Me considero cinéfilo. Desde ese
punto de vista, siempre fui enemigo del doblaje, y dado mi escaso (y
vergonzoso) dominio de idiomas, partidario enfervorecido de la versión original
subtitulada. Con una excepción: mi reverenciado Clint Eastwood. Precisamente,
fagocitando películas del gran Clint en v.o.s.e descubrí que su voz era más
bien mediocre, que prefería la de su doblador habitual para España, Constantino
Romero.
Ayer nos enteramos que, contra
todo pronóstico, Constantino ha fallecido antes que Clint. (Clint tiene 82
años, y Constantino se nos fue ayer con sólo 65)
Descanse en paz. Para siempre nos
quedará su voz privilegiada, grave y excelentemente modulada, de “Harry el
sucio”, despidiéndose con su amenazante, desasosegante, “Vamos, alégrame el día” mientras apunta con
su descomunal “Magnum 357”.
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