De miedo y temor.
Tu voz...
Mi corazón, ilusión, evasión...
Que mi mundo cambió
Y llenó de vida...
Mi protección.

DESEO TOTAL
Tu poder me hace caer,
Tu ambición,
deseo total
Y quiero...amarte.
El saber de tu padecer,
Mi obsesión,
Un juego fatal
Y quiero...raptarte.
Tu querer me ha hecho crecer,
Sin perder,
Trofeo carnal
Y quiero...tomarte.
Retener tu forma de ser,
Un placer,
Veneno letal
Y quiero...besarte.
El tener no deja entender,
Tu perdón,
Anhelo vital
Y quiero...tocarte.
(Homenaje a Carlos Berlanga).

NO PUEDO MAS
No puedo mas...
Con tus mentiras me haces llorar,
No puedo mas,
Con tus preguntas quitas libertad
Y no te aguanto,
No soporto mas...
Si no me dejas,
Tendré que marchar. /déjame ya a mi suerte...no puedo mas
No insistas si no me entiendes, /piérdete sin esconderte
Lárgate si no comprendes /y olvídate ya de mi,
Y olvídate ya de mí, /no quiero yo... contigo tratos.
No vivo de tus desengaños.

POR AMISTAD
En un mundo material
Pones tú la bondad,
Simpatía y algo mas...
Entregando paz.
En un mundo de maldad,
Pones tú la verdad,
Fantasía y algo mas...
Evitando el mal.
Aquellas luces vendrán
Y te adivinarán...
Un futuro de felicidad
Y de libertad.
NO QUIERO MAS MENTIRAS
No quiero mas mentiras
Ni mas respuestas sin verdad,
La cara negativa es mi ruina
Y ya no aguanto mas...
No quiero mas mentiras
Ni fantasías con maldad,
Con gente positiva, mezclar mi vida
Y apoyarnos para amar...
No quiero mas mentiras
Ni mas preguntas sin piedad,
Cicatrizar la herida es la salida
Para alcanzar mi libertad.

ATARME A TU DELIRIO
Entre tus brazos me siento seguro, /entre tus manos me siento seguro,
Entre tus manos presiento futuro /entre tus brazos yo tengo futuro
Y no me importan tus mil disculpas, /y no me eches a mi tus culpas,
En el pasado ya fuimos amigos... /yo sólo quiero tenerte conmigo...
Por eso pienso que debes amarme /por eso creo que debes dejarme...
Y atarme a tu delirio. /atarme a tu delirio.

“Tu palabra puede ser importante...libérate y habla”. JAGO-EJP.

martes, 27 de mayo de 2008

RETRATOS DE LA LEPROSERÍA (6)


LA VIDA EXAGERADA DE JESÚS MANUEL

Jesús, vamos no tanto él como su aspecto bonachón, me tenían bastante engañado. Descubrí muchas cosas cuando me decidí a preguntarle por su vida que, no se por qué me parecía anodina y de menor interés: nada más lejos de la realidad, pues Jesús, o Manuel, como le conoce Vicky, nuestra fisioterapeuta, posee una biografía digna de una novela del siglo XIX, de esas en que se suceden a lo largo de cientos de páginas los acontecimientos más melodramáticos que imaginarse pueda.
Veamos: Jesús se instaló en México (donde tenía familia, unos tíos o algo así), tierra de excesos por antonomasia. Se había casado con una antigua monja a la que, poco menos que raptó del convento (encima me casé con la más fea, me dice con una medio sonrisa, pues había salido también con su hermana, según me cuenta). Su matrimonio duró 15 años, los que tardó en desarrollársele la cruel esclerosis, que dejó reducido a este próspero propietario de una cadena de pequeños supermercados a un inválido (bueno, o discapacitado o como se quiera); Como es frecuente en estos casos, la enfermedad, en su caso, o el accidente, en otros, acabó con su matrimonio. Si bien simultáneamente otra gran desgracia se cernió sobre su cabeza: su hijo falleció en un accidente de coche (aunque Jesús tiene otra hija, que en la actualidad cuenta 23 años, según me dice).
El mundo se le cayó encima a Jesús, que antes de emigrar a México había sido taxista en Pravia (pequeña villa del centro-occidente asturiano, próxima a Avilés): “Recorrí media Europa y casi toda España”, me cuenta con una cierta amargura, inusual en él, “y ya ves en qué he acabado”, añade casi con cierto resentimiento hacia una vida que no le ha tratado nada bien.
Un mal día, advirtió que se le habían “dormido” los dedos de una mano. Al día siguiente los de la otra. Como no reaccionaban, visitó al médico, que inicialmente no detectó nada extraño. Pero como los problemas seguían, tras una resonancia magnética se pudo confirmar el origen de esta alteración: se le estaba desarrollado la temible esclerosis múltiple (ya hablé de ella en el retrato de Juan). A diferencia de Juan, a Jesús le ha afectado gravemente su capacidad para hablar (disartria, creo que se llama) por lo que es “cliente” del servicio de logopedia aquí.
Jesús tiene siempre la sonrisa dibujada en la cara y no le gusta dramatizar. Creo que si leyese este modesto retrato, se encogería de hombros, y sonriendo irónicamente, pues detesta exagerar, diría con el acento mexicano que le carazteriza "y que le vamos a hacer", abriendo los brazos, encogiéndose de hombros y mostrando ese punto de malicia socarrona que le caracteriza.

sábado, 24 de mayo de 2008

PAZ EN GUERRA

Paz (mi "madrina" aquí), con el su "afiau", en Salinas


A Amina y María (1)

Sí, me gustan los juegos de palabras. Por eso titulo esta entrada, dedicada por esta vez, y sin que sirva de precedente, no a un compañero de la “leprosería”, si no a una trabajadora. Mi amiga Paz.
Paz, que es pequeñita y pelirroja, no para quieta: “fuego en culo” llamamos por aquí a esas personas extraordinariamente activas y trabajadoras; que Jesús o Dani se atragantan con la comida, allá va Paz a intentar sacarlos del aprieto; que yo pierdo cualquier cosa (lo que, dado mi despiste proverbial ocurre con más frecuencia de la que me gustaría), allí llega ella “ipso facto”.
Por casualidad (caprichos de la rotación de turnos) fue la primera que me ayudó a asearme por las mañanas, al llegar aquí. También por casualidad, cuando se instauró la figura de la “tutora” (una auxiliar que ayuda a cada residente para cubrir sus necesidades específicas) a mí me asignaron a Paz para ese cometido: desde entonces se refiere a mí como “el su afiau” (su ahijado, en bable(2)).
Y es que Paz, efectivamente está en guerra permanentemente. No es una guerra contra nadie, si no a favor, a favor del bienestar de cada residente aquí.
Por eso espero que, si ella quiere, esté muchos años con nosotros (sería muy deprimente levantarme un día y no escuchar en la lejanía sus justas imprecaciones a unos y otros: “actividad, actividad” suele repetir con su voz grave, e incluso un tanto “cazallera” de fumadora empedernida).
(1).- Amina y María trabajaban aquí. Sorprendentemente vieron rescindido su contrato, por razones que a mí, y a casi todos los residentes, se nos escapan (se supone que son "razones" presupuestarias las que han llevado a esto).
Eran dos buenas trabajadoras. Esta arbitrariedad ha enrarecido bastante el ambiente por aquí .
(2).-simpático dialecto del castellano que se habla en Asturias.

viernes, 9 de mayo de 2008

RETRATOS DE LA LEPROSERÍA (5)

Tras el inexcusable homenaje a mi padre, por su aniversario, reanudo los "retratos de la "leprosería", en que intento presentaros a mis compañeros de domicilio actuales

MI BUEN AMIGO JUAN

Yo no creo en el destino: eso de que nuestras vidas estén “predeterminadas” por un plan previo al que no nos podemos sustraer. Pero si en el azar, que me sirve para explicar todo aquello que se escapa a la razón.
Esto viene a que, por casualidad, a lo largo de mi vida, mis mejores amigos siempre se han llamado Juan; desde mi entrañable amigo de la más tierna infancia, mi compañero de colegio, el “cubano” (1) Juan Carlos Prieto González, a mi compañero del instituto, el cordobés Juan Manuel Bernal Paños (2), y a mi amigo del alma en la universidad, el poleso (3) Juan Francisco Martínez Fuente.
Pues bien, aquí, en la “leprosería”, también he encontrado un Juan con el que tengo especial afinidad. Su nombre es Juan Alfonso González Ordóñez, y como la mayoría de los residentes aquí padece esclerosis, una cruel enfermedad degenerativa, que se traduce en la pérdida progresiva de fuerza muscular, que le ha ido incapacitando para las tareas más sencillas.
Pero Juan es una persona inteligente, independiente y con opiniones propias bien fundadas.
En su rostro casi siempre hay dibujada una sonrisa escéptica, como si por principio desconfiase de las “maravillas” que se empeñan en pintarle.
Juan es muy joven (35 años) pero ya ha perdido por completo el cabello, que debió de ser rubio.
Como he tenido un serio problema en los pies (atacados aviesamente por hongos que me impiden poner las botas ortopédicas que me sirven para, con enormes dificultades, ponerme de pie y dar unos "penosos" pasos) me “toma el pelo”, insinuando que nunca podré volver a ponerlas, a lo que yo le respondo tildándole de “cenizo”.
Ahora se ha ido todo el mes a Salamanca, donde la Asociación de esclerosis tiene un piso, que comparten periódicamente algunos enfermos.
Como José María, mi vecino argentino también se ha ido (este, definitivamente: se han acabado las obras en su ascensor), creedme que me encuentro bastante sólo y deseando que Juan vuelva (eso de retirarse presuroso a encerrarse en la propia habitación, no va mucho conmigo-echo de menos la tertulia que José María, Juan y yo manteníamos todos los días después de comer-).
Sin embargo hoy, los compañeros me tenían reservada una sorpresa: me han nombrado por aclamación (y en ausencia de candidatura alternativa alguna, portavoz del colectivo de residentes-“Jo, es que eres el que mejor te expresas”-, me espetó Cristina ante mis reticencias a aceptar el cargo -y ya sabéis lo difícil que me resulta negarle algo a una mujer, y si es guapa como es el caso, más-).
Yo sigo teniendo mis dudas, pero la mirada implorante de Cris, y la ausencia de más candidaturas, me ha hecho aceptar sin más objeciones. Como Ángel (ya os he hablado de él) y Jesús (prometo “retratarle” en breve) secundaron entusiastamente la moción, pues ya me tenéis con una nueva ocupación (y una “disculpa” nueva tras la que esconder mi pereza, je, je...).



(1).- Hijo de emigrantes españoles en Cuba, le perdí la pista hace muchos años
(2).- Se que regresó a Córdoba, cumpliendo el mayor anhelo de este rendido admirador de Carlos Cano, “Triana”, y “Medina Azahara” con quien nos “martirizaba” en su coche, haciéndonos escuchar una y otra vez las mismas canciones. (Llegué, incluso, a odiar al pobre Carlos Cano tras dar oídos por millonésima vez a aquello de “La Habana es Cádiz con más negritos, Cádiz La Habana con más salero”, hermosísima habanera por otro lado).
(3).-Natural de Pola de Siero, bullanguera villa del centro de Asturias. Lo vi por última vez en el “camping” de Tapia de Casariego, una “memorable” tarde de agosto de 1990, en que todos acabamos borrachos.

miércoles, 23 de abril de 2008

EL CUMPLEAÑOS


A Gregorio.


Mi padre se llama Gregorio. Hoy cumple 75 años. Desde luego, es mi anciano preferido (y no debería decir esto, pues detesta que le consideren como tal).
Ha tenido una vida dura, mi padre, plagada de sinsabores. Marcada por el estigma de la derrota y la mala suerte, las cosas como son.
Cuando las cosas le iban mejor (había conseguido hacerse una reputación como tallista de madera), mi accidente le cortó en seco (prefirió ocuparse de mi-que estaba en una situación crítica-, que dedicarse con los cinco sentidos a la talla, con la que estaba empezando, a base de un descomunal esfuerzo, a hacerse un “nombre” en el mundillo artístico).
Hoy, además, no me ha sido posible regalarle, como tenía pensado, la biografía que Santiago Carrillo ha escrito sobre su admirada Dolores Ibarruri (1).
Por ello le dedico este post, sabiendo que lo que merecería es un monumento, porque mi padre es, sobre todo, un hombre bueno.

Felicidades, papá.

(1).- El mal estado de mi pie me ha impedido desplazarme hasta la librería de la que soy ciente habitual.

lunes, 14 de abril de 2008

RETRATOS DE LA "LEPROSERÍA (4)

JOSÉ MARÍA, EL "ARGENTINO"

José María vive en la habitación contigua. Es bonaerense, hijo de un inquieto marino gijonés y una danesa que todavía vive (ya sabéis, Argentina, tierra de mestizajes...)
Cuenta cómo acabó en las “acogedoras” instalaciones de la tristemente famosa Escuela de Mecánica de la Armada, allá por el año 1977.
Cuenta cómo fue torturado, por ser simplemente simpatizante de la izquierda.
Cuenta cómo se libró “por un pelo” de ser “obsequiado” con un billete gratuito en uno de los “viajes de la muerte”.
Cuenta cómo se despidió de algún compañero que si participó en uno de esos viajes sin billete de vuelta, y de cómo el camarada en cuestión se dirigía confiado hacia ese lugar del que no regresaría jamás.
Cuenta, sin poder evitar una sonrisa, como a un cuñado suyo, “más católico que el papa y más de derechas que Franco”, le confundieron en plena ordalía torturadora, y también acabó en la infausta E.S.M.A.
Cuenta todas estas cosas mi amigo José María que ha vivido mucho, y que espero tenga que vivir mucho más todavía, pues es el mayor de los residentes aquí (57 años, los que, cuenta, vivió su inquieto padre, el marino, hasta que un cruel cáncer acabó con su vida).
José María, que ya ha perdido el cabello, debió de ser pelirrojo (pues luce un espléndido mostacho de ese color).
No ha tenido una vida fácil, José María, y, para colmo, un accidente cerebral le paralizó la mitad del cuerpo hace un par de años, cuando había regresado a la tierra de su padre, huyendo de la enésima crisis económica que asolaba el “país austral”.
Está aquí temporalmente, mientras le arreglan el ascensor de su casa. Creedme, que cuando se marche le voy a echar mucho de menos.
Será difícil desayunar privado de su conversación, de sus ¡Qué “pelotudo”!..., asombrado ante cualquier tontería que le cuento, de sus “está macanudo esto”, si le gusta la comida, de su sonrisa irónica, de sus “¿Qué hubo, muchachos?”, cuando nos encontramos después de comer al salir del ascensor.
Por eso, espero con temor el día que nos diga, con su peculiar acento porteño, “Muchachos, ya acabaron las obras, me voy”, y es que hay amigos a los que duele verles alejarse, aunque permanezcan para siempre en nuestro corazón.