sábado, 22 de diciembre de 2012

CHUS

El miércoles nos enteramos del fallecimiento de Chus. Tras no poder superar lo que se llama una larga y penosa enfermedad (vamos, un cáncer, tampoco es ninguna vergüenza) nos abandonó en la madrugada del martes al miércoles. Mi compañero Ramón Cortina (a quien todos conocemos como "Mon") le dedicó estas sentidas palabras:


La muerte de María Jesús Iglesias, jefa de planta del Centro de Atención Integral de COCEMFE-ASTURIAS en Viesques (Gijón), no copará portadas de periódicos, ni abrirá informativos. Ni falta que hace. Esos espacios suelen estar reservados a indecentes y miserables, que están en las antípodas de Chus, que, sin darse importancia, ni vender biografías, trascenderá en el tiempo y el espacio a través de la  memoria de tod@s aquell@s que la conocimos.

Trabajó por y para las personas con dependencia, al pie del cañón, a ras del suelo, en medio de la más farragosa trinchera; hasta que su cuerpo, su maldito cáncer, dijo “basta”. Ponía fe, compromiso, y amor en todo lo que hacía. Y su profesionalidad superaba ampliamente la excelencia.

La conocí en mi peor racha. Y me ayudo a atravesar la dura senda que separa a la “piltrafa humana” que se encontró del sujeto propositivo que parece que vuelvo a ser. La palabra “gratitud” no abarca ni un tercio de lo que siento. Fui afortunado en conocerla

Mi cariño y mi admiración infinita. Descansa en paz, amiga Chus, que si alguien lo merece de verdad, eres tú.

Ramón Cortina

domingo, 16 de diciembre de 2012

DEMOCRACIA I-RESPONSABLE


Nadie dimite:

Que sufro una alucinación, convoco un referéndum teniendo una cómoda mayoría absoluta, buscando una mayoría “excepcional”, y pierdo 12 diputados, y la mayoría absoluta pasa a ser relativa, complicando seriamente la gobernabilidad y los intereses de mi partido, que sólo por la imposibilidad de articular una mayoría alternativa puede seguir gobernando, ¡no pasa nada…! a poner cara de cemento armado, y a sacrificarse encabezando el ¿nuevo? Gobierno.

Que en medio de una crisis económica sin precedentes, el partido que sustenta el gobierno mienta, incumpla una por una todas las promesas que le dieron la victoria, y el partido de la ¿oposición? encadene derrota tras derrota, y sea incapaz de ofrecer ninguna alternativa creíble, ¡no pasa nada…! a lo mejor cuando la ruina sea total, los ciudadanos comprenderán milagrosamente su “equivocación”, y nos devolverán el poder, aunque sea para gestionar la ruina más absoluta.

El caso es agarrarse como lapas al sillón, poner “cara de póker” a las inclemencias, y a seguir figurando, que de eso vivimos.

Como hombres y mujeres de bien, sigamos votando al PPPSOE. Porque no hay más partidos y, si los hay, seguro que no merecen una oportunidad. Está demostrado.  El PPPSOE se ha ganado con creces nuestra confianza. Por su integridad, su acrisolada honradez. Por devolvernos al glorioso siglo XIX, el de la primera restauración borbónica, el de la alternancia anodina de liberales y conservadores, el del caciquismo y la connivencia con el sagrado catolicismo, con un “simpático” Borbón como Jefe del Estado (porque los Borbones siempre fueron simpáticos y campechanos –con la excepción, claro, de la “oveja negra” del linaje, Fernando VII, que era artero y un poco sanguinario,  en qué familia no hay un “borrón”, alguien de quien avergonzarse,  esto hace aún más “simpático”, por comparación, al resto del linaje-).

           Perfectamente intercambiables: los dos líderes del partido único que se alternan civilizadamente en el poder

martes, 4 de diciembre de 2012

ELEGÍA A UNA AMIGA INOLVIDABLE


Después de comer, mientras reposo en la cama mis pies doloridos (no podría aguantar hasta la noche con las botas ortopédicas que me son imprescindibles) suena el teléfono. Un número desconocido. Una voz de mujer, llorosa, me comunica que mi amiga Susana ha muerto hace un mes en Madrid. No me lo creo. Todavía cuando escribo estas líneas me cuesta asimilarlo. Pregunto otra vez. Pero, ¿Susana?, ¿Paula? (me acuerdo, de repente, que se llamaba Paula Susana) ¿cómo es posible? Qué es, que tenía cáncer o algo así. No se por qué se me ocurre eso. No, murió de repente. 47 años, ya ves, me dice Coba, la hermana, que no puede parar de llorar.

Y me quedaron tantas cosas por decirle. Y por hacer con ella. Nos conocimos de muy niños. Con 6 años. Era la niña más guapa del colegio. Me enamoré de ella. Nunca se lo dije. Nunca la besé. Nunca me besó. Dejamos de hacer tantas cosas que nos apetecen. ¡Qué estúpidos somos!

Ahora me siento mal. Destrozado. En momentos así uno se da cuenta de la fragilidad de la vida. De la inutilidad de todo. Nos esforzamos en descubrir el sentido de la vida, y la conclusión es que, sencillamente, no lo tiene.

Ya lo dijo Shakespeare, en Macbeth, “La vida es una historia de ruido y furia, contada por un idiota”. Magro consuelo.

Y, sin embargo, no hay nada más. A partir de ahora, como goliardo vocacional que soy, “carpe diem”. A beber. A comer. A follar todo lo que pueda.

en el colegio, con 8 o 9 años: Susana es la guapa niña de la esquina de la segunda fila. Yo, en la otra esquina, con jersey rojo, parezco espiarla desde lejos. Siempre fue igual.



Lo haré pensando en ti, Susana. Perdurarás en mi recuerdo. Agarraré una cogorza en aquella bodega accesible de la Avenida de la Costa a la que nunca nos decidimos a entrar. En tu honor, iré el 10 de febrero, el día en que hubieses cumplido  48 años, y pienso emborracharme, te lo juro.
Aunque lo que me duele, amiga querida, es que ya nunca podremos acostarnos. Seguro, que tras tu timidez se escondía una formidable amante por descubrir. Nunca lo sabré. Por gilipollas.
Tu hermana me contó que te  habías ido a Madrid hará cosa de un mes, a recorrer los museos y teatros que no tenemos en Asturias, aprovechando el "puente" de difuntos (toda una premonición) y que allí, de repente, sin avisar, te sorprendió la muerte. Seguro que, frágil y leve como eras, algún clemente viento de componente este te habrá arrastrado ya hacia esa martirizada Grecia que  tanto amabas, y allí, nos esperarás para siempre, en el Parnaso donde ya estarás al lado de tu admirado Julio Cortázar, disfrutando de  cronopios y famas para la etenidad , como mereces.
Recuerdo con desazón la última vez que te vi. Habías venido a visitarme a la "resi". Tomamos vinos, y "picamos" algo. Estaba decidido a preguntarte por la extraña razón que, conociéndonos desde hacía tanto tiempo, y siendo buenos amigos, nos impedía darnos un simple beso. En el indicador de la parada caían, inexorables, los minutos que faltaban para que llegase el autobus. Al final, este asomó por la esquina. Yo te miré. Y, sin decir nada más, como siempre, te dejé ir. "Hasta la próxima", pensé.
Nunca te volvería a ver. Nunca sabría a que sabe tu piel. Ahora llevo una semana en que las lágrimas no cesan de correr. 
Un beso eterno, amiga (y nada casto, que ya está uno cansado de hacer el idiota).
 

domingo, 2 de diciembre de 2012

LA GRAN MANIFESTACION


Hoy, 2 de diciembre, víspera del día mundial de la discapacidad, los discapacitados, inválidos, minusválidos o como se nos quiera llamar,  nos echamos a la calle también. Los gobiernos (nacional, autonómicos, municipales) deben a nuestras asociaciones un auténtico dineral. En época de “vacas gordas”, cuando “hacerse la foto” con un inválido les reportaba votos, comprometieron lo que no era suyo.

Con las “vacas flacas” se lavan las manos. Las subvenciones a nuestro colectivo se han evaporado, y muchos de nosotros corremos serio peligro de exclusión. Se  va imponiendo una suerte de darwinismo suicida por el que sólo los más aptos sobrevivirán. ¿Puede el ser humano permitirse aplicar esa “eugenesia social”?¿No tuvimos suficiente con el experimento nazi de hace más de medio siglo? ¿Llegará a considerar esta sociedad declinante en que vivimos, al Dr. Menghele como su “santo patrón?

Parece que la sociedad, este capitalismo declinante, pretende dar de lado a sus miembros supuestamente menos aptos. Aunque sólo sea por egoísmo (todos somos seres humanos, animales limitados, y nadie está libre de una desgracia que le condene a la silla de ruedas, o a cualquier otra discapacidad) téngannos  en cuenta, reserven una parte del presupuesto para sustentar a esta parte más débil de la sociedad.

Diversos motivos me impidieron estar en la manifestación de Madrid. Sirva esta modesta entrada como la aportación a la lucha de este inválido, que lo es desde hace casi 20 años. ¡Y a mucha honra!

martes, 13 de noviembre de 2012

EN LA CASA


 
 
                                           Fabrice Luchini y Kristin Scott-Thomas, una pareja "burguesa" que acabará "abducida" por el joven "voyeur" Claude (Ernst Umbhauer)
 
 
 
 
Me entero que estrenan “En la casa” en los únicos cines accesibles de mi ciudad. Es lunes, “día del espectador”. No llueve. Me decido a ir. Solo. Maniobro para colocar mi silla de ruedas en la localidad reservada para ella. Reparo en la cinta que impide que mis piernas se disparen en cada pequeño bordillo. Me agobio. Qué lata. A mi derecha, observo a una mujer de entre 40 y 50 años. Pelo largo. Morena. Atractiva. Venciendo mi timidez, le ruego que me quite la cinta. ¿Cómo? La cinta. Es muy fácil. Tira de un lado, y ya está.  ¿Así? Sí, ves que fácil.

La película, excepcional. Un profesor de literatura, un tanto “pagado de si mismo”, irónico, inteligente, de vuelta de todo, algún profesor así hemos tenido todos, se agobia corrigiendo redacciones insulsas, hasta que, entre ellas, aparece una perla: la de un alumno con singular capacidad de observación (y también de manipulación) que acabará por fascinar al profesor. Y embarcarle en una peligrosa travesía navegando entre la ficción y la realidad.

La película ha empezado. A mi derecha, en la semi-penumbra, la mujer se pone unas gafas. Desde siempre me han encantado las mujeres con gafas. Como Claude (Ernst Umhauer), el joven protagonista de “En la casa”, yo también soy un “voyeur”. Como a él, me encantan las mujeres. Una ligera excitación se empieza a apoderar de mí. Como quién no quiere la cosa, me estoy empalmando cuando la mirada de Claude sigue las piernas de Emmanuel Seigner, que duerme lánguidamente recostada en una chaise-longe (película especular, la secuencia se repetirá bastantes minutos después, cambiando de protagonista femenina, la “espiada” por Claude será el personaje de la estupenda Kristine Scott-Thomas). 
 
Porque Claude se ha "incrustado" en una familia normal de clase media, la de su amigo Rafa, para usarla como material de su narración.  Claude es un "voyeur" que transforma lo que observa en literatura. Y, a la vez, un narrador formidable que, como una Scherezade del siglo XXI, fascinará al sultán, que son ese profesor  que se cree tan superior (interpretado por Fabrice Luchini) y, de rebote, su mujer  (una galerista de arte, a la que da vida Kristin Scott-Thomas) gracias a ese "continuará..." con que, malevolamente, acaba cada redacción. 
La película acaba dejando un regusto de melancolía, y la convicción de haber visto algo excepcional.

Con la mirada busco a la mujer, que se demora poniéndose el abrigo (su camiseta deja entrever un tirante de su sujetador que se escapa por la desinencia de su hombro) y encendiendo el teléfono.
Ahí está. Giro y me acerco a ella, mientras se acaba de poner los guantes. Por favor, ¿me pones la cinta otra vez?  Cómo no, por favor. Saca la cinta de la bolsa de la silla donde la había metido, se agacha y la engancha con pericia. Gracias, muchísimas gracias.

Salgo de la sala. Intento ponerme la “Parka”. Como siempre, con torpeza. Enfrascado en la operación, noto cómo la puerta batiente de la sala se vuelve a bambolear. Es ella otra vez. ¿Te ayudo? Bueno, si eres tan amable, que ya me estoy liando, torpe que soy. Al acercarse aspiro su perfume y sus pechos rozan mi brazo.

Y entonces:

 

POSIBILIDAD 1

Le digo, por cierto, ¿cómo te llamas?

.-Estefanía

Conocí a una Estefanía que era casi tan guapa como tu en el instituto. La novia de un buen amigo que ahora es Policía municipal.

.-Hombre, gracias por el piropo.

No es un piropo. Es que desde que te vi, me resultaste muy atractiva.

.- ¿Y tu amigo y Estefanía siguen juntos?

No, él se casó con otra (ese exceso de sinceridad que no viene a cuento)

Silencio prolongado.

Le digo, por cierto, ¿tienes prisa? ¿te apetece tomar un café o algo?

.- Vale.

Y nos vamos a uno de los varios locales adaptados del centro de Gijón. Como está climatizado, puede quitarse el abrigo y yo, observar otra vez el tirante de su sujetador rojo que se empeña en resbalar por su hombro. Mientras repasamos las bondades (muchas) del film,  y los defectos (escasos, pero siempre alguno hay), la erección se hace más intensa a medida que aumenta mi bochorno (a raiz de mi accidente, me han seccionado los abductores y no puedo cruzar las piernas)

Continuará…

 

POSIBILIDAD 2

Yo entro en  el pequeño ascensor acristalado, reiterándole cansinamente mis agradecimientos. Desde allí, la observo esfumarse por la escalera mecánica, hermosa e inaccesible ya para siempre. Mañana quedaré con mi mejor amiga para contarle tamaña aventura y, si tengo tiempo, escribiré este relato.

Y  esta posibilidad tiene difícil continuación…

lunes, 12 de noviembre de 2012

LA VERBENA CATALANA













Arrriba, El "Mas-ías", el salvador de Cataluña. Abajo, Charlton Heston, en Los diez mandamientos. ¡Originales, los publicistas de CiU!



No se vosotros, pero yo ya estoy harto de los políticos de ínfimo nivel que dominan este país. La utilización constante de la mentira más descarnada, de la demagogia más voceras, la implantación de la impostura casi como modo “normal” de actuación política, la forma de usar al ciudadano como un “kleenex” (se “promete” lo que sea, se ganan las elecciones, y luego se gobierna no ya sólo incumpliendo lo prometido, si no, incluso, haciendo lo contrario –véase el espectacular crecimiento de las nariz de Marianico “Pinocho” Rajoy tras subir los impuestos, o sobrepasar todas las “líneas rojas” que nunca, “jamás, jamás” se iban a atravesar en materia de protección social-).
 
                                                     Marianico y la Pantoja de Barcelona
 
 Pero esto no es nada en comparación a la sucesión de falsedades, imposturas y exageraciones que nos regalan diariamente los políticos catalanes, desde esta semana, inmersos en la campaña electoral más demagógica de la historia reciente. ¿A dónde habrá ido el tan cacareado tópico del “seny” catalán? Porque ya no es solo el “Pinocho con barbas”, el inefable registrador de la propiedad en excedencia, ni su representante en Cataluña, la “Pantoja de Barcelona”, los que mienten y exageran con dedicación digna de mejor causa, no; Aquí, me atrevería a decir que es el “geyperman de Las Ramblas”, en acertado “mote” del gran Juan Marsé, quien supera todos los parámetros de demagogia y deformación interesada de la realidad, llegando a decir cosas tan pintorescas (lo que no excluye su originalidad y buen sentido) como que en una Cataluña independiente se elevaría la esperanza de vida (será por medidas en las que fue pionero como el “euro por receta” que contribuye objetivamente a que los pensionistas no se atiborren a medicamentos y, de paso,  se ahorren así problemas gástricos, y, en un futuro, en geriátricos y asistencia a la “tercera edad”, pues los viejos llevan mal que les quiten sus medicinas y, con un poco de suerte, se mueren antes, con el considerable ahorro que ello lleva aparejado ¡”chapeau”, Sr. Mas!, algún merecido Premio Nobel le espera).

Entre los dos, ¿en una “tercera vía”? se sitúa el permanentemente deprimido PSC-PSOE. Si no diesen tanta pena, podrían ser una alternativa pero, situados en tierra de nadie, parece que se verán abocados a la irrelevancia tras las elecciones del próximo día 29.

Y, mientras, todos estos niños juegan a políticos (que si soy el “masías” catalán, que no, que en España cabemos todos, que si “Viva la moreneta”, que si viva la virgen del pilar, que si quiero una Cataluña ¡independiente!, pero dentro de la Unión Europea y fuera de España, que si “España Una, Grande y Libre”)  algunos ciudadanos optan por tirarse por las ventanas o ahorcarse en su frutería,  mientras todos, Cataluña y el resto de España, nos hundimos en la miseria, pero la alcaldesa de Madrid (sí, la que se fue a relajarse a Lisboa mientras enterraban a alguna víctima de su disparatada gestión, aquí no dimite nadie) firma a favor del mantenimiento como tal de un hospital público que su propio partido ha optado por convertir en geriátrico de lujo para ancianos millonarios.

¡Qué viva España, y la madre que nos parió!

viernes, 9 de noviembre de 2012

MUNDO BONOBO, ¿UNA SOLUCIÓN?


Nunca me interesó demasiado la zoología, hasta que en un documental de La 2 (“Evolución”, altísimamente recomendable) me encontré con este animal, lejano (o no tan lejano) pariente nuestro. El bonobo (pan paniscus), un simio cuya organización “social” (un matriarcado basado en la cooperación de sus miembros) resulta envidiable. Los bonobos son una de las pocas especies cuya sexualidad no está exclusivamente ligada a la reproducción, si no, más bien, a la socialización y al placer (de hecho, la relación sexual predominante, sin excluir todas las otras combinaciones posibles es la homosexual femenina, quedando la heterosexual solo como el método instintivo para la indispensable perpetuación de la especie. Y siendo las predominantes relaciones entre hembras -una forma de tejer alianzas que aseguren su predominio social-). Porque al contrario que su pariente cercano, el chimpancé, las hembras bonobo “dirigen” esa sociedad constituyendo un auténtico matriarcado. Y la competencia “chimpancé” deja paso a la cooperación pacífica. Esta sociedad “bonova” persigue fundamentalmente el placer y el bienestar de sus miembros, adelantándose sustancialmente a la evolución biológica humana que sólo en un estadio posterior hemos llegado a una conclusión ¿similar? (la cultura, o lo que se llama en terminología antropológica, conjunto de memes de difusión). Porque culminada la evolución biológica de la especie humana, la única manera de seguir mejorando que nos queda es la cultural -la apropiación de una serie de “memes” no ya tecnológicos, si no culturales (los que se dan a partir de las estructuras más desarrolladas con que consiguió culminar  la evolución biológica humana: el lenguaje y la historia)-.







              Tribadismo entre dos hembras bonobo: la relación sexual predominante en la especie




 

Creo que somos protagonistas (en el sentido de que está sucediendo ahora) de uno de esos momentos transcendentales de la Historia de la humanidad. La “Crisis” no es una crisis cualquiera. Es el fin del sistema socio-económico capitalista que llevaba funcionando, por lo menos, desde el siglo XVII- XVIII, un sistema que se mostró eficacísimo para permitirnos un desarrollo tecnológico sin precedentes, pero como el esclavismo en la edad antigua, o el feudalismo en la edad media sencillamente ha acabado por agotarse y ya no da respuestas a nuestras necesidades. Nada nuevo en la Historia humana. A la lógica incertidumbre del momento sucederán nuevos retos que el ser humano podrá solucionar si sabemos afrontarlos con nuestra mejor arma: la razón.

Quizás nuestra solución como especie, antes que la dinámica del capitalismo se nos escape definitivamente de las manos y aniquilemos al planeta y a nosotros mismos con él,  sea pararse, observar y  emular el comportamiento de alguna otra especie (que, además nos es relativamente cercana en el tronco de la evolución) que ha elegido otro camino para su desarrollo (el de la cooperación entre sus miembros y el goce sexual como manera de resolver sus conflictos). Quizás, para sobrevivir, debamos afrontar un cambio de valores y abandonar los de nuestro “primo” chimpancé, para abrazar los de este otro primo nuestro, el bonobo. Al fin y al cabo, todo queda en familia. Ya en sociedades muy desarrolladas como en Islandia se está produciendo algo así. Si  el predominio del género masculino (modo de vida chimpancé) consigue dejar paso al femenino (modo de vida bonobo) es posible que a los humanos nos empiecen a ir mejor las cosas. Aunque, como siempre, dudo: los ejemplos de Anghela Merkel, Elena Valenciano, Pilar Rahola, Margaret Thatcher o Esperanza Aguirre tampoco es que sean demasiado alentadores.

 

 


                                          Ejemplar de hembra bonobo masturbándose 

jueves, 1 de noviembre de 2012

IMPOSTORES: EL CASO ARMSTRONG


La verdad, la mentira, la obsesión por el triunfo; la derrota, el vértigo. Y la “nueva carne”. La superación por medios artificiales de las potencialidades físicas del propio cuerpo. Al final, la derrota inevitable. El “súper-hombre” que no era tal. La mentira descubierta.

En este escueto guion se resume la peripecia vital de Lance Armstrong,  el único hombre capaz de ganar 7 Tours consecutivos. Una hazaña que, por sobrehumana, parecía imposible. Y que lo acabó resultando ser (imposible). Porque todo era mentira. Y mi madre, gran aficionada al ciclismo “de sillón” (el que se practica viendo el espectáculo por televisión) tenía razón cuando decía que el “americanón esi, va chutau hasta les narices, no lo veis”. A lo que yo, crédulo idiota, contestaba con el poco creíble argumento de que el fortísimo tratamiento para superar su cáncer era lo que, a lo mejor, le estaba ayudando; nada de trampas intencionadas.

Y, sin embargo, ahora se descubre que todo era mentira. Que tenemos que cambiar a Lance Armstrong de panteón: trasladarlo del de los grandes deportistas de la Historia al de los grandes tramposos, de estrella del deporte a estrella de la impostura. A mi, que quizás por influencia materna, nunca lo soporté como arrogante campeón deportivo, sí me interesa como falsario (aunque su impostura resultó no ser perfecta, pues se ha acabado por descubrir -“Se pilla primero a un mentiroso que a un cojo” me sermoneaba desde que tengo recuerdo, precisamente mi madre-) que por toda su aparentemente brillante carrera deportiva que, al final, resultó ser un fraude.

Porque la aparentemente brillantísima carrera deportiva de Armstrong devino en una gigantesca mentira. En un fraude perfectamente orquestado y sistemáticamente preparado. Apoyado en especialistas médicos de primera línea, el “campeón” tejano se internó en el mundo de David Cronenberg, se dispuso a construirse un nuevo cuerpo, el de un super-hombre. Como Jeff Goldblum,  el atormentado protagonista de “La mosca”, como Jeremy Irons, el enloquecido cirujano doble de “Inseparables”, como tantos héroes Cronenbergianos,  Armstrong jugaba en la delicada frontera entre lo humano y lo artificial, entre lo fingido y lo verdadero, y, como buen tramposo, jugaba en su propio beneficio, faltaría más. Armstrong, el gran falaz; Armstrong, el hipertramposo; Decadencia y caída de Lance Armstrong.

Así que mejor compararle con los grandes impostores de la Historia, con todos aquellos falsarios que han sabido construirse un personaje tras el que poder esconder las limitaciones con las que todos los seres humanos tenemos que cargar.  

Como Enric Marco (que se hizo pasar por una víctima del Holocausto, y fue, incluso, Presidente de la Asociación de damnificados, sin haber pisado Mathausen, si no el más pequeño campo de Flossemburg, y no como víctima, si no como trabajador voluntario en el marco de un acuerdo de cooperación entre la Alemania Nazi y la España franquista (1); como Víctor Lustig (que estuvo a punto de venderle la Torre Eiffel a unos incautos inversores para, según él, poder convertirla en chatarra); como Frank Abnagale (que llegó a cambiar 8 veces de identidad, para poder desarrollar una “brillante” carrera de estafador y falsificador de cheques (2)); como el dúo musical Milli Vanilli, que llegó a obtener el Grammy a artista revelación de 1990 y vendido millones de copias, sin que sus componentes cantasen una sola estrofa (sólo prestaban su imagen mientras hacían “play-back”) a los verdaderos cantantes; como Ferdinand Demarra, aplicadísimo impostor que, en 1941, en plena II guerra mundial, y sirviendo en la marina de Estados Unidos se “travistió” sucesivamente de ingeniero civil, sheriff, guardia de prisiones, monje, investigador del cáncer y maestro, para acabar haciéndose pasar por cirujano en la guerra de Corea (3);  y como Jean-Claude Romand, uno de los impostores más fascinantes de la Historia, que acabó viéndose obligado a asesinar a su propia familia, cuando se descubrió que toda su vida era una mentira (4).

(1).- relatado en el fascinante documental “Ich bin Enric Marco”, de Santiago Fillol y Lucas Vermal, 2009

(2).- su vida dio pie al celebrado largometraje de Steven Spielberg “Atrápame si puedes”, protagonizada por Leonardo di Caprio y Tom Hanks.

(3).- que también dio origen a un film, “El gran impostor”, Robert Mulligan, protagonizada por Tony Curtis en 1961.

(4).- Tan fascinante argumento ha estado, al menos, en el origen de dos películas: la francesa  “El adversario”, Nicole García (2002) protagonizada Daniel Auteil, y la española “La vida de nadie” (también, 2002), del interesante Eduard Cortés, protagonizada por José Coronado.  

viernes, 12 de octubre de 2012

¡MALLORCA, 20 AÑOS!


Hoy se cumplen 20 años de mi llegada a Mallorca. Pensaba que me iba a instalar allí permanentemente. A ser un mallorquín de adopción y, sin embargo, sólo permanecí en la isla 4 meses, que a punto estuvieron de ser los últimos de mi vida.

Llegué a Mallorca un 12 de octubre 1992. Lo recuerdo bien, porque era el cumpleaños de mi ex – cuñado, el personaje de la familia de mi ex – mujer con el que siempre me llevé mejor. Juanjo trabajaba, a la sazón, de camarero en Magalluf, a unos 10 o 15 km. de Palma. Aún recuerdo la “cogorza” que nos pillamos en su pequeño apartamento para festejar mi llegada y celebrar su aniversario. Lo preocupado que estaba yo por la previsible “resaca” que sufriría al día siguiente, en que tenía que tomar posesión de mi plaza Auxiliar de Clasificación y Reparto (en moto) del servicio de Correos en Palma.

Al día siguiente, con cierta resaca (aunque, afortunadamente tolerable) unos amigos de Juanjo (me acuerdo sobre todo de la chica  -esas extrañas casualidades-, Belén, que había sido compañera mía en el MRA (1), en los locos tiempos de mi adolescencia revolucionaria, y su pareja por aquel entonces, cuyo nombre -20 años son muchos- ya he olvidado) nos acompañaron en coche hasta Palma.
 

En Gijón quedaba M. Ella. La Mujer. Cómo la deseaba. No me quitaba de la cabeza aquellas carnes morenas y abundantes de las que en breve, tras superar el estúpido trámite del matrimonio civil que mis ex – suegros, ("yo, en mi casa, putas no quiero") y mi carácter acomodaticio (“pa qué discutir”) nos habían impuesto,  esperaba gozar permanentemente. Porque hasta ese trámite maldito sólo lo habíamos podido hacer “clandestinamente”. En hoteles. En tiendas de campaña en plena tormenta (con qué ansiedad nos abrazábamos desesperados a la vez que la lluvia y el viento ponían en peligro la misma integridad de la tienda de campaña, cómo le resbalaban las lágrimas por el rostro ya no sabía si por el placer del orgasmo o el sobresalto de la estampida de un trueno, o por la superposición de ambas cosas). Metiéndonos mano en reservados de bares envueltos en alcohol. Perdiéndonos en una noche de alcohol y confusión y festejando nuestro rencuentro con sexo urgente y desesperado en un ascensor. Arriba. Abajo. “¿Qué pensará la gente de este ajetreo? ¿Qué importa, tonto? Te quiero. Y yo a ti….” O mucho antes,  mis dedos índice y corazón desvirgándola afanosos bajo el escrutinio de un gigantesca reproducción del cartel con el perfil de Marlon Brando en “El Padrino”.
Ahora, en Mallorca, yo esperaba que, bendecidos por el estúpido matrimonio, nuestra pasión dejase de ser clandestina. ¡Qué idiotez!

Porque justo 4 meses después todo se vendría abajo. El 12 de febrero siguiente, al regresar de mi jornada de reparto diario en el popular barrio de La Vileta, en las afueras de Palma de Mallorca, deduzco (no me puedo acorda a ciencia ciertar de nada, bien que lo siento) que al entrar en nuestro minúsculo apartamento en los aledaños del Paseo Marítimo (carrer Furió, Nº 10) me la encontré en la cama, apenas vestida con sus bata japonesa. Por una vez, el glorioso espectáculo de su semidesnudez, no me excitó. Permanecía inerte. No respondía a mis requerimientos. Dándome cuenta de la situación, intenté llamar a un médico, a una ambulancia. A quién fuese. Sentí que me flaqueaban las piernas y una nube negra me engullía. No me acuerdo de más.
Esos cuatro meses, no obstante, sirvieron para que me enamorase de esa tierra, de sus gentes, abiertas, tolerantes. "Fenicios" en el mejor sentido que a la palabra pueda dársele. De la belleza de sus mujeres morenas a lo María del Mar Bonet. Hasta el sonido de ese catalán un tanto "masticado" que ellos llaman mallorquín, acabó por encantarme. Si hasta bailamos (bueno, yo hacía lo que podía) al son de las letras melosas y anticuadas de Bonet de Sampedro en una multitudinaria verbena en el Borne en la noche de San Sebastián (patrón de Palma) sospecho que muy poco antes del accidente.

Mi siguiente recuerdo, la habitación 331 de un hospital gijonés. En una cama yo.  En la otra, M. Miradas cómplices. Traqueotomías. Silencios forzosos, pues. Sin embargo, recuperamos la voz. Yo, antes que ella. Volvimos a nacer. Cuando pudimos hablar, decíamos tonterías. Yo, empeñado en tener 18 años (total, sólo me quitaba 10). Ella, en devorar todo lo que se le pusiera por delante. ¡Hambre…! ¡Comer….!

M. devorando su propia ropa. Yo, por emularla, comía flores de los jardines. En el fondo, queríamos devorarnos el uno al otro. Cuando nos retiraron las traqueotomías, empezamos por intercambiar nuestros deseos. Sin tocarnos el uno al otro, nos estimulábamos y disfrutábamos. Un festín. Celebrábamos seguir vivos. Un milagro.


Pero cuando, al fin, salimos del hospital, un año después, la cruda realidad se impuso. Cada uno por su lado. A nuestro alrededor, se movían demasiadas cosas (algunas bastante sucias).
Lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible.

(1).- Ver entrada del 23 de febrero de 2011, Mi 23 F

sábado, 6 de octubre de 2012

LA MANIFESTACIÓN (PROCESIÓN DE INVÁLIDOS)


Pues sí, hartos de promesas incumplidas, de las astronómicas deudas de todas las administraciones con nuestro colectivo, de que los políticos de todos los colores sólo se acuerden de nosotros en campaña electoral (en las elecciones autonómicas anticipadas del año pasado pasaron por la residencia donde vivo todos los líderes de los partidos que se presentaban  -¡si incluso la ministra de Sanidad, Fátima Báñez nos hizo un hueco en su “apretadísima agenda”, visitando el Centro de Atención Integral de COCEMFE en Gijón, donde resido!- para  inmediatamente olvidarse de las promesas con las que nos habían abrumado, y mandarnos literalmente a “hacer gárgaras” cuando les reclamamos el dinero que se les adeuda a nuestras asociaciones, y que es indispensable, incluso, para la  supervivencia de las mismas, una procesión de inválidos de todo tipo (físicos, psíquicos, acondropláxicos), una procesión de discapacitados siniestramente enlutados (para signicar las negras perspectivas de nuestro colectivo, nuestro aspecto parecía extraído del mejor Buñuel) tomamos el pasado miércoles 3 de octubre las calles del centro de Oviedo, bajo los lemas de “No a los recortes”, “Recortar en discapacidad es recortar en dignidad” e, incluso, un ingenioso “A la niña de Rajoy, mi silla le doy”.

Sé que sólo somos otro de los colectivos damnificados por esta llamada crisis (“No es una crisis, es una estafa”, se corea habitualmente en otras manifestaciones), pero mi colectivo (por razones obvias, el más débil de un entramado social brutalmente golpeado) necesita el apoyo del resto de la sociedad. Aunque sólo sea porque nadie está libre de acabar incluido en él, no nos condenen a la exclusión absoluta. Hagan un esfuerzo. Nadie está libre del accidente y la enfermedad.

Las especies pueden  actuar de dos maneras ante los miembros más débiles de si mismas. O los ayudan solidariamente, o los eliminan. Por el bien de todos esperemos, que, en esta ocasión, no se opte por este darwinismo extremo.
Y aquí estoy yo. Hacía sol, me tuve que poner las gafas, y mi aspecto acabó por resultar siniestro. ¡Me recuerdo a Ynestrillas!. A mi lado, con chaqueta roja que discordaba del luto general, mi compañero Fausto (al que, todavia no se por qué, se le conoce como "Harry").

sábado, 22 de septiembre de 2012

ESA MALDITA INDECISIÓN


Cuando, por fin, la encontré, las palabras me abandonaron. Había ensayado tantos discursos, tantas torpes declaraciones de amor (que ahora, de repente, me parecían ridículas, inapropiadas…).

Y, sin embargo, cuando el momento tan deseado llegó, y me vi enfrentado a aquella apabullante belleza morena, pelo muy corto, gafas que velaban un tanto la mirada miope de sus grandes ojos negros , labios carnosos y húmedos, las palabras que tantas veces me había repetido, escaparon como alma que lleva el diablo, y no fui capaz a decir nada. Ella me lanzó una sonrisa asesina. Y no pudiendo ocultar su decepción se marchó sin besarme. Y así, sin diminutivos cariñosos, se fue.

Ya no había marcha atrás.

 

 

 

jueves, 13 de septiembre de 2012

LETARGO


Se oye un rítmico puff-puff de fantasmas paridos. Y me duelen las muelas. Obsesivamente repaso con la punta de la lengua una caries en ellas, hasta que el roce deja paso al dolor. Estiro el cuello, como para espantar el malestar. La boca me sabe a hiel, los labios resecos.

 

Y sólo el recuerdo de un pezón apenas sujetado por mis dientes (que no osan morder) ilumina esta tarde de letargo gris..

sábado, 8 de septiembre de 2012

INCONGRUENCIA


La de los nuevos gestores de RTVE, que van a devolver a la parrilla de la televisión pública a los toros. Nada tengo yo contra la tauromaquia, pero sea cual sea mi opinión sobre los toros, la fiesta, por definición, es un espectáculo cruel y sangriento (tómese esta aseveración como meramente descriptiva, en absoluto peyorativa). Por lo tanto su encaje en el protegidísimo horario infantil se me antoja imposible (lo mismo que el de la pornografía, contra la que tampoco tengo nada, aunque supongo que la nueva dirección de RTVE no barajará emitir películas porno a las 5 de la tarde, lo que sería ciertamente original y heterodoxo).

sábado, 1 de septiembre de 2012

LA BATA "JAPONESA"


 

Cubría su desnudez con una bata negra con motivos “japoneses”. Estábamos en su casa (bueno, en casa de sus padres). En el escote de la bata afloraban unos pechos largos (o esa era la impresión  que me daban, quizás por estar libres del sujetador y haber ingerido yo, aquella tarde, una generosa ración de alcohol).

Retozábamos por la casa de sofá en sofá, acariciándonos, besándonos, las lenguas ávidas del cuerpo del otro, ella cabalgando sobre mis rodillas, yo buscando su sexo con mis labios, con mis dientes, sin dedos suficientes en mis manos nerviosas para tanto manjar, persiguiendo como dos desesperados el orgasmo liberador. Metíamos, sacábamos. Pugnábamos enloquecidos buscando el placer. No lo acabábamos de encontrar. Entonces, insistíamos. Y en esa desaforada lucha se sustanciaba nuestro placer.
Y entonces, ella desapareció de mi vida. Y eso me empujó a, cual abeja (del orden de los zánganos, habría que decir) picotear de flor en flor, de cama en cama, en busca de un néctar que ya nunca volvería a disfrutar

sábado, 16 de junio de 2012

NACIDO EL DIA DE LEOPOLD BLOOM

                             Leopold Bloom´s day en Dublin




Hoy cumplo 47 años. Sí, hoy, el día en que, supuestamente, Leopold Bloom, peregrinaba cual nuevo Ulises por las calles, bares y prostíbulos de Dublín, en la genial novela de James Joyce que, lo confieso, no he podido acabar, a pesar de haberlo intentado en varias ocasiones. ¡Qué vergüenza!

Pero la auténtica protagonista de Ulises de Joyce es Molly Bloom, esa Penélope que, en vez de esperar  a su Odiseo tejiendo y destejiendo la tela, reivindica su propia  y riquísima feminidad, tiene amantes, goza de una sexualidad libérrima, pero en su celebérrimo (y larguísimo) monologo interior con el que Joyce culmina su obra deja entrever que, aun así, con todas sus contradicciones y dudas, sus idas y venidas, se queda con Leopold (o, más exactamente, que aunque Molly tiene multitud de amantes, y Leopold es un personaje antipático y mediocre, algo fortísimo –la costumbre, la fatalidad,el hijo perdido, cierto conformismo ¿por qué no?…- les une y seguirá uniendo).

Pues eso, aunque yo nací bajo el signo de Leopold Bloom,  me hubiese gustado más nacer bajo el de la estupenda Molly, por supuesto (aunque en el fondo esto sea una estupidez: un hombre nunca podrá acogerse a una "advocación" tan innegablemente femenina como la de Molly Bloom -que como diría mi amigo Horrach (http://horrach.blogspot.com) se caracteriza por corresponderse con el principio exclusivamente femenino de lo ctónico, de lo primigenio y aún no escindido-).

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martes, 12 de junio de 2012

EL ENCUENTRO CASUAL




La vi, primero a lo lejos. Al fondo del sanatorio. Quizás saliendo del gimnasio. Luego se acercó. Y sí, era ella. Caminaba ayudándose de un bastón. Le daba un aire elegante. Se había cortado el pelo. Como cuando nos casamos. Estaba guapa.

La tremenda cicatriz de una traqueotomía un tanto chapucera. La mía, sin embargo no dejó casi ni rastro. Sin embargo ella camina y yo estoy en silla de ruedas.

La hipocresía de la madre (mi ex – suegra).  “Qué tal estáis”. “Cómo por aquí”, como si ella no hubiese hecho nada, como quién se encuentra con un familiar lejano o un conocido que hace mucho que no ve.

La extraña docilidad de M. Me apetecía besarla allí mismo, no obstante. Si hubiésemos estado solos (o, al menos, libres del inmisericorde escrutinio de la madre, esa “bruja”…)

O no, que conozco mi nula capacidad de decisión, y capaz hubiese sido de sumirme en un absoluto mutismo (aderezado, eso sí, por alguna sonrisa pretendidamente cómplice) y dejado, una vez más, pasar la ocasión.

Ya en la “resi” se había hecho un hueco en mi mente. Desabrochaba con cuidado los botones dorados (un dorado envejecido, herrumbroso y en absoluto deslumbrante) de su blusa blanca y hundía ni cabeza entre sus pechos grandes (que a ella la acomplejaban un tanto, pero que a mi me la ponían dura al instante cuando descubría que no llevaba sujetador) y mordisqueaba, lamía, succionaba y sopesaba hasta que sus gemidos se superponían a los míos y se confundían con las entrecortadas palabras que preludian (o más bien conforman) el sexo

martes, 1 de mayo de 2012

SUSANA


Susana Roza en la actualidad: luminosa, no me digais que no

Ilumina mis mañanas nada más despertar. No es una belleza “al uso”. Quizás por eso me atrae tanto.

La conocí fugazmente en persona hace muchísimos años. Nos cruzamos una mañana en Oviedo a finales de los 80. Susana Roza era la bisoña sucesora de Ángeles Caso al frente de “Panorama Regional”, el informativo diario de RTVE en Asturias. Me impresionó su estatura (sobre 1 80), pero, en aquellos tiempos no tenía buen concepto de ella. Periodista primeriza, todavía balbuceante en ocasiones, era triste compararla con sus predecesoras, la escritora y divulgadora María Teresa Álvarez (la actual condesa de Latores, de resultas de su matrimonio con Sabino Fernández Campo) y, sobre todo, Ángeles Caso, que, además, sabía era “colega” mía  (se licenció en la misma facultad de Historia del Arte que yo, unos años antes). Susana, en sus inicios, aparecía como una presentadora balbuceante y torpe (“prubina, no da pa más”) solía decir mi madre mientras negaba con su cabeceo frente al televisor. Cuando me la crucé una mañana en Oviedo, camino yo de El Cristo, yendo o volviendo de la facultad,  me pareció desproporcionadamente alta (“vaya espingarda” comenté despreciativamente con mi madre). No sabía yo cuánto me iban a acabar gustando las mujeres grandes (todavía no había tenido suficiente contacto con Fellini). En aquellos tiempos lucía una media melena que no la favorecía demasiado (no resaltaba en absoluto sus facciones un tanto duras, contundentes ni sus ojos luminosos).

Luego yo tiré mi vida por la borda (me casé, no imitéis mi error, por favor, sufrí mi accidente, me convertí en un inválido, paralítico, o como lo queráis llamar), mientras ella se iba a EE.UU, trabajaba en la CNN, y volvía a España, con mucha más experiencia y “tablas” y se cortaba el pelo convirtiéndose en la fascinante mujer que es ahora (1), excelente presentadora, brillante en su locución, inteligente periodista, segura de sí misma y  dotada de una hermosa voz. Vamos que el “patito feo” se nos ha convirtió en cisne.

Sirva esta entrada, publicada en la víspera de Día Internacional de la Libertad de Prensa, y que loa a una periodista de RTVE, para homenajear a la prensa libre, y solidarizarme con los compañeros de esta mujer, y esperar que los gobiernos de turno mantengan sus manos lejos de la tv pública como en los últimos años.




                      A finales de los años 80, cuando la conocí (la "espingarda")



(1).- Me fascinan las mujeres con el pelo cuanto más corto mejor. Es un gusto personal, casi desde que tengo recuerdo. Tratar de explicarlo sería estúpido. Es así, y punto.

viernes, 6 de abril de 2012

ARTEMISIA


Judith (Artemisia) y Holofernes (Agostino Tassi)


Pintora barroca excepcional, mujer orgullosa y consciente del dominio de su oficio, Artemisia Gentilleschi, supone un hito en la Historia de Arte. Hija de Orazio Gentilleschi, un pintor menor del círculo de Caravaggio, Artemisia, marcada por la violación sufrida por el que debía haber sido su maestro de perspectiva, Agostino Tassi, y por la reacción al respecto de la hipócrita sociedad de la época (tuvo que someterse a la tortura para demostrar la veracidad de sus acusaciones ante el Santo Oficio) plasma en esta impresionante “Judith y Holofernes” su propia, y terrible experiencia (1). Así, reconocemos sin mayor dificultad que el modelo para la cabeza de Holofernes no es otro que el propio violador Tassi y en la sanguinaria Judith un autorretrato de la propia Artemisia ejecutando su venganza. Artemisia reincide en los temas con los que se siente más identificada (así, a lo largo de su vida, realizará varias versiones tanto de “Judith y Holofernes” como de “Susana y los viejos”).

Ser hija de un pintor le facilitó el acceso al oficio, y permitió que, pese a su condición de mujer, pudiese desarrollar una carrera pictórica (algo impensable para las mujeres de su época). Y es que Orazio reconoció pronto el talento de su hija (muy superior al suyo) y tenemos que agradecerle que además lo fomentase (algo, que tratándose de una mujer, no era nada habitual en la época). Sea como fuese, Artemisia se convirtió en una de los más brillantes seguidores del gran Caravaggio, imprimiendo a sus obras su particular visión de mujer. Como todos los pintores de su época, trabaja fundamentalmente para la Iglesia. Pero sus heroínas son, casi siempre, las mujeres más fuertes, que protagonizan algunos episodios de la Historia Sagrada. (Judith, Susana, María Magdalena, Santa Cecilia, Betsabé) o la mitología o Historia clásica (Lucrecia, Cleopatra) en las que la figura de la mujer destaca por su especial entereza, valentía o integridad. Todo ello la convirtió ya en el siglo XX en una auténtica patrona laica del feminismo.

La revalorización de su pintura tuvo que esperar, precisamente, hasta las últimas décadas del siglo XX, en que el movimiento feminista la “adoptó” como “patrocinadora”, y consiguió empezar a divulgar su obra excepcional, en un tardío pero justísimo reconocimiento. Mujer libre y adelantada a su época, Artemisia (que tras el incidente con Tassi, se “fue casada” con el modesto pintor florentino Pierantonio Stiattessi, con lo que, siguiendo las convenciones de la época, su “honor” quedaría restituido), fue, no obstante, privada del acceso a las academias de arte y, por lo tanto, sólo tiene acceso al conocimiento de  la anatomía masculina por su propia experiencia particular.

De todas maneras, sabemos que hacia 1621 –ocho años después de la boda-, Artemisia ya se ha separado (pues se traslada de Nápoles a Roma acompañando a su padre, Orazio, tras tener su marido algún incidente con la justicia, por cuestión de deudas o, se cree, de algún duelo por razones desconocidas).

Aun así, se sabe que llegó a tener 4 hijos con Stiattessi, más alguno fuera del matrimonio (era Artemisia una mujer de sexualidad libre, gran belleza y, en podíamos definirla, tomando prestada la definición de mi amigo mallorquín, Horrach (http://horrach.blogspot.com) como una auténtica “ctónica” del siglo XVII)

Sólo una mujer marcada por una biografía como la suya, puede pintar con esa virulencia “dionisiaca”, con esa sensualidad. En este magistral “Judith decapitando a Holofernes”, Artemisia Gentilleschi vuelca todo su rencor. Ninguno quisiéramos ser ese Holofernes estando esa airada y bella Judith cerca. ¿O quizás, sí?

autorretrato de Artemisia Gentilleschi: tenía conciencia de su oficio
(1).- Aunque en la lamentable película francesa "Artemisia" (Agnes Merlet, 1997) la violación se convierte en una acaramelada historia romántica en la que el violador no es tal, pues la película de la Merlet, contraviniendo todas las fuentes documentadas (básicamente, el proceso contra Tassi), sostiene que la relación fue más o menos consentida y convierte el peliagudo drama en algo parecido a un bobalicón episodio de "Anatomía de Grey".


domingo, 26 de febrero de 2012

EN LA MUERTE DE LINA ROMAY


Leyendo “El País”, en la página de obituarios, me entero del fallecimiento de Lina Romay. Musa del cine de “serie z”, fue vampira, cazadora de vampiros, amazona, agente secreto, investigadora lúbrica, pionera porno, mujer tarántula, víctima de Jack el destripador, cabaretera, presidiaria, exhibicionista  objeto de la fijación de un lúbrico voyeur (en la imagen) en quien se materializa el poco confesable deseo de cualquiera de nosotros, folklórica delirante o agente secreto.  Dotada de un físico rotundo, su belleza un tanto vulgar (salvando las distancias, como Kim Novak, parecía tener el sexo inscrito en el rostro, como le decía Alfred Hitchcock a Truffaut en su libro-entrevista “El cine según Hitchcock”), su desbordante feminidad se imponía en la pantalla. Pareja de Jesús Franco, Romay tenía ideas (y ambiciones) propias: “Amo al cine. Como actriz, como montadora, como técnico de rodaje y como espectadora. Me gustaría convertirme en una buena directora. Dicen que soy una exhibicionista. Todo actor lo es, y lo acepto gustosa. No soy una hipócrita”. Así comenzaba el documental “The Lina Romay life, the intimate confessions of an exhibitionist” (1996) de Tim Greaves y Kevin Collins.

Lina Romay tenía 57 años. Musa y compañera de ese personaje capital del cine español que se llama Jesús Franco, Rosa María Almirall (ese era su verdadero nombre) deja un hueco muy difícil de rellenar entre los admiradores del cine  bizarro y desprejuiciado que ella encarnó como nadie. Víctima de un cáncer fulminante, esta “guerrillera del cine”, nos abandonaba el pasado día 15. Descanse en paz.


martes, 21 de febrero de 2012

¡PLAGIO!


Parece ser que lo descubrió la gran Kim Novak. Me extraña que haya sido la única. Quizás porque “Vértigo” sea mi película favorita, y la haya visto un montón de veces, no tardé nada (a pesar de mi pésimo oído musical) en identificar las notas del film de moda, el ya laureadísimo “The artist”,  como las que compusiera el inmenso Bernard Herrmann para la obra maestra de Alfred Hitchcock. Hubiese sido más honrado  que, al menos, como hiciese Elmer Bernstein, con “El cabo del terror” de Martin Scorsese, se reconociese explícitamente la inspiración (u homenaje) en la partitura original de, precisamente, también Bernard Herrmann para “El cabo del miedo” (J.Lee Thompson, 1962).  (1)

Sin embargo, nada de eso ocurre: ni el director de apellido impronunciable, Michel Hazanavicius, ni el supuesto músico que firma la partitura, un tal Ludovic Bource, ponen el mínimo atisbo de duda sobre su autoría. No obstante, la impostura es tan evidente que me asombra su poquísima repercusión. Y ahí tenemos a “The artist”, una película bastante menor (y, desde luego, mucho menos arriesgada de lo que se dice) acaparando premios, y encaminándose a convertirse en la gran triunfadora del año.

Y es que de “The artist”, poco hay que decir. Su originalidad consiste en optar por prescindir de la palabra en un supuesto homenaje al cine mudo. Sin embargo, la historia es ramplona, y ni siquiera la refrescante interpretación de la pizpireta Berenice Bejo, puede justificar el dinero invertido en la entrada.

Me extraña el entusiasmo con que mi admirado Carlos Boyero la ha recibido (lo confieso, razón principal por la que decidí ir a verla) y aún más que los herederos de Herrmann y Hitchcock, no hayan iniciado ya algún tipo de acción contra Hazanavicius y Bource.

(1).- Quizás influya que Scorsese debía al maestro Herrmann el honor de que, poco antes de morir, este compusiese la magnífica partitura para "Taxi driver".

viernes, 13 de enero de 2012

ANTES DE COMER


Le comentan al paralítico que "Y" llega al gimnasio hacia la 1 y media. Baja a la 1 y 25, y comienza a remolonear frente al tablón donde se anuncian las comidas, haciéndose el encontradizo. Mientras intercambia comentarios insustanciales con dos compañeros, ella llega (el “soplo” era exacto). Con decisión unos labios rojísimos, se estampan en el rostro del inválido (que, por un instante mínimo, tiene la sensación que se dirigen directos a su boca –o es que lo confunde con sus deseos, el paralítico no sabe-, pero de todas maneras se siente naufragar en la cálida marea bermellón de los labios que más desea). "Y"  balbucea una innecesaria excusa,  “ya se que me llamaste, pero había ido a la cuenca…” que el paralítico, esa maldita sordera..., no acaba de entender, pero le conviene aceptar. Acto seguido, ella mira el reloj, y con un “me tengo que ir, que V me espera” se despide mientras el paralítico, con una incipiente erección, se dirige, sin hambre, pero con la cabeza llena de renovadas ilusiones y proyectos quizás disparatados, hacia el comedor.

martes, 3 de enero de 2012

¡MALA NOTICIA!


La que le dieron al inválido esta mañana: V, la fisio de Y, ha sido trasladada al turno de tarde. En consecuencia no coincidirá más con Y en el gimnasio. Ahora sí que está desolado. Invoca a su nula valentía, a su escasa y baqueteada intrepidez (tres rechazos ya serían demasiados) y se agarra a la difusa esperanza del estreno en los únicos cines accesibles a sillas de ruedas de la ciudad. El viernes, a consultar la cartelera cruzando los dedos.