sábado, 2 de agosto de 2014

OLEZA

A Sirena Varada, ella sabe por qué


También estuve en Orihuela (la imaginaria Oleza del gran Gabriel Miró, en su formidable díptico de "El obispo leproso" y "Nuestro Padre San Daniel", una pequeña ciudad -con catedral y Universidad- donde se suceden las flores, los conventos, y la deliciosa "leche preparada" -leche fría con canela y limón-,  sin duda el mejor antídoto contra el calor).
Aquí estoy, con mi amiga Bego, en el claustro del convento de Santo Domingo, mandado construir por el prócer local, el dominico Fernando de Loazes
El contraste entre el adusto exterior, y el luminoso interior sorprende al espectador:
Un interior que parece reflejar la luz de los amaneceres murcianos:
 

1 comentario:

nuria dijo...

bonita luz,si señor!:)