miércoles, 31 de diciembre de 2008

EL DÍA MÁS NEGRO

¿LA “LEPROSERÍA” SE SUICIDA?

Este 31 de diciembre de 2008, pasará a los pequeños anales de mi historia personal como un día remarcado en negro, día del triunfo de la iniquidad y el capricho. Los peores augurios se han cumplido, y algunas de las mejores trabajadoras aquí (mi querida Paz, que se despidió de mi con lágrimas en los ojos, Begoña, Mónica, Estela), a las que hay que unir al cocinero Benito, y al portero Luis, fueron, sucesivamente llamados al despacho de la señora directora, Dña. Aurelia García, y allí les fue comunicaba la disparatada decisión de que sus contratos NO serían renovados. Voy a ahorrarme la lista de improperios que me provoca proferir, pero la situación aquí, privado, ya definitivamente de la compañía de quienes considero forman parte ya, de mi más estrecho círculo de amistades, oscila entre lo patético y lo deplorable.
No quiero dar pistas sobre mi futuro proceder (se que este blog, debido a una “imprudencia” mía, se encuentra ya bajo la atenta vigilancia de Doña Aurelia, y sus secuaces) pero intentaré que este monumental “atropello”, no se quede así, y que Doña Aurelia, no “se vaya de rositas”, una vez más.
Una de las cosas que más lamento es la "cobarde" actitud de la dirección, pues todo esto viene de una represalia ("casualmente" las nuevas cesantes-mis amigas-eran las abajo-firmantes de un escrito que, dirigido inutilmente al Principado, denunciaba una serie de irregularidades en la gestión de este ya agonizante centro).

sábado, 20 de diciembre de 2008

OPORTUNISMO Y DEMAGOGIA


A Horrach, y a mi compañero de colegio, Ignacio Prendes, ellos saben por qué (1).



O LA NECESIDAD DE RESPETAR EL ESTADO DE DERECHO, SIEMPRE; Y EL PELIGRO DE LOS ATAJOS



Rosa Díez, lo reconozco, no puedo con esta mujer, es la portavoz de un pequeño y simpático partido que, teniendo un gran futuro o no (no soy “vidente” ni “pitoniso”) se empeña en “coger atajos” hacia el éxito.
Pretender que el legislativo ilegalice un partido (por deplorable que éste nos pueda parecer), aunque esté “muy bien visto” por la mayoría de la ciudadanía, y en este caso creo que lo está, supone poner en peligro los fundamentos mismos del estado de derecho y, por tanto, de nuestra misma democracia. Pero ¿qué fue de Montesquieu, y aquello de la división de poderes?
El atajo y las prisas pueden ser más contraproducentes que otra cosa, amén que “igualarnos en métodos con los enemigos de la democracia, nos descalifica como demócratas”
Si empleamos sus mismos métodos, con qué autoridad moral, vamos a exigir a los terroristas y adláteres, que respeten la democracia. ¿No tenemos en los “Guantánamos” de Bush, suficiente escarmiento al error?
Pues bien, la pizpireta diputada Rosa Díez presentó el pasado 16 de diciembre una moción en el congreso destinada a disolver los ayuntamientos regidos por la organización “filo-etarra” ANV.
Considero esta moción que, sólo apoyada por el PP, no prosperó, un intento bastante grave de subvertir la división de poderes en que se fundamenta nuestro estado de derecho. Con esta pretendida “chapuza”, la señora Díez podría haber puesto en peligro, de haber tenido éxito, los fundamentos mismos de nuestra democracia.
Partidario como soy de la absoluta libertad de expresión, creo que cada cual es muy libre de decir las insensateces que le parezcan oportunas, pero no de “dar armas” a los enemigos de la misma democracia a la que se dice defender.
Porque si anulamos la división de poderes, la “dialéctica por la cual la legitimidad del ejecutivo proviene siempre del legislativo y está siempre supeditada al judicial”, nos encontraríamos, de golpe y porrazo inmersos en el caos (vamos, lo que quieren, precisamente, los enemigos de la democracia, a los que pretendemos combatir).
Por eso, me alegro que la demagógica y oportunista moción presentada por la Señora Díez, el pasado 16 de diciembre decayese, no sin antes ser sometida a un rico debate, porque los problemas complejos nunca pueden tener soluciones simples.

(1).- Mi amigo “virtual” el filósofo mallorquín Juan Antonio Horrach (http://horrach.blogspot.com/) es militante de UPyD, y mi antiguo compañero de colegio el abogado Ignacio Prendes es portavoz de UPyD en Asturias.

jueves, 18 de diciembre de 2008

SANTA KLAUS NO ES DEL ATLÉTICO DE MADRID


Al Futuro Bloggero, compañero de “sufrimientos” futbolísticos.

No, me niego, ese gordo ridículo no tiene nada que ver con nuestro Atlético de Madrid. No he visto, no puede ser, a nuestra máxima estrella actual, el “Kum” Agüero, tratando de imitar patéticamente a ese “gordo palizas”. No puede ser. Sin duda es una alucinación ¿me habrán echado algún psicotrópico a la comida? Sólo eso podría explicarlo.
Los “colchoneros” somos una raza aparte. Una afición que disfruta con la agonía, y el sufrimiento que, además, raramente se ve recompensado por el triunfo final. Yo me hice del Atlético de Madrid en la final de la Copa de Europa de 1974 ¡Qué manera más gloriosa de “palmar”!, que diría el himno de Sabina (colchonero ilustre donde los haya, por cierto), ese remar y remar para que, en el último segundo de la prórroga aquel alemán de nombre impronunciable, lanzase un “pepinazo” desde “su casa”, y el balón, traidor, se colase pegadito a la base del poste, haciendo inútil la quizás deficiente estirada de Miguel Reina, y consiguiendo el empate para los “malditos alemanes”. Luego, dos días después (fue la última final de la Copa de Europa en que no se recurría a los penaltys para dirimir un empate), con varios lesionados y sancionados, nos metieron un 4-0, y se quedaron tan frescos. A los 5 minutos de aquella derrota (que tan injusta le pareció a aquel niño de 8 añitos y que sigue siendo la más gloriosa que recuerdo) yo me hice del Atlético de Madrid y juré odio eterno al fútbol alemán, para el resto de mi vida. Como estas cosas de las querencias son así de viscerales, puedo seguir diciendo que no me gusta el fútbol, pero sí el Atlético de Madrid, el que sólo me “desenganché” en la temporada 1995-96, en que “mi” Atlético se "disfrazó" de su vecino y "eterno" rival, y,olvidando su esencia dionisiaca y agonística, lo ganó todo “de calle” de la mano del dúo Gil (presidente)-Antic (entrenador), y precisamente esa manera un tanto “abusiva” de pasearse por los campos de España, me pareció en contradicción del “espíritu atlético”, indisoluble del sufimiento ¡Pero qué bien nos saben las pocas victorias que obtenemos, literalmente conseguidas con el "sudor de nuestra frente"!
No, “mi” Atlético de Madrid no puede tener nada que ver con ese gordo asqueroso, empalagoso y ridículo (Y, conste, no tengo nada contra los gordos, que siempre me “cayeron” más simpáticos que los que tendemos a la delgadez). Pero, ese invento de la coca-cola, no puede tener nada que ver con nosotros.
Nosotros somos “dionisiacos”, alternativos, diferentes. El dichoso Santa Klaus me pega más como mascota del vecino, y eterno rival, siempre tan “políticamente correcto”. Que luzca colores rojiblancos es, en realidad, un invento de la "Coca-Cola", un truco publicitario.. En todo caso, nosotros nos quedaríamos siempre con los “castizos” Reyes Magos.
He dicho.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

BUENAS NOCHES, SANDRA

A la espera de nuevos acontecimientos en la "leprosería",una nueva y, seguro, insuficiente, incursión en el relato breve. Espero, no obstante, que os guste.





A Raymond Carver






Estacionamos nuestras sillas de ruedas a la salida del ascensor. Suficientemente separadas de la puerta. No vayamos a “estorbar”. Hablamos de “lo divino y lo humano”. Solucionamos todos los grandes problemas del mundo. Mi amigo dice que es partidario de la “mano dura”. “No digo la pena de muerte, no, pero sí la cadena perpetua”. Yo, me callo por esta vez. No me gusta discutir, y menos con mi mejor amigo aquí. En broma, le llamo “Terminator”, y me callo, sonriendo para mis adentros, al imaginarme a semejante “Schwarzenegger” en silla de ruedas. Sería complicado explicar que, desde que vi “Furia”, de Fritz Lang, me asusta “saltarme” la presunción de inocencia, y la pena de muerte me parece inadmisible. Pero me callo. Amago con iniciar, con gran energía y determinación mi argumentario “abolicionista”, pero percibo los rostros cansados de mis interlocutores (y también mi propio cansancio-noto cómo, contra mi voluntad, los párpados me pesan tanto que los ojos se me van cerrando-). Abro la boca. Intento reprimir ese bostezo, pero no puedo.
Sandra sale del ascensor. Es una chica alta y delgada. Se desplaza lentamente, apoyándose en su bastón. Nadie sabe lo que le pasó. Ella tampoco. Habla poco. Como todos los parcos en palabras, me cae bien. Dicen menos tonterías, y te ahorran dolores de cabeza. Últimamente se ha empezado a reír. Con frecuencia. Me gusta ser amable con ella. Me inspira una enorme ternura. Le digo: “Buenas noches, Sandra”. Me responde, dubitativa: “Ti, buenas noches, Sandra”. Tiene los ojos grandes, Sandra. Y permanentemente asombrados. Parece una buena persona. Con sus limitadas posibilidades, intenta siempre ayudar a los demás. A su vecino Tino, por ejemplo. Con su paso vacilante y su permanente sonrisa, empuja la silla de Tino. No se entera de nada, el pobre Tino. Vive en su mundo. A veces inicia un discurso ininteligible que conduce a ninguna parte. Tiene un rostro inocente y bondadoso, Tino. El otro día lo sentaron en una silla normal, sin arnés, y se pegó un tremendo trompazo. A los dos días volvieron a hacerlo y se rompió la cadera. Dos semanas de hospital y ya está de vuelta. La casa no sería lo mismo sin él. A los pocos días, Sandra empuja otra vez la silla de Tino por la planta baja. Entran en el ascensor. Suben. Mientras, se ha formado una repentina “cola” de sillas de ruedas a la puerta del ascensor. Lo menos, cuatro o cinco. Los inválidos empiezan a dar muestras de impaciencia. La luz no se apaga. El ascensor debe estar quieto en el primer piso. De pronto se enciende el indicativo de que desciende. Los inválidos se miran aliviados, como diciendo “era hora”. Por fin, la puerta se abre. Sandra y Tino siguen en el ascensor. Sandra se ríe. Vuelve a pulsar el botón para subir. Los inválidos intercambian sonrisas cómplices, pero algunos no ocultan su impaciencia. Se repite el mismo proceso anterior. El ascensor sube. Pero vuelve a demorarse en el piso de arriba. Más tiempo si cabe. Ahora algún inválido más impaciente se ha acercado y pulsado el interruptor de llamada del bajo. El ascensor vuelve a bajar. Más miradas aliviadas. Las puertas se abren. Ahora es Tino el que está sólo en el ascensor, agarrado con todas sus fuerzas a la barandilla del fondo. Alguien llama al conserje, para “desatascar” el embrollo. De alguna manera, lo hacen. Los inválidos circulan con cierta fluidez hacia el piso de arriba. Yo soy el último en subir. Y al llegar arriba me encuentro con Sandra, recostada contra la pared, que me dice, con el rostro ilusionado de quien ha hecho un gran descubrimiento: “Buenas noches, Sandra”, mientras su risa, fresca, se expande por todo el pasillo.

lunes, 15 de diciembre de 2008

PUNTUALIZACIÓN A MI ANTERIOR ENTRADA

Quizás merezca más el calificativo de esquizofrénico que el de ciclotímico, pero:
En la anterior entrada, denunciaba una serie de hechos gravísimos para el presente y el futuro de la “leprosería”.
Pues bien, mis fuentes me dicen ahora que la mayoría de ellos, todavía no están plenamente confirmados (aún parece quedar una remota esperanza, vaya) aunque, mantienen estas mismas fuentes, siguen siendo lo más probable.
Como me gusta tener siempre un cierto rigor en mis afirmacione -aunque como diría mi buen amigo el filósofo mallorquín Horrach (http://horrach.blogspot.com) "La verdad no puede ser nunca absoluta, si no entendida siempre como problema"- me toca pediros excusas, y esperar que lo relatado en la anterior entrada no se cumpla, y quede circunscrito al ámbito de mis particulares pesadillas. Nada me gustaría más.

domingo, 14 de diciembre de 2008

¿SOBREVIVIRÁ LA "LEPROSERÍA"?

A Paz, Mónica, Begoña, Loli, Estela y todas las demás “víctimas”.

No, no es ponerse “trágico”, pero los últimos acontecimientos aquí me hacen ser más pesimista que nunca sobre el futuro de esta mi casa (la real, en ningún caso esta virtual que tantas satisfacciones me da).
Viene esto a la disparatada política de personal que lleva a cabo la dirección de este centro, basada en la arbitrariedad y el capricho, y que consiste, contra la más mínima racionalidad, en castigar a los mejores, y premiar a los más mediocres (o no tanto capricho, porque los “mejores” suelen tener la comprometida costumbre de pensar y, por tanto, cuestionarse el funcionamiento de las cosas, por lo que son siempre peligrosos para el poder establecido).
Recordareis que hace algún tiempo os contaba que la mala situación aquí me había obligado a llamar al Principado de Asturias, en busca de algún remedio, y de la un tanto decepcionante respuesta que se me dio.
A los pocos días, la señora directora me llamaba a su despacho, y me refería las continuas quejas que le estaban llegando, y que ella sabía eran por mi causa, y me “amenazaba”, si bien difusamente, con alguna represalia si seguía por ese camino.
Pues bien, luego sucedió el confuso episodio que acabó con Carmen en la calle, si bien había dos precedentes anteriores (Amina y María) aunque por lo menos en este caso de Carmen, la dirección se tomó la molestia de buscarse una excusa (si bien muy difícilmente creíble) para “librarse” de ella-el caso está ahora en los tribunales-.

Antes, la imprevista, y descorazonadora baja de la educadora Nuria, aunque parece que se marchó por “decisión propia” ante la divergencia de criterio con la dirección -todavía hay quien coloca su propia dignidad por encima de sus conveniencias, y la valiente Nuria es un caso admirable de esta “especie en extinción”-.
Y antesdeayer, la culminación de esta lamentable serie de despropósitos: la dirección le comunicaba a una serie de trabajadoras (mi entrañable Paz, la pequeña Mónica, la “guasona” Begoña, la “rubensiana” Estela, la gobernanta Loli, que “agradecía sus servicios”, pero que sus contratos espiraban el 31 de diciembre, y no entraba en los planes de la empresa, renovarlos (casualmente todas estas trabajadoras eran las “abajo firmantes” de un escrito que hace tiempo denunciaba las flagrantes irregularidades de este equipamiento) (1).
Como estoy harto y, aún reconociendo que, quizás por la inyección de dinero que ha conllevado la puesta en marcha del centro de día, las comidas (en calidad y cantidad) habían mejorado, denuncio, con la limitada publicidad que pueda tener este rincón de la bloggosfera, la incompetente y arbitraria gestión de la directora de este centro, Dña. Aurelia García, al fin y al cabo, en quien, por su cargo, cabe hacerse recaer la responsabilidad de todos estos despropósitos.
Por todo ello, me tengo que hacer la pregunta del título ¿sobrevivirá la “leprosería” a esta serie de calamidades?, o será demasiado para ella.

Las perspectivas para el año nuevo (privado de la compañía y el apoyo de algunas de las que ya considero, mis mejores amigas) oscilan pues entre lo nefasto y lo trágico.

Feliz navidad, amigos (y encima eso, que ya están aquí las dichosas fiestas otra vez).

¡Qué depresión!

(1).-Comunicación que se hacía extensible al cocinero Benito, y al portero de la tarde, Luis.

jueves, 11 de diciembre de 2008

LOS INVÁLIDOS NO SOMOS IGUALES, SOMOS SUPERIORES



A Jack London, que me descubrió al maravilloso leproso rebelde, Koolau.

A Loli, que nos mantenía la moral alta repartiendo siempre piropos (esperando su prometido regreso, porque la vida es mucho más aburrida sin ella aquí).




Quizás esta “eufórica” afirmación, se deba a un “mini-cursillo” de autoestima al que la “leprosería” asistió ayer, en el marco de unas jornadas sobre “discapacidad y vida sexual”, desarrolladas en el Hotel Abba Gijón, del que tendría que decir alguna cosa sobre su deficiente “adaptación” a las necesidades de nuestro colectivo (*).
Pero bueno, intentaré explicarme, porque este título, tal que así, podría parecer un tanto “filo-nazi”, si bien más como el reverso exacto de esta ¿ideología?: Si digo que los inválidos (sabéis cómo odio los eufemismos, y lo que me molesta la fea palabra, discapacitado) somos superiores, no es sólo por uno de mis habituales ataques de “egocentricidad”, si no porque estimo que lo que diferencia al género humano del resto del mundo animal es el raciocinio, y, desde este punto de vista, nadie es más humano que un inválido, discapacitado, o como se nos quiera llamar: mermadas como tenemos las facultades físicas, tenemos que suplirlas con nuestro ingenio, nuestra inteligencia y nuestra imaginación (algo, por cierto, especialmente válido, si lo referimos al terreno de la sexualidad, precisamente, ya que a este tema estaban referidas las jornadas en cuestión).
En casi 16 años de pertenencia a este colectivo (mi accidente, como quizás muchos ya sabéis, ocurrió en febrero de 1993) he aprendido muchas cosas: no sólo que la vida no se acaba por estar “atado” a una silla de ruedas, que es obvio, si no que nuestras posibilidades son prácticamente infinitas, y más para quien, como yo, siempre detestó (o no se interesó en absoluto) el deporte y la actividad física (el único deporte que me interesaba lejanamente era el baloncesto-asociaba el recurrente sueño de “gravitar” por los aires, a efectuar un “mate” en una canasta a 3´05 m. de altura, y mis posibilidades reales de hacerlo son las mismas desde la silla de ruedas, que hace casi 16 años, cuando caminaba: NINGUNA-).
Sí, desde la silla de ruedas (a veces me parece que ya forma parte indisoluble de mi cuerpo) puedo hacer prácticamente cualquier cosa, y más con los avances técnicos del mundo actual (ordenadores, informática en general) que me permiten hacer una de las cosas en las que hayo más placer: escribir, y difundirlo, concretamente, a través de este blog.
Como todo, en nosotros, lo tenemos que hacer empleando esa herramienta sublime que en la tierra sólo posee (desarrollada convenientemente) nuestra especie, que es el "cerebro razonador", por eso nos considero (a los inválidos) una “raza superior”, los más humanos entre los humanos, y estoy orgulloso de pertenecer a ella, porque no, no somos iguales: a pesar de las apariencias, somos mejores porque representamos lo mejor de la humanidad (la más ingeniosa, la que tiene un sentido crítico más desarrollado, en suma, la mejor). Y no, a pesar de las apariencias, no he bebido, aunque mi discurso se haya dejado embriagar por una poco explicable euforia a medida que iba desarrollando esta entrada.
Además somos más guapos. Los diferentes, los “leprosos” (en el sentido que, conocéis, le he querido dar a esta palabra, desde la puesta en marcha de este rincón de la bloggosfera) siempre me han parecido más atractivos, incluso físicamente, que los modelos de belleza (vulgares, estereotipados) que nos impone nuestra sociedad.
Por todo ello, y a pesar de que la opinión mayoritaria en mi colectivo es que "todos somos iguales", yo mantengo, más bien el enunciado que da título a esta entrada: "Los inválidos no somos iguales, somos superiores".
No estaría de más, establecer un día del "orgullo inválido", tal como existe un día del "orgullo gay", otro colectivo de "diferentes" que ha tenido (y tiene) que soportar todo tipo de persecuciones y atropellos, por el mero hecho de no ajustarse al patrón mayoritario establecido.





(*).- El hotel Abba, donde se desarrollaron estas jornadas, tiene sólo unos 4 o 5 años de antigüedad, pero presenta inconcebibles defectos en cuanto a su accesibilidad (ascensores demasiado pequeños, baños aparentemente accesibles, pero que no cumplen las normas, etc...).

lunes, 1 de diciembre de 2008

POSTAL DE NAVIDAD (1)

El fuego del hogar quema los recuerdos del año. Obligatorio ser feliz por unos días, para una vez cumplimentado el rito, continuar con el transcurrir de la vida. Pasa la navidad (con su carga de felicidad efímera impostada) y la vida sigue con las mismas tragedias y alegrías de siempre: Melancolía.





(1).- Esto es un encargo: un texto para una tarjeta navideña, que hemos realizado los habitantes de la "leprosería". Conoceis mi fobia a la navidad, y el escepticismo que es máxima de mi pensamiento, pero Noelia, dada mi ineptitud para las manualidades, me encargó un texto para la postal y, como mi cerebro tampoco da más de si, el resultado es este.