No se vosotros, pero yo ya estoy
harto de los políticos de ínfimo nivel que dominan este país. La utilización
constante de la mentira más descarnada, de la demagogia más voceras, la
implantación de la impostura casi como modo “normal” de actuación política, la
forma de usar al ciudadano como un “kleenex” (se “promete” lo que sea, se ganan
las elecciones, y luego se gobierna no ya sólo incumpliendo lo prometido, si
no, incluso, haciendo lo contrario –véase el espectacular crecimiento de las
nariz de Marianico “Pinocho” Rajoy tras subir los impuestos, o sobrepasar todas
las “líneas rojas” que nunca, “jamás, jamás” se iban a atravesar en materia de
protección social-).
Pero esto no es nada en
comparación a la sucesión de falsedades, imposturas y exageraciones que nos
regalan diariamente los políticos catalanes, desde esta semana, inmersos en la
campaña electoral más demagógica de la historia reciente. ¿A dónde habrá ido el
tan cacareado tópico del “seny” catalán? Porque ya no es solo el
“Pinocho con barbas”, el inefable registrador de la propiedad en excedencia, ni
su representante en Cataluña, la “Pantoja de Barcelona”, los que mienten y
exageran con dedicación digna de mejor causa, no; Aquí, me atrevería a decir
que es el “geyperman de Las Ramblas”, en acertado “mote” del gran Juan Marsé,
quien supera todos los parámetros de demagogia y deformación interesada de la
realidad, llegando a decir cosas tan pintorescas (lo que no excluye su
originalidad y buen sentido) como que en una Cataluña independiente se elevaría
la esperanza de vida (será por medidas en las que fue pionero como el “euro por
receta” que contribuye objetivamente a que los pensionistas no se atiborren a
medicamentos y, de paso, se ahorren así
problemas gástricos, y, en un futuro, en geriátricos y asistencia a la “tercera
edad”, pues los viejos llevan mal que les quiten sus medicinas y, con un poco de
suerte, se mueren antes, con el considerable ahorro que ello lleva aparejado
¡”chapeau”, Sr. Mas!, algún merecido Premio Nobel le espera).
Entre los dos, ¿en una “tercera
vía”? se sitúa el permanentemente deprimido PSC-PSOE. Si no diesen tanta pena,
podrían ser una alternativa pero, situados en tierra de nadie, parece que se
verán abocados a la irrelevancia tras las elecciones del próximo día 29.
Y, mientras, todos estos niños
juegan a políticos (que si soy el “masías” catalán, que no, que en España
cabemos todos, que si “Viva la moreneta”, que si viva la virgen del pilar, que
si quiero una Cataluña ¡independiente!, pero dentro de la Unión Europea y fuera
de España, que si “España Una, Grande y Libre”) algunos ciudadanos optan por tirarse por las
ventanas o ahorcarse en su frutería, mientras
todos, Cataluña y el resto de España, nos hundimos en la miseria, pero la
alcaldesa de Madrid (sí, la que se fue a relajarse a Lisboa mientras enterraban
a alguna víctima de su disparatada gestión, aquí no dimite nadie) firma a favor
del mantenimiento como tal de un hospital público que su propio partido ha
optado por convertir en geriátrico de lujo para ancianos millonarios.
¡Qué viva España, y la madre que
nos parió!
6 comentarios:
En su Diccionario del Diablo, Ambrose Bierce diserta sobre la definición de:
Patriotismo, s. Basura combustible dispuesta a arder para iluminar el nombre de cualquier ambicioso. En el famoso diccionario del doctor Johnson, el patriotismo se define como el último recurso de un pillo. Con el respeto debido a un lexicógrafo ilustre, aunque inferior, sostengo que es el primero.
Pues, sí. Pazzos: Basura combustible o pillos redomados, darían risa si no esquilmasen nuestros bolsillos con sus banderitas, tan pizpiretas ellas.
Buenas ambas definiciones de patriotismo. Respecto a Mas, Félix de Ázua publica en 'Jot Down Cultural Magazine' un artículo, como suelen ser todos los suyos, muy lúcido y certero. Dice cosas como esta:“Eso sí, es imprescindible que sigas mintiendo como cuando dices “Cataluña, nuevo estado de Europa”, sabiendo que es una estafa para gente que solo lee prensa del movimiento, porque ya han dicho en Bruselas que tendrás que ponerte a la cola e intercambiar tabaco y bebidas con Kosovo. Por eso has de seguir afirmando que te vas de España, para ocultar que de donde te vas, de verdad, es de Europa. Aunque lo más probable es que con esas mentiras no puedas embaucar a más de una generación de ilusos. La siguiente generación, que estará pagando en la nueva moneda (¿el virolai?), se reirá de ti por no haber mentido lo suficiente.
Recuerda que ruina y nacionalismo son las dos fuerzas que dieron el triunfo al totalitarismo en Europa y que solo por ese camino puedes avanzar. Ya has convencido a media población de que su ruina es culpa de los españoles, o sea, de los andaluces, de los gallegos, de los murcianos, y así sucesivamente, todos ellos ladrones. Ahora debes ascender un escalón. Si lees un poco verás que los Grandes Estadistas llega un momento en que tienen que emprender la Gran Marcha, el incendio del Reichstadt, la Marcha sobre Roma, la Noche de los Cristales Rotos, cosas semejantes, pasos decisivos. Solo entonces pasarás de una generación a seis o siete.
Piénsalo, Artur Mas, vuestra Idea se basa en dos pilares: la mentira y la subvención. Eso os hace inestables. Necesitáis un tercer pilar. Ese tercer pilar, el que los vascos no se han atrevido a poner en pie de momento, lo vas a tener que poner tú y pasarás a la historia como el hombre que sacrificó seis generaciones para que Cataluña pudiera salir de Europa. Se lo debes al mundo, se lo debes a la humanidad. Todos los pobres, explotados, aplastados por la injusticia y la tortura, todos los votantes socialistas, por ejemplo, están esperando ese signo en los cielos. Que no te tiemble la mano.”
A mi no me molesta en absoluto que cualquiera se quiera apear de este ¿proyecto? europeo que, caído en manos de unos pocos plutócratas, amenaza con llevarnos a todos a la miseria.
Pero lo que es totalmente incoherente y falaz es esa cantinela de una Cataluña independiente, pero dentro de la Unión Europea. Cuando resulta que, ahora mismo, la independencia de los estados es limitadísima; y todos, España, Portugal, Italia, esa hipotética Cataluña, cedemos nuestra soberanía a esa cosa tan difusa que se hace llamar "mercados". Que se lo pregunten si no al ex-primer ministro griego Papandreu, cuando propuso algo tan razonable como un referendum para aceptar los recortes y sacrificios que proponía Bruxelas y no duró ni dos semanas en el cargo.
¿No estamos ya en la miseria? El ambiente aquí en Cataluña cada vez es más irrespirable, más que en el resto de España, si eso fuera posible.
Todos estamos ya en la ruina. Ni más ni menos
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