A mi padre, también un hombre honesto, ante todo (1)
En torno a la muerte de Xirinacs
Anoche volví a no dormir bien: Demasiado calor, el maldito dolor de muelas, los graznidos de las gaviotas, el zumbido de un estúpido mosquito que se había quedado atrapado entre el visillo y el cristal de la ventana, en fin, como ya señalaba en mi anterior entrada, se juntaron los condimentos ideales para poner en marcha mi siempre limitada creatividad, con la que me atrevo a colmar otra vez su paciencia.
Un suceso del que me había enterado a la hora de comer, puso en marcha mi habitualmente perezoso cerebro: una figura de mi infancia se había suicidado, según todos los indicios: el cuerpo sin vida del ex- senador y ex-sacerdote Lluis María Xirinacs había aparecido en un bosque de Girona. El cadáver portaba una nota de despedida, en que señalaba su decepción con la evolución de la política catalana en los últimos tiempos: “Una nación nunca será libre si sus hijos no quieren arriesgar su vida en su libertad y defensa. Amigos, aceptad este final absoluto de mi contienda, para contraponer la cobardía de nuestros líderes, masificadores del pueblo. Hoy mi nación acontece soberana en mí. Ellos han perdido un esclavo. ¡Ella es algo más libre, porque yo soy en vosotros, amigos!" (2).
Este suicidio de alguien más próximo a mí de lo que pueda parecer (mi padre, que tiene un año menos, siempre le mostró a este cura rebelde una enorme admiración), me recordó otro suicidio, este sí más cercano a mi, en todos los sentidos.
Cuando yo tenía 14 años mi tío Eladio, el más joven de los hermanos de mi madre, decidió quitarse de en medio por el expeditivo método de colgarse de uno de los árboles de su pequeña huerta. En mi familia hablar de la muerte del tío Eladio siempre ha sido tabú. Sin embargo, yo, quizás en mi inocencia todavía casi infantil, me sentía orgulloso de que un miembro de mi familia hubiese tenido el valor de “hacer mutis por el foro”, en el momento en que percibió que su vida había llegado a un “callejón sin salida”.
Yo, que, como sabéis, soy un inválido, defiendo la libertad absoluta de cada individuo a disponer de su propia vida como crea oportuno, y por las razones que cada cual estime convenientes, sin cortapisas de orden supuestamente moral o, menos aún, religioso.
Nadie puede pretender inmiscuirse en la más íntima individualidad del “otro” para imponerle una vida que, por las razones que sean, no quiere vivir. Eso me escandaliza, y me parece un auténtico “crimen contra la humanidad”.
Yo, confieso que, en los peores momentos de mi vida, los posteriores a mi accidente, cuando comprendí que no volvería a caminar, y lo que es peor, una parte de mi vida se había acabado para siempre, acaricié morbosamente la idea del suicidio y, que si no lo acabé de llevarla a cabo, fue, más bien, por falta de valor, por el vértigo ante lo irreversible, o como dice mi amiga Emilia, por mi insaciable curiosidad, ¿Cómo me iba a enterar de lo que ocurre en este absurdo y hermoso mundo, si no estaba presente?
En torno a la muerte de Xirinacs
Anoche volví a no dormir bien: Demasiado calor, el maldito dolor de muelas, los graznidos de las gaviotas, el zumbido de un estúpido mosquito que se había quedado atrapado entre el visillo y el cristal de la ventana, en fin, como ya señalaba en mi anterior entrada, se juntaron los condimentos ideales para poner en marcha mi siempre limitada creatividad, con la que me atrevo a colmar otra vez su paciencia.
Un suceso del que me había enterado a la hora de comer, puso en marcha mi habitualmente perezoso cerebro: una figura de mi infancia se había suicidado, según todos los indicios: el cuerpo sin vida del ex- senador y ex-sacerdote Lluis María Xirinacs había aparecido en un bosque de Girona. El cadáver portaba una nota de despedida, en que señalaba su decepción con la evolución de la política catalana en los últimos tiempos: “Una nación nunca será libre si sus hijos no quieren arriesgar su vida en su libertad y defensa. Amigos, aceptad este final absoluto de mi contienda, para contraponer la cobardía de nuestros líderes, masificadores del pueblo. Hoy mi nación acontece soberana en mí. Ellos han perdido un esclavo. ¡Ella es algo más libre, porque yo soy en vosotros, amigos!" (2).
Este suicidio de alguien más próximo a mí de lo que pueda parecer (mi padre, que tiene un año menos, siempre le mostró a este cura rebelde una enorme admiración), me recordó otro suicidio, este sí más cercano a mi, en todos los sentidos.
Cuando yo tenía 14 años mi tío Eladio, el más joven de los hermanos de mi madre, decidió quitarse de en medio por el expeditivo método de colgarse de uno de los árboles de su pequeña huerta. En mi familia hablar de la muerte del tío Eladio siempre ha sido tabú. Sin embargo, yo, quizás en mi inocencia todavía casi infantil, me sentía orgulloso de que un miembro de mi familia hubiese tenido el valor de “hacer mutis por el foro”, en el momento en que percibió que su vida había llegado a un “callejón sin salida”.
Yo, que, como sabéis, soy un inválido, defiendo la libertad absoluta de cada individuo a disponer de su propia vida como crea oportuno, y por las razones que cada cual estime convenientes, sin cortapisas de orden supuestamente moral o, menos aún, religioso.
Nadie puede pretender inmiscuirse en la más íntima individualidad del “otro” para imponerle una vida que, por las razones que sean, no quiere vivir. Eso me escandaliza, y me parece un auténtico “crimen contra la humanidad”.
Yo, confieso que, en los peores momentos de mi vida, los posteriores a mi accidente, cuando comprendí que no volvería a caminar, y lo que es peor, una parte de mi vida se había acabado para siempre, acaricié morbosamente la idea del suicidio y, que si no lo acabé de llevarla a cabo, fue, más bien, por falta de valor, por el vértigo ante lo irreversible, o como dice mi amiga Emilia, por mi insaciable curiosidad, ¿Cómo me iba a enterar de lo que ocurre en este absurdo y hermoso mundo, si no estaba presente?
(1) Mi padre se ha escandalizado ante el escasísimo eco que ha tenido esta trágica noticia en la mayoría de los medios de comunicación de este olvidadizo país, lo que, en buena medida, me ha impulsado ha realizar esta entrada, que le dedico.
(2) Una muestra del "grandioso"fanatismo del personaje. Con razón Jordi Pujol se refería a él en los siguientes términos: “Era un profeta que quiere a su pueblo, y por eso lo fustiga. Se podría decir que nos ha fustigado durante muchos años, y con su muerte también nos fustiga”.
(2) Una muestra del "grandioso"fanatismo del personaje. Con razón Jordi Pujol se refería a él en los siguientes términos: “Era un profeta que quiere a su pueblo, y por eso lo fustiga. Se podría decir que nos ha fustigado durante muchos años, y con su muerte también nos fustiga”.
2 comentarios:
Antígona said...
El suicidio es siempre una opción. Por supuesto. Como decía un amigo, alivia saber que aunque aquí nos trajeron de una patada al culo, siempre podremos decidir cuándo tirar de la cadena. En ocasiones la vida se vuelve demasiado invivible, demasiado atroz, y tenemos pleno derecho a renunciar a ella.
No obstante, hay que saber a lo que se renuncia. A la posibilidad de que mañana las cosas den un giro inesperado y lo invivible vuelva a ser un retorno habitable. Pero entiendo que la desesperación, que, como dice la propia palabra, es la ausencia de toda esperanza, también puede imponerse con crudeza.
Sin embargo, morir por una idea me parece demasiado triste.
¡Un beso!
3:02 PM
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Blogger koolauleproso said...
Antigona, no se qué pasa, que no puedo publicar tu comentario. Blogger, o el ordenador, no me lo permiten
3:28 AM
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Blogger Antígona said...
Vaya, hombre, mala pata. De todos modos, si has podido leerlo tú, que es lo esencial, tampoco importa mucho, ¿no?
¡Un beso!
4:03 AM
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Blogger Antígona said...
Uyyy, acaba de aparecer mi comentario de ayer, asunto arreglado :)
4:03 AM
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Blogger koolauleproso said...
Es que mi torpeza "cibernética" no tiene límites conocidos. Perdón, Antigona
4:07 AM
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Blogger mandarina azul said...
Sincero tu escrito a más no poder. Sea agradece esta sinceridad. Celebro la honestidad de tu padre, tu curiosidad por este absurdo y hermoso mundo, la libertad de cada cual, y que haya hombres que sigan creyendo lo que defienden.
¡Un beso!
6:27 AM
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Blogger koolauleproso said...
Vamos a ver: A mi el pobre Xirinacs, me parecía un fanático; a diferencia de mi padre nunca estuve muy de acuerdo con su manera de entender la política como un espectáculo sacrificial,si se me permite la palabra. Me parecía un tipo un tanto exhibicionista, pero con su final, honesto y consecuente ha ganado bastante para mí.
No quiero decir que yo promociene el suicidio(es una opción muy personal de cada cual), pero sí me niego a pontificar sobre lo más íntimo de cada ser humano(como entiende cada uno la personal e intransferible relación entre la vida y la muerte
2:12 AM
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Blogger David Carril said...
Hola.
Estoy de acuerdo con su reflexión sobre el suicidio.El problema es lo suficientemente complejo como para que la actitud bienpensante que lo descataloga como inmoral sea así misma descatalogada. De hecho se trata de una encrucijada en la que se actualiza el significado grave de la vida, y, ya sólo por eso, requiere de un profundo respeto. No es posible internarse en el otro, en su vivencia de la vida, en su sufrimiento. De modo que la opción del suicidio ha de ser, aún a riesgo de equivocarnos, respetada.
Saludos.
10:54 AM
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Blogger atikus said...
Estupendo post Koolau, no muchos comentarían estas cuestiones tan personales, desde luego estoy de acuerdo con respetar las decisiones personales aunque impliquen consecuencias como quitarse la vida, aunque siempre que pudiera trataría de evitar que alguien lo hiciera bien por cuestiones políticas o personales..., creo que siempre hay soluciones o algo positivo en la vida, otra cuestión es ayudar al suicidio en caso de un enfermo terminal sin posible cura, casos en los que creo que debe considerarse, porque vivir sufriendo, sólo por el hecho de que hay que vivir...aunque sea artificialmente, pues a mí igual no me gustaría...en cualquier caso es un tema muy complicado y desde luego no se puede decir blanco o negro...
11:28 AM
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Blogger Los pasos que no doy said...
Comparto contigo el derecho de cada individuo a elegir sobre su vida y sobre su muerte, sin embargo... la vida es tan hermosa¡
Hace unos años una amiga muy querida sufrió un accidente de tráfico y quedó tetrapléjica. Los primeros meses fueron terribles (qué te voy a contar,verdad?), creímos que moría, después, en Toledo, en la rehabilitación tuvo muchos momentos malos (malos es una palabra bien pobre para definir aquello), tantos que sé, porque lo sé, que estuvo a punto de pedirme ayuda para morir. Ni ella dijo nada y yo callé, porque tuve mucho miedo de tomar una decisión de ese calado, no sé si hubiera tenido el valor de ayudarla...
Ahora mi amiga conduce, va a sus clases de Arte, lleva su casa (por supuesto con ayuda) y ha criado una hija que tenía 2 años cuando ocurrió todo y ahora es una jovencita de 13, guapísima además.
Tomó una decisión: seguir viviendo, y ahí está, luchando día a día por hacerlo. Podría haber tomado la otra y mi respeto y mi admiración por ella seguirían intactos, pero yo que soy una egoísta, la prefiero cerca de mí.
(Los blogs van fatal... a mí también me pasan cosas de esas que decís: las entradas me salen tarde, no me modifica el perfil, los comentarios salen cuando dios los da a entender... en fin...)
Un besito,
Xirinachs, descanse en paz
2:42 PM
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Blogger koolauleproso said...
-Atikus, ¿ya estás de vuelta? Se te echaba de menos, por cierto.
Efectivamente, es una decisión muy personal. Pero puede ser un problema, la eutanasia, me refiero,sobre todo, en el caso de que el "paciente" no esté en pleno uso de sus facultades mentales. Si lo está el problema no existe. Debe respetarse siempre su "sagrada" decisión.
-Los pasos, la vida puede ser muy hermosa o un horror; yo lo que reinvindico es la libre e intransferible decisión de cada cual, sobre lo único que poseemos de forma absoluta(nuestro propio cuerpo)
4:53 AM
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Blogger koolauleproso said...
Bienvenido a la "leprosería", amigo David. Encantado de tener gente nueva en este rincón, y espero que mi proverbial pereza no me impida seguir produciendo alguna "cosita" como esta, si bien no tan lúgubre, a poder ser, y que sigas visitandolo, si te place. Completamente de acuerdo, este es un problema complejo; de hecho la dialéctica entre la vida y la muerte es EL PROBLEMA, así con mayúsculas del pensamiento occidental.
p.d.; a mi la actitud bienpensante, como tu dices, o "políticamente correcta" por otro nombre, me pone espeialmente de los nervios
10:22 AM
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Blogger atikus said...
Ciertamente Koolau...eso les jode a muchos y no sólo a la Iglesia.
Bueno ya vamos llegando unos cuantos ;)
5:19 AM
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Blogger desconvencida said...
Interesantes reflexiones en torno al suicidio, koolau... yo también pienso que toda muerte es algo triste pero que, ante todo, hay que respetar la libertad del individuo...
3:02 PM
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Blogger koolauleproso said...
Hola, amiga "descon". Veo que, como Atikus,las vacaciones no son lo que eran en mi infancia; ya no existe el "veraneo", eso de largarse todo el verano a un "bucólico" lugar de descanso, a "rascarse la barriga" y "alejarse del mundanal ruido".
Veo también que el asunto que he tratado en el post, despierta general unanimidad de pareceres. ´
Se nota que la conferencia episcopal no frecuenta este rincón.
2:37 AM
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Blogger MK said...
bueno... yo si me largo todo el verano ...pero lo mio no es un veraneo.Me pego una panzada de trabajar aunque no os lo creais.Pero de otra manera y con otro ritmo.
No conocia esta noticia que comentas . Aquí no leo periódicos ni veo televisión.Lo lamento , no pudo dejar de hacerlo aunque respete su decisión.
Esta isla que habito es famosa en este aspecto . Aquí al suicidio se le llama "Plegar de viure".
Dicen que muchos son por culpa del viento...
Valiente posteo en esta leproseria , amigo Koolau. Sigue ahí , que por algo elegiste ese nick tan hermoso. Un abrazo
3:13 AM
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Blogger koolauleproso said...
Yo, creo que ya lo sabes, casi acabo enterrado en Mallorca, donde sufrí el accidente que me dejó en silla de ruedas. No me dio tiempo, aunque lo tenía pensado, a conocer el resto de las islas Baleares; aunque la única que, más o menos, pude conocer, es muy hermosa. Me alegro que tu si puedas seguir disfrutando del tradicional veraneo, algo cada vez más raro en los tiempos que corren. Ya había oido hablar del viento de Menorca. Incluso recuerdo que Gerardo Gormezano realizó una película en los años 80 titulada "El vent del ille", que trataba sobre este tema.
3:26 AM
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Blogger atikus said...
Ayer volví a ver un a maravillosa pelicula; Million Dollar Baby y me acorde de tu post; bueno esta claro la postura de la peli sobre la eutanasia.
4:16 AM
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Blogger koolauleproso said...
Es que "Million Dollar Baby" es mi película preferida del gra Clint Eatwood. Su relación con el personaje de Hillary Swank, me recordó tanto a lo que hizo mi padre por mi, después de mi accidente, que no pude reprimir las lágrimas en algún momento de la película. Realmente conmovedora (el mismo año, me parece,Amenábar hizo "Mar adentro", que tratando del mismo tema, no le llega ni a la suela de loa talones).
4:29 AM
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Blogger El futuro bloguero said...
Yo también estoy de vuelta, y como no, también estoy de acuerdo con tu post. Se ve que tampoco comparto mucho con la iglesia católica ni con ninguna de las otras sectas.
Por mi parte, me alegro de que tuvieras falta de valor o vértigo ante lo irreversible o tu insaciable curiosidad, así podemos seguir leyendote.
PD. Un amigo que se suicidó y falló, me contó que fue la frustración mayor de su vida, ver que ni siquiera había conseguido matarse. Por suerte, salió de su gran depre y hoy se alegra mucho de no haberlo hecho. También me dijo que uno siempre se suicida contra alguien, si vale esa expresión.
5:01 AM
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Blogger koolauleproso said...
Pues no hubiese sido mi caso. Yo no tenía nada contra nadie, como mucho, contra mi pésima suerte. En los momentos más tremendos llegué a acudir a una psicóloga, que, en buena medida, me ayudó a salir del atolladero, haciéndome ver, que nada es tan importante como pueda parecer en un momento de deseperación, si no que todo es relativo.
Me alegro que ya estés de vuelta; aunque a lo mejor tu no te alegras tanto (es que los jubilados siempre estamos de vacaciones, y, por lo tanto, no las apreciamos como los que trabajan (que tampoco se si es tu caso, por cierto).
5:13 AM
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Blogger El futuro bloguero said...
Sí si, yo trabajo (aunque al ser funcionario no sé si debería decir trabajo en sentido estricto)
Ahora estoy "trabajando", de hecho.
5:17 AM
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Blogger koolauleproso said...
Yo también era funcionario (de correos), y, aunque los funcionarios tenemos muchas ventajas, no se puede decir que no trabajemos, al menos como los demás.
un abrazo, FB
9:51 AM
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Anonymous Pesim-ista said...
Sí que es un tema complejo el que tocas, aunque si la iglesia- con el clero hemos topado- no tuviera el poder que desgraciadamente tiene, seguro que se aceptaría de forma más simple.
Con respecto a la eutanasia, el gobierno de Asturias tiene pendiente legislar sobre el llamado testamento vital. Si tenemos capacidad para decidir -cuando estamos en plenitud de facultades- sobre nuestro patrimonio, ¿cómo no vamos a decidir sobre nuestra vida o lo que estamos dispuestos a sufrir?.
Sobre el suicidio, no lo asocio necesariamente a un momento de desesperación o a una situación de dependencia física como algunos señaláis, creo que puede existir un suicidio totalmente lúcido que valore esta vida como algo que no merece la pena, de la que ya conoce bastante... o como diría Sabina "una adicta al jaque mate".
Hasta ahora, a mí me mantiene sobre todo la curiosidad, que creo que sí es lo último que se pierde.
4:09 AM
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Blogger koolauleproso said...
Pues si, Pesim-ista:la curiosidad es, literalmente, lo último que se pierde, porque ¡No va más!, que diría un ludópata.
Saludos, y espero que sigas visitándome
9:45 AM
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Blogger MK said...
Uno debería llevar siempre bién amarraditas y guardaditas en los bolsillos , la curiosidad y la ilusión.Un abrazo y a seguir ahí mismo...
2:44 AM
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Blogger koolauleproso said...
Vamos, lo que me dice siempre mi amiga Emilia.
Un beso, MK,¿ya estás de vuelta?
2:48 AM
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Anonymous Anonymous said...
http://nomeveolapilila.blogspot.com
4:07 AM
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Blogger koolauleproso said...
Vaya, no había caido. ¡Ya se me coló otro imbécil!. Lo que más rabia me da es que no es la primera vez. Parece que no aprendo, por lo que no se quién será más idiota, si el nomeveolapilila este, o yo, por no fijarme bien en los comentarios antes de publicarlos
2:13 AM
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Blogger MK said...
Koolau toca posteo nuevo?.Hace tiempo que vengo pensando en ese texto de Jack London del que cogiste tu nombre...
1:36 PM
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Blogger koolauleproso said...
Pues mi lista de posteos pendientes es poco menos que infinita, empezando por un "meme" que le debo a Antigona, y en el que, ya te aviso, tengo pensado hacerte participar (¡ala!, por insinuar que soy un perezoso), y siguiendo por otro montón que no me atrevo a explicitar.
Ya te enterarás. Es que mi lentitud es casi del tamaño de mi pereza; y yo disfruto sobre todo planeando cosas que sólo difícilmente y con inmenso retraso acabo por llevar a la práctica.
besos
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