Como por ensalmo, aparece otra vez a mi lado. El contacto con la temperatura de su piel, más fría que la mía es subyugante. Siento deseos de besarla, de lamer esa epidermis ajena de sabor seguramente salado. De poseer, que fea palabra, un cuerpo sin duda deseable. No quiero despertar. Tener que enfrentarme otro día a una vida tan mediocre como la mía no me apetece. Quisiera seguir durmiendo y que al despertar lo soñado se hiciese realidad. Entre lo real y lo soñado, me quedo con el sueño. Se que cuando abra los ojos, el sueño, tan placentero, se evaporará. Sin remedio. Sin dejar rastro. Como siempre. Me resisto. No quiero. ¿Dónde van los sueños una vez soñados? Quisiera irme a vivir a ese lugar quimérico. El país de los sueños soñados. Aquí, en este momento inasible, entre la vigilia y el sueño, todo es posible aún.
Ella, mi fantasma adorado me acaricia la mejilla antes de desaparecer. Antes de desaparecer deposita un beso en mis labios que sabe a hidromiel, y huele al perfume denso, envolvente de su cuerpo. Noto su muslo pegado al mío. Como siempre nuestras manos se entrelazan, hasta que las membranas que separan los dedos me empiezan a doler, y temo, seriamente, que se acaben por rasgar, tal es la intensidad con la que pretendo, quizás inútilmente, fundirme con su cuerpo idolatrado. De repente, cambia de postura. Se da la vuelta. Hurta de mi vista sus pechos pesados y un tanto caídos ya (la ley de la gravedad). Me ofrece sus nalgas, donde el inmisericorde trabajo de los años se evidencia en forma de celulitis (la mujer soñada resulta ser una mujer real, ¡qué caramba!).
No me importa. Repuesto de la sorpresa inicial, deposito mis labios sobre esas nalgas adiposas y un tanto fláccidas. En respuesta escucho un ronroneo que quizás exprese placer, pero, también puede que desagrado o rechazo.
Me despierto.
Definitivamente la mujer se ha evaporado.
No queda ni rastro de ella.
Como todas las mañanas, me tengo que separar de ella, y sólo me queda un rescoldo difuso del inmenso placer que me volvió a proporcionar esta noche.
Apenas nada.
Hasta mañana, amor mío.
Te quiero.
Te deseo.
Con tu ligero sobrepeso y todo.
Con tu cuerpo gozosamente imperfecto.
Con tus arrugas.
Ya tengo ganas de que, en la próxima noche, me duerma otra vez, y de nuevo vuelvas a poseerme.
Si mañana, por fin, no me abandonases...
Ella, mi fantasma adorado me acaricia la mejilla antes de desaparecer. Antes de desaparecer deposita un beso en mis labios que sabe a hidromiel, y huele al perfume denso, envolvente de su cuerpo. Noto su muslo pegado al mío. Como siempre nuestras manos se entrelazan, hasta que las membranas que separan los dedos me empiezan a doler, y temo, seriamente, que se acaben por rasgar, tal es la intensidad con la que pretendo, quizás inútilmente, fundirme con su cuerpo idolatrado. De repente, cambia de postura. Se da la vuelta. Hurta de mi vista sus pechos pesados y un tanto caídos ya (la ley de la gravedad). Me ofrece sus nalgas, donde el inmisericorde trabajo de los años se evidencia en forma de celulitis (la mujer soñada resulta ser una mujer real, ¡qué caramba!).
No me importa. Repuesto de la sorpresa inicial, deposito mis labios sobre esas nalgas adiposas y un tanto fláccidas. En respuesta escucho un ronroneo que quizás exprese placer, pero, también puede que desagrado o rechazo.
Me despierto.
Definitivamente la mujer se ha evaporado.
No queda ni rastro de ella.
Como todas las mañanas, me tengo que separar de ella, y sólo me queda un rescoldo difuso del inmenso placer que me volvió a proporcionar esta noche.
Apenas nada.
Hasta mañana, amor mío.
Te quiero.
Te deseo.
Con tu ligero sobrepeso y todo.
Con tu cuerpo gozosamente imperfecto.
Con tus arrugas.
Ya tengo ganas de que, en la próxima noche, me duerma otra vez, y de nuevo vuelvas a poseerme.
Si mañana, por fin, no me abandonases...
4 comentarios:
koolauleproso said...
Este es mi último ejercicio para el taller de relato. El tema era "Un hombre se despierta junto a una mujer que no conoce".
No se si se ajustará mucho, porque en mi relato, ¿la conoce?, ¿no la conoce?.
Bueno, espero vuestras sabias opiniones y sugerencias.
Lo tengo que leer mañana por la tarde.
2:36 AM
Delete
Blogger koolauleproso said...
Desde hace muchos años estoy enamorado de Charo López. Desde que protagonizó "Los gozos y las sombras", donde era una Clara Aldán memorable.
9:49 AM
Delete
Blogger atikus said...
jeje...pues no esta mal, buen despertar, la verdad es que escogiste un ejemplar maravilloso de musa, a mi me da demasiado respeto tanta mujer, que belleza ;)
11:13 AM
Delete
Blogger koolauleproso said...
Aclaración: yo a Charo López no tengo la suerte de conocerla.
Digamos que es un amor platónico.
Colgué su foto porque cuadra bien con el tipo de mujer del relato.
No nos vayamos a ganar una querella...
11:25 AM
Delete
Blogger El futuro bloguero said...
Seguro que Charo estaría encantada con este relato.
Por cierto... a algunos nos gustaría ir sabiendo de tus resultados en ese taller. Has ido presentando varios relatos, según nos cuentas, y a mi me tiene intrigado qué tal estás saliendo...
Bueno seguro que bien.
11:04 AM
Delete
Blogger koolauleproso said...
El taller no tiene resultado ninguno. No es una competición. Simplemente los participantes pretendemos, al menos yo que soy muy vago e inconstante, imponernos la obligación de escribir regularmente.
A ver si alguno sale un "Cervantes", que no creo.
11:19 AM
Delete
Blogger MK said...
Me gustan los hombres que sueñan con mujeres reales.
No pierdas nunca esa sana costumbre.
2:05 AM
Delete
Blogger koolauleproso said...
No te preocupes, MK: no la perderé. Acuerdate de mis "filias y fobias"
2:58 AM
Delete
Blogger SirenaVarada said...
Me ha encantado tu relato por la mezcla de dosis descarnadas de realidad (flacidez, celulitis, sobrepeso, arrugas...años) y dosis letales de placer onírico. Así es la vida.
Más que un ejercicio literario, el relato me ha parecido una forma de rezumar sinceras emociones: ternura, anhelo y melancolía. Las emociones de un soñador.
Felicidades
6:09 PM
Delete
Blogger koolauleproso said...
Gracias, Sirena:Este relato no pretendía otra cosa que homenajear a la mujer real. Acuerdate de mi "fobia" a Nicole Kidman, que no tiene otro sentido que me parece "de mentira". ¡Vivan las imperfecciones, que nos hacen humanos!
3:11 AM
Delete
Blogger Coronel Kurtz said...
Ten cuidado con lo de acudir para siempre al quimérico país de los sueños soñados... somo en todos lados, hay buenos y hay malos.
Me gustó el relato. Un saludo
8:04 AM
Delete
Blogger koolauleproso said...
Bienvenido a la "leprosería", Coronel. Me he dado un gaebeo por tu "casa", y desde luego desde hoy seré asiduo.
me gustó lo que vi.
El relato me gustó, de verdad. Leo momentos de esos que hacen tilín, que emocionan porque parecen contar algo nuevo con palabras nuevas.
Empato con el concepto de amor y belleza que interpreto en tu texto. Me gustó, ya digo.
No me gusta tanto la idealización de la mujer de la fotografía, a quien sí conocí hace años, y con quien no me atrevería a soñar, pues soñada por mi, no sería tal sueño, sino pesadilla. Pero esta es sólo una (mi)opinión sesgada e injusta si es tomada como juicio, que no pretende serlo. cada quien con sus experiencias y vivencias. A mi, no me gusta nada, pero nada esta señora.
Hola, koolauleproso:
Aquí puse mi primer comentario en tu cuaderno y aquí regreso.
Me gusta visitar todos los enlaces que planto en mi Jardín de Flores y Capullos (ya habrás imaginado qué rol te tocó a ti, je, je...) pero durante un tiempo lo tengo y tendré difícil, tanto acceder, como comentar.
Algún "problemilla doméstico" relacionado con la salud de alguien querido me tendrá casi, casi ausente, pero no olvido, ya digo a quienes están por casa.
Gracias por el enlace y hasta la próxima, aunque tarde.
:)
Bienvenido a la "leprosería", mosquito, como le digo a todos los nuevos visitantes, en un día gris, aquí en Gijón, y gris en general, pues debido a mi casi legendaria "torpeza cibernética" me he cargado la conexión wi fi, con la que estaba tan contento desde el viernes. Espero que mañana el técnico pueda arreglar el "desastre".
Agradezco los elogios, inmerecidos sin duda, que le dedicas al texto, aunque discrepo de tu valoración de mi querida Charo López.
Siento los problemas que te mantendrán apartado de este mundo de los blogs, que puede llegar a ser tan absorvente.
un abrazo
Publicar un comentario