Cuando,
por fin, la encontré, las palabras me abandonaron. Había ensayado tantos
discursos, tantas torpes declaraciones de amor (que ahora, de repente, me
parecían ridículas, inapropiadas…).
Y,
sin embargo, cuando el momento tan deseado llegó, y me vi enfrentado a aquella
apabullante belleza morena, pelo muy corto, gafas que velaban un tanto la mirada miope de sus grandes ojos negros , labios
carnosos y húmedos, las palabras que tantas veces me había repetido, escaparon
como alma que lleva el diablo, y no fui capaz a decir nada. Ella me lanzó una
sonrisa asesina. Y no pudiendo ocultar su decepción se marchó sin besarme. Y
así, sin diminutivos cariñosos, se fue.
Ya
no había marcha atrás.
2 comentarios:
La cosa más fácil de hacer (y la más difícil al mismo tiempo) sería decirle "Hola" a la persona que quieres.
Eres un poeta....
Un beso
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