sábado, 22 de diciembre de 2012

CHUS

El miércoles nos enteramos del fallecimiento de Chus. Tras no poder superar lo que se llama una larga y penosa enfermedad (vamos, un cáncer, tampoco es ninguna vergüenza) nos abandonó en la madrugada del martes al miércoles. Mi compañero Ramón Cortina (a quien todos conocemos como "Mon") le dedicó estas sentidas palabras:


La muerte de María Jesús Iglesias, jefa de planta del Centro de Atención Integral de COCEMFE-ASTURIAS en Viesques (Gijón), no copará portadas de periódicos, ni abrirá informativos. Ni falta que hace. Esos espacios suelen estar reservados a indecentes y miserables, que están en las antípodas de Chus, que, sin darse importancia, ni vender biografías, trascenderá en el tiempo y el espacio a través de la  memoria de tod@s aquell@s que la conocimos.

Trabajó por y para las personas con dependencia, al pie del cañón, a ras del suelo, en medio de la más farragosa trinchera; hasta que su cuerpo, su maldito cáncer, dijo “basta”. Ponía fe, compromiso, y amor en todo lo que hacía. Y su profesionalidad superaba ampliamente la excelencia.

La conocí en mi peor racha. Y me ayudo a atravesar la dura senda que separa a la “piltrafa humana” que se encontró del sujeto propositivo que parece que vuelvo a ser. La palabra “gratitud” no abarca ni un tercio de lo que siento. Fui afortunado en conocerla

Mi cariño y mi admiración infinita. Descansa en paz, amiga Chus, que si alguien lo merece de verdad, eres tú.

Ramón Cortina

domingo, 16 de diciembre de 2012

DEMOCRACIA I-RESPONSABLE


Nadie dimite:

Que sufro una alucinación, convoco un referéndum teniendo una cómoda mayoría absoluta, buscando una mayoría “excepcional”, y pierdo 12 diputados, y la mayoría absoluta pasa a ser relativa, complicando seriamente la gobernabilidad y los intereses de mi partido, que sólo por la imposibilidad de articular una mayoría alternativa puede seguir gobernando, ¡no pasa nada…! a poner cara de cemento armado, y a sacrificarse encabezando el ¿nuevo? Gobierno.

Que en medio de una crisis económica sin precedentes, el partido que sustenta el gobierno mienta, incumpla una por una todas las promesas que le dieron la victoria, y el partido de la ¿oposición? encadene derrota tras derrota, y sea incapaz de ofrecer ninguna alternativa creíble, ¡no pasa nada…! a lo mejor cuando la ruina sea total, los ciudadanos comprenderán milagrosamente su “equivocación”, y nos devolverán el poder, aunque sea para gestionar la ruina más absoluta.

El caso es agarrarse como lapas al sillón, poner “cara de póker” a las inclemencias, y a seguir figurando, que de eso vivimos.

Como hombres y mujeres de bien, sigamos votando al PPPSOE. Porque no hay más partidos y, si los hay, seguro que no merecen una oportunidad. Está demostrado.  El PPPSOE se ha ganado con creces nuestra confianza. Por su integridad, su acrisolada honradez. Por devolvernos al glorioso siglo XIX, el de la primera restauración borbónica, el de la alternancia anodina de liberales y conservadores, el del caciquismo y la connivencia con el sagrado catolicismo, con un “simpático” Borbón como Jefe del Estado (porque los Borbones siempre fueron simpáticos y campechanos –con la excepción, claro, de la “oveja negra” del linaje, Fernando VII, que era artero y un poco sanguinario,  en qué familia no hay un “borrón”, alguien de quien avergonzarse,  esto hace aún más “simpático”, por comparación, al resto del linaje-).

           Perfectamente intercambiables: los dos líderes del partido único que se alternan civilizadamente en el poder

martes, 4 de diciembre de 2012

ELEGÍA A UNA AMIGA INOLVIDABLE


Después de comer, mientras reposo en la cama mis pies doloridos (no podría aguantar hasta la noche con las botas ortopédicas que me son imprescindibles) suena el teléfono. Un número desconocido. Una voz de mujer, llorosa, me comunica que mi amiga Susana ha muerto hace un mes en Madrid. No me lo creo. Todavía cuando escribo estas líneas me cuesta asimilarlo. Pregunto otra vez. Pero, ¿Susana?, ¿Paula? (me acuerdo, de repente, que se llamaba Paula Susana) ¿cómo es posible? Qué es, que tenía cáncer o algo así. No se por qué se me ocurre eso. No, murió de repente. 47 años, ya ves, me dice Coba, la hermana, que no puede parar de llorar.

Y me quedaron tantas cosas por decirle. Y por hacer con ella. Nos conocimos de muy niños. Con 6 años. Era la niña más guapa del colegio. Me enamoré de ella. Nunca se lo dije. Nunca la besé. Nunca me besó. Dejamos de hacer tantas cosas que nos apetecen. ¡Qué estúpidos somos!

Ahora me siento mal. Destrozado. En momentos así uno se da cuenta de la fragilidad de la vida. De la inutilidad de todo. Nos esforzamos en descubrir el sentido de la vida, y la conclusión es que, sencillamente, no lo tiene.

Ya lo dijo Shakespeare, en Macbeth, “La vida es una historia de ruido y furia, contada por un idiota”. Magro consuelo.

Y, sin embargo, no hay nada más. A partir de ahora, como goliardo vocacional que soy, “carpe diem”. A beber. A comer. A follar todo lo que pueda.

en el colegio, con 8 o 9 años: Susana es la guapa niña de la esquina de la segunda fila. Yo, en la otra esquina, con jersey rojo, parezco espiarla desde lejos. Siempre fue igual.



Lo haré pensando en ti, Susana. Perdurarás en mi recuerdo. Agarraré una cogorza en aquella bodega accesible de la Avenida de la Costa a la que nunca nos decidimos a entrar. En tu honor, iré el 10 de febrero, el día en que hubieses cumplido  48 años, y pienso emborracharme, te lo juro.
Aunque lo que me duele, amiga querida, es que ya nunca podremos acostarnos. Seguro, que tras tu timidez se escondía una formidable amante por descubrir. Nunca lo sabré. Por gilipollas.
Tu hermana me contó que te  habías ido a Madrid hará cosa de un mes, a recorrer los museos y teatros que no tenemos en Asturias, aprovechando el "puente" de difuntos (toda una premonición) y que allí, de repente, sin avisar, te sorprendió la muerte. Seguro que, frágil y leve como eras, algún clemente viento de componente este te habrá arrastrado ya hacia esa martirizada Grecia que  tanto amabas, y allí, nos esperarás para siempre, en el Parnaso donde ya estarás al lado de tu admirado Julio Cortázar, disfrutando de  cronopios y famas para la etenidad , como mereces.
Recuerdo con desazón la última vez que te vi. Habías venido a visitarme a la "resi". Tomamos vinos, y "picamos" algo. Estaba decidido a preguntarte por la extraña razón que, conociéndonos desde hacía tanto tiempo, y siendo buenos amigos, nos impedía darnos un simple beso. En el indicador de la parada caían, inexorables, los minutos que faltaban para que llegase el autobus. Al final, este asomó por la esquina. Yo te miré. Y, sin decir nada más, como siempre, te dejé ir. "Hasta la próxima", pensé.
Nunca te volvería a ver. Nunca sabría a que sabe tu piel. Ahora llevo una semana en que las lágrimas no cesan de correr. 
Un beso eterno, amiga (y nada casto, que ya está uno cansado de hacer el idiota).
 

domingo, 2 de diciembre de 2012

LA GRAN MANIFESTACION


Hoy, 2 de diciembre, víspera del día mundial de la discapacidad, los discapacitados, inválidos, minusválidos o como se nos quiera llamar,  nos echamos a la calle también. Los gobiernos (nacional, autonómicos, municipales) deben a nuestras asociaciones un auténtico dineral. En época de “vacas gordas”, cuando “hacerse la foto” con un inválido les reportaba votos, comprometieron lo que no era suyo.

Con las “vacas flacas” se lavan las manos. Las subvenciones a nuestro colectivo se han evaporado, y muchos de nosotros corremos serio peligro de exclusión. Se  va imponiendo una suerte de darwinismo suicida por el que sólo los más aptos sobrevivirán. ¿Puede el ser humano permitirse aplicar esa “eugenesia social”?¿No tuvimos suficiente con el experimento nazi de hace más de medio siglo? ¿Llegará a considerar esta sociedad declinante en que vivimos, al Dr. Menghele como su “santo patrón?

Parece que la sociedad, este capitalismo declinante, pretende dar de lado a sus miembros supuestamente menos aptos. Aunque sólo sea por egoísmo (todos somos seres humanos, animales limitados, y nadie está libre de una desgracia que le condene a la silla de ruedas, o a cualquier otra discapacidad) téngannos  en cuenta, reserven una parte del presupuesto para sustentar a esta parte más débil de la sociedad.

Diversos motivos me impidieron estar en la manifestación de Madrid. Sirva esta modesta entrada como la aportación a la lucha de este inválido, que lo es desde hace casi 20 años. ¡Y a mucha honra!