jueves, 14 de abril de 2011

14 DE ABRIL



Hoy se cumplen 80 años de la proclamación de la II República española. Fue, a la postre, un periodo muy breve, demasiado breve, pero, sin duda, fue uno de esos momentos verdaderamente ilusionantes de la Historia, violentamente truncado por el golpe de Estado del posterior dictador Franco. Como las actuales revoluciones del mundo árabe, como el 25 de abril portugués, la frustrada República española, llegó en medio de un enorme, imparable caudal de ilusión. Pero también en un mundo (los años 30) especialmente convulso.


Siempre he creído que la Democracia sólo cobraba pleno sentido en un régimen republicano. Monarquía y Democracia son por definición incompatibles. Las llamadas monarquías constitucionales (como la nuestra) estarán siempre contaminadas por lo que yo llamo “estigma de Lampedusa” (por la genial frase de Don Fabrizio en “El Gatopardo”, “algo tiene que cambiar para que todo siga igual”), por el posibilismo y la resignación. No importa demasiado, es cierto (nuestros vecinos portugueses escogieron el camino de la revolución y la República para superar decenios de una dictadura similar a la que sufrimos los españoles, y hoy no se nota demasiado el distinto camino elegido.Sólo, o nada menos, parece una cuestión de dignidad Histórica).



La fecha queda como la de otra derrota. Sólo así puede entenderse para los que creemos que no hay seres humanos intrínsecamente superiores a otros en razón de su cuna, los que nos seguimos sintiendo Republicanos.



Salud y República, amigos

2 comentarios:

Cisne Gaseoso dijo...

Ay, Koolau...

Me recordaste a mi abuela...
Ella me hablaba maravillas de la República. En plena República se casó por lo civil y tuvo a mi padre empezando la Guerra Civil. Cuando Franco tomó el poder, la "obligaron" a casarse de nuevo, por la Iglesia...o mi padre no sería reconocido y, por tanto, figuraría como bastardo sin padres.
Tal y como te lo cuento.
Así que mi abuela, de mala gana, se vistió con traje de chaqueta negro, mi abuelo hizo lo propio, y ambos, con mi padre pequeño debajo del brazo; tuvieron que meterse en una iglesia y casarse de nuevo.

Sólo fue una de las "franquistadas" con los derechos civiles que había logrado la República, y un castigo a quienes fueron fieles a ella, como mis abuelos.

Nos seguimos leyendo.

koolauleproso dijo...

En mi familia hay una historia parecida, Cisne: la de mi tío Elías (recientemente fallecido) y mi tía Eloina (a la que no conocí, pues murió hace muchos años, convirtiendo a mi tío en el viudo más deseado del pueblo). Es posible que haya una historia así en cada familia -al menos del bando perdedor-.