sábado, 21 de diciembre de 2013

O CUANDO SEA , ORFELINA TUERO (21-12-1925-21-12-2013), IN MEMORIAM





Mi madre con 40 años, sosteniendo al pequeño Koolau (3 meses)


Orfelina Tuero sufrió un derrame cerebral masivo a primera hora del pasado martes . La trasladaron al hospital de Cabueñes. A mediodía, ante las complicaciones del caso, se decidió  pasarla al gran Hospital Universitario Central de Asturias. Por la tarde, las complicaciones continuan y se procede a regresarla a Cabueñes. Su situación es crítica. Permanece en una especie de coma inducido dos días más. El viernes los médicos le comunican a sus familiares que su situación es irreversible, y que lo único que se puede hacer por ella es minimizar su sufrimiento.
Orfelina Tuero había nacido un 21 de diciembre de 1925; Orfelina Tuero murió hoy hacia las 6 de la mañana, consiguiendo cumplir, por los pelos, 88 años. Orfelina Tuero era mi madre, quizás la mujer más buena (en el sentido machadiano de la palabra) que jamás haya pisado la tierra.

Esa tenacidad por conseguir metas un tanto absurdas (no morirse hasta haber cumplido un año más, por ejemplo, consiguiendo nacer y morir el mismo día, cerrando un círculo perfecto), era algo muy característico de mi madre.

Mi madre había heredado un nombre extraño y hermoso de su madrina de bautizo, Orfelina (aunque todos la llamaban Fela, y mi padre, Felina, un diminutivo de sentido ambiguo, que no le pegaba mucho, a ella tan reacia a los dobles sentidos).

Fue una pequeña gran mujer, tolerante y sabia. Tranquila y sanamente escéptica. Era muy difícil sacar de sus casillas a mi madre. Quizás sólo su querido Fútbol Club Barcelona lo consiguiese con alguna derrota inesperada (aunque, supersticiosa como era, ella negaba sus simpatías blaugranas, por temor a acarrearle algún tipo de mala suerte a su equipo favorito).

El domingo anterior (iba todos los domingos a comer a casa de mis padres) me había despedido de ella, con un beso (como siempre, quién me iba a decir a mi que era el último) y con la rutinaria frase "Bueno, mama, Hasta el domingo que viene", a la que tuve la  premonitoria idea de añadir "o cuando sea".  Ese indefinido "cuando sea" me perseguirá por mucho tiempo, porque efectivamente, ¿define? la próxima ocasión que disfrutaré de la compañía de mi madre.

Aunque su tranquilidad era proverbial (rayando con la la pachorra) sí logró un empeño en su vida que siempre le agradeceré (tenerme a mi con 40 años más que cumplidos, sobre la campana de su relog biológico; se que mi padre no era muy partidario). Aún así mi madre se las arregló para cumplir su deseo de maternidad y "regalaros" a todos este proyecto de escritor entre pesado y cursi.


Lo siento por vosotros.





 

6 comentarios:

pazzos dijo...

Lo siento mucho, Rodolfo. Un abrazo.


*L* dijo...

Te abrazo, Ro.

koolauleproso dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
koolauleproso dijo...

Gracias a los dos. Es bueno sentirse acompañado en el dolor

TRoyaNa dijo...

Siento mucho tu pérdida.
Te envío un abrazo.

koolauleproso dijo...

Gracias, Troyana