viernes, 21 de marzo de 2008

COMENTARIO DE PAULA MENÉNDEZ GONZÁLEZ


Mi buena amiga Paula, del taller de relato, me ha pedido que publique en esta humilde bitácora un comentario suyo sobre la novela de Belén Gopegui "La escala de los mapas"
Obedientemente yo aquí se lo dejo; Léanlo con atención (creo que merece la pena) y juzguen ustedes:

"Ni siquiera sospechaba al iniciar este libro sobrecargado de retórica, sobre el cual llegué a prejuzgar al inicio de su lectura que rozaba lo pretencioso, que me suscitaría tantas ideas inesperadas e incluso acciones raras y algo estrambóticas, como no podía ser menos, todavía bajo la influencia de su incalificable personaje central.
Y ciertamente la novela sugiere múltiples ideas detrás de los complejos pensamientos del extravagante personaje central, Sergio Prim, geógrafo de profesión, curiosamente enemigo de viajar y que lucha en su vida por encontrar “un hueco” en el que esconderse, obsesionado por los supuestos mapas mentales de las personas, por el significado de los espacios y, en definitiva, por un concepto de “mapa” totalmente alejado de la geometría.
También muestra de diferentes formas que, en realidad, en la vida todo es una cuestión de escala. Así, dependiendo de cada escala personal, está aquello que pasa desapercibido por su tamaño “objetivo” y, sin embargo, se destaca ante nosotros como inmenso; así también, situamos lo prioritario por contraposición a lo que para nosotros carece de importancia, señalamos allí el momento crucial por contraposición al rutinario del que a veces ni siquiera tomamos conciencia…
Todo esto me llevó a una acción posterior a la lectura del libro; a propósito de lo cual, debo comentar que descubrí lo positivo de los libros no sólo por lo que nos aportan al leerlos –sin duda, muchísimo- sino también por lo que nos suscitan una vez terminados. Dicha acción partió de situar en un plano de mi ciudad mis recorridos más frecuentes. Descubrí que a pesar de moverme en un espacio relativamente reducido, las figuras que formaban estas rectas que unían diferentes lugares cambiaban de forma según las épocas, según las estaciones, el día de la semana, los momentos del día…; incluso podrían estar allí los lugares de nuestros recuerdos y los de nuestros sueños; estaban también implícitos en ese cruce de rectas, círculos y pequeños símbolos aquellos lugares a los que planeábamos ir, aquellos a los que iríamos sin saberlo o sin quererlo siquiera y aquellos a los que irremediablemente nunca iríamos.
Era bella la forma que tomaba la unión de esas rectas entre un lugar y otro; a veces, parecían meros triángulos de partes desiguales, a veces círculos como plazas que nos imaginábamos o recordábamos en un lugar, a veces paralelas sin principio ni fin, figuras zigzageantes imposibles y, sobre todo- lo que creo que más miedo daría al precavido personaje principal, temeroso al fin y al cabo ante la complejidad e incapacidad de previsión ante estos mapas-, las curvas o rectas cuyo sentido se salía fuera de ese plano, a veces para volver por igual o diferente camino o para no volver ya nunca, porque esos lugares ya no cabían en ese espacio quién diría que tan complejo siendo tan diminuto dentro del inmenso mundo.
Incluso –esto seguro que lo aprobaría el indescriptible y extraño personaje del libro, Sergio Prim- resultaba inquietante, no por ello menos conmovedor, la idea de darle a cada lugar nuestro propio nombre; nombre asociado a sentimientos, ideas, recuerdos, cosas soñadas o imaginadas… ¿Por qué no llamar a una calle “evasión”, “días de sol”, “desengaño”… incluso darle el nombre de un hombre o una mujer importante para nosotros? –qué estupendo contraste frente a la realidad de las calles con nombres de “personas insignes”-.
Eran tantas las posibilidades de dibujar parte de nuestra vida o nuestras ideas o esperanzas en un simple mapa…en fin, todo lo que escribimos con otro lenguaje en un libro…que ya a parir de ahora para mí los mapas dejarán de ser sólo esos enormes papeles tan difíciles de plegar, con los que tenemos que luchar cuando buscamos algo en un lugar desconocido y, desde luego, los mapas para mí ya estarán en muchos más lugares y con muchos formatos diferentes."

1 comentario:

koolauleproso dijo...

atikus said...

¡Que fiel compañero, así da gusto!
El comentario me parece estupendo, aunque reconozco que yo siempre fui un mal estudiante, supongo que tendrás opiniones mas sabias.

saludos.