martes, 27 de mayo de 2008

RETRATOS DE LA LEPROSERÍA (6)


LA VIDA EXAGERADA DE JESÚS MANUEL

Jesús, vamos no tanto él como su aspecto bonachón, me tenían bastante engañado. Descubrí muchas cosas cuando me decidí a preguntarle por su vida que, no se por qué me parecía anodina y de menor interés: nada más lejos de la realidad, pues Jesús, o Manuel, como le conoce Vicky, nuestra fisioterapeuta, posee una biografía digna de una novela del siglo XIX, de esas en que se suceden a lo largo de cientos de páginas los acontecimientos más melodramáticos que imaginarse pueda.
Veamos: Jesús se instaló en México (donde tenía familia, unos tíos o algo así), tierra de excesos por antonomasia. Se había casado con una antigua monja a la que, poco menos que raptó del convento (encima me casé con la más fea, me dice con una medio sonrisa, pues había salido también con su hermana, según me cuenta). Su matrimonio duró 15 años, los que tardó en desarrollársele la cruel esclerosis, que dejó reducido a este próspero propietario de una cadena de pequeños supermercados a un inválido (bueno, o discapacitado o como se quiera); Como es frecuente en estos casos, la enfermedad, en su caso, o el accidente, en otros, acabó con su matrimonio. Si bien simultáneamente otra gran desgracia se cernió sobre su cabeza: su hijo falleció en un accidente de coche (aunque Jesús tiene otra hija, que en la actualidad cuenta 23 años, según me dice).
El mundo se le cayó encima a Jesús, que antes de emigrar a México había sido taxista en Pravia (pequeña villa del centro-occidente asturiano, próxima a Avilés): “Recorrí media Europa y casi toda España”, me cuenta con una cierta amargura, inusual en él, “y ya ves en qué he acabado”, añade casi con cierto resentimiento hacia una vida que no le ha tratado nada bien.
Un mal día, advirtió que se le habían “dormido” los dedos de una mano. Al día siguiente los de la otra. Como no reaccionaban, visitó al médico, que inicialmente no detectó nada extraño. Pero como los problemas seguían, tras una resonancia magnética se pudo confirmar el origen de esta alteración: se le estaba desarrollado la temible esclerosis múltiple (ya hablé de ella en el retrato de Juan). A diferencia de Juan, a Jesús le ha afectado gravemente su capacidad para hablar (disartria, creo que se llama) por lo que es “cliente” del servicio de logopedia aquí.
Jesús tiene siempre la sonrisa dibujada en la cara y no le gusta dramatizar. Creo que si leyese este modesto retrato, se encogería de hombros, y sonriendo irónicamente, pues detesta exagerar, diría con el acento mexicano que le carazteriza "y que le vamos a hacer", abriendo los brazos, encogiéndose de hombros y mostrando ese punto de malicia socarrona que le caracteriza.

13 comentarios:

Antígona dijo...

No le ha tratado nada bien la vida a Jesús, no. Por eso me admira enormemente, como en tantas otras personas que han sufrido desgracias semejantes, su capacidad para mantener la sonrisa y rechazar cualquier asomo de dramatismo.

Demuestra esa enorme virtud de los humanos de hacer que su realidad dependa de su forma de querer mirarla. Virtud porque estoy segura de que requiere mucho esfuerzo y una inmensa voluntad de preservar la alegría.

¡Un beso, koolau!

Sirena Varada dijo...

Amigo Leproso, tienes la inmensa suerte de estar rodeado de gente que aun sabe dibujar la sonrisa tras vivir circunstancias tan dramáticas. Tal vez porque, como dice Octavio Paz y algunos optimistas más, sonreír es una forma de aprender a ser libres. Desde luego que a Jesús (fíjate que nombre) la vida no le ha tratado nada bien y le estaría permitido dramatizar, pero si él no lo hace parece que, casi nadie, tendría el derecho de hacerlo.

Ojalá que todo le empiece a irle mucho mejor a Jesús.

Un beso

koolauleproso dijo...

Pues si, ya digo que, no se por qué,quizás por su aspecto tranquilote y bonachón, no creía que Jesús hubiese tenido una vida tan "novelesca". Sin embargo, fue ponerme a indagar un poco y descubrir este melodrama tan "disparatado" (y tan propio de su querido México, por otra parte).

un beso, Sirena

koolauleproso dijo...

Antigona, que he visto tu comentario después: dices bien, aquí(con alguna mínima excepción), todo el mundo tiende a tomarse su vida (hay algún caso, incluso más terrible que este) con altas dosis de filosofía estoica. A mi también no deja de admirarme.

un beso, amiga

atikus dijo...

Anda que mira que casarse con una ex-monja fea, jejeje!!...vamos que no tengo nada contra las monjas feas, que tenía una tía monja (y quien no!!)...pero es que me acuerdo de una monja que me dió mis primeras lecciones en parvulos, jope tenía un bigoteeeee...espero que no se pareciera a ella, que si no pobre Manuel o Jesús, ... a mí me va una Monja más del estilo Audrey Hepburn en la peli de Historias de una Monja jeje!!

En ánimo a Jesús y a tí para que nos sigas contando historias tan interesantes, y perdón por ponerle un poco de humor a lo de la monja ;)

koolauleproso dijo...

Va mos a ver, puntualicemos, no se vaya a enfadar Jesús: su ex no era tanto la más fea como la menos simpática de las hermanas. Creo que lo que pasó, sin entrar en las "honduras" de la historia, es que Jesús estaba todavía enamorado de la hermana, y, sin embargo se casó con la ex-monja, por razones que no puede (o no sabe) explicar. Un auténtico melodrama que podría haber firmado el Almodóvar más desmelenado.

Paco Becerro dijo...

Muy Almodovariano efectivamente, el guión de la vida de Jesús. Yo que soy un bocazas, sé que en algún momento le preguntaría por la famosa "teta de novicia"

Por cierto, siguen fascinandome tus retratos.

Otra cosa. Logras entrar ya en MeriKeit?

Abrazos desde los madriles

koolauleproso dijo...

Pues no, FB, no logro entrar en MK, pero el técnico me ha dicho que tengo que "formatear" mi portátil, que está haciendo unas cosas rarísimas, así que el problema puede ser sólo mío, veremos.

koolauleproso dijo...

Pues no, FB, no logro entrar en MK, pero el técnico me ha dicho que tengo que "formatear" mi portátil, que está haciendo unas cosas rarísimas, así que el problema puede ser sólo mío, veremos.

EvitaBlu dijo...

Que terrible enfermedad, por desgracia todos tenemos a alguien cercano que la padece, por este motivo es tan importante luchar y estar motivado, aunque se tiene que ser muy valiente para no decaer.
Me gusta tu forma natural de contarlo.

Cómo es Atikus con lo de la monja con bigote eh?

Besitos

Anónimo dijo...

Hola Kooala: hasta hoy no había podido entrar en este blog (que veo fantastico)y desde luego tiempo me llevara el leerlo con calma. ¿ Sabes qué?........me gusta.Ciao ragazzo. Bacios. Nos veremos.

koolauleproso dijo...

Bienvenida a la "leprosería", Madama-¿Begoña?-. Me alegra que te guste este rinconcito de la bloggosfera. Estás en tu casa. Hasta luego.

koolauleproso dijo...

Eva: que me olvidaba de ti, Jesús ha tenido una vida durísima, lo que no le impide lucir una permanente sonrisa, que le envidio