a Lula (el "sexy-blog" continúa) , para que ya no me riña más
Estoy en la biblioteca. Acabo de leer un texto de altísimo contenido erótico. Lo ha escrito ella. Suena el teléfono. Temblando todavía, por los efectos que el escrito me ha producido, acierto a responder. Es ella. Me cuesta reconocerla, su voz entrecortada. Acierto a comprender (con dificultad) un “¿a qué no sabes que acabo de hacer pensando en ti? Acabo de terminar, y ha sido estupendo, estupendo....Todavía tengo el olor en mis manos. ¿Te gustaría...? "
Yo no hago nada. Intento asimilar lo que me acaba de decir, pero ella ya me ha colmado de felicidad.
Estoy en la biblioteca. Acabo de leer un texto de altísimo contenido erótico. Lo ha escrito ella. Suena el teléfono. Temblando todavía, por los efectos que el escrito me ha producido, acierto a responder. Es ella. Me cuesta reconocerla, su voz entrecortada. Acierto a comprender (con dificultad) un “¿a qué no sabes que acabo de hacer pensando en ti? Acabo de terminar, y ha sido estupendo, estupendo....Todavía tengo el olor en mis manos. ¿Te gustaría...? "
Yo no hago nada. Intento asimilar lo que me acaba de decir, pero ella ya me ha colmado de felicidad.
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