Pues sí, cómo pasa el tiempo. Otro año de supervivencia desde que “volví a nacer” cuando un fatídico 12 de febrero de 1993, sufrimos mi ex y yo aquel terrible accidente que casi nos cuesta la vida y que, a la postre, nos costó “sólo” el matrimonio. Porque en estos 16 años que cumplí el pasado 12 de febrero mi vida ha cambiado radicalmente. No diré si para bien o para mal (eso siempre es relativo), pero mis preocupaciones, obsesiones, gustos e incluso amistades, son otros completamente distintos. Ver la vida desde una silla de ruedas es, obviamente, contemplarla desde una perspectiva diferente. Y saberte un inválido (sabéis cómo odio los eufemismos) te hace afrontar la vida de forma completamente distinta.
En cierto sentido creo que soy mejor persona desde que vivo desde la perspectiva, más baja, de el que está siempre sentado. Creo que, si por un milagro imposible, me encontrase de nuevo caminando, volviese a medir los 184 cm. que medía antes del accidente, no sabría, literalmente, qué hacer. Cosas que eran muy importantes para mí, como el baloncesto, han dejado de serlo (de más deportes ni hablo, porque siempre tendí más a la reflexión que a la acción, y el basket era una excepción relacionada con uno de mis sueños recurrentes-el de “gravitar” como un astronauta en el espacio-).
Siempre fui un tipo introvertido, y lo sigo siendo, pero en estos años he encontrado, en las llamadas “nuevas tecnologías” el medio ideal para ir venciendo mi timidez, y relacionarme con personas de muchos lugares, algunos muy lejanos, valiéndome además de esa “veladura” que Internet nos proporciona a los tímidos, que, como yo, además, nos expresamos mejor mediante la escritura que con el discurso hablado.
Otras, las mujeres, el sexo, la literatura, el cine no han variado en absoluto, gracias a dios. Me sigue gustando sobre todas las cosas el simple roce con otra piel, las discusiones interminables que nunca conducen a ninguna solución, las mujeres, pues sigo persuadido que todas son bellas y más inteligentes que nosotros, sólo que ahora me relaciono, sobre todo, con sus “fantasmas”, la proyección “cibernética” que algunas nos quieren dejar (aunque alguna, y me refiero concretamente a mi amiga de Murcia, “Sirena Varada”, se empeñen en querer escapar, amenazando una y otra vez con abandonar su blog, que tanto deleite nos produce, y como esta Sirena, náyade aventajada, nada como la más veloz de las ondinas, y yo soy, a pesar de haber nacido a la vera del mar-el Cantábrico, concretamente- un individuo más bien sedentario, que se siente sólo seguro en tierra firme y poco amigo de “odiseas” marinas, mucho me temo que no podré seguirla en su, sin duda, excitante singladura).
Y, bueno, como os decía el año pasado por estas fechas (1), se admiten regalos, aunque, soy consciente que, quizás, como hace un año, me tendré que “conformar” con el de vuestra compañía, que no es poco, amigos.
(1).-Ver la entrada del 21 de febrero de 2008, titulada "Cumpleaños"