Y ¿cuál es el crédito que les queda a todos estos personajes (conocidos dirigentes del partido único PPPSOE)?
¿No es sonrojante que sigan escenificando la ficción de sus irreconciliables diferencias cuando, sin tapujos ya, se muestran de acuerdo en lo fundamental, dar un golpe de estado, y abolir “de facto” la Constitución del 78 instaurando un régimen de “partido único” en la práctica?
¿Con qué “cuajo” pueden seguir manteniendo sus diferencias en la campaña electoral que se avecina, la más anodina de la breve Historia de la monarquía constitucional (1978-2011) –aún así el periodo democrático más largo de la Historia de España-?
Y por qué suerte de maldición, en España el sistema democrático no acaba de cuajar (si el anterior intento, la II República duró apenas cinco años, al menos este ha durado 23, aunque para acabar de la misma manera, sucumbiendo ante un golpe de estado, si bien, al menos, este incruento, de momento).
Habrá a quien le parezca esta entrada un delirio o una tremenda exageración, pero cuando las formas se pierden y se deja a un país entero en manos de los especuladores yo, al menos, reclamo el derecho al pataleo.
Poco más nos queda, me temo