Parece que fue ayer, pero este lunes 4 se cumplió medio año desde que llegué aquí. Ha sido medio año, en líneas generales, muy positivo para mi. Con sus pros y sus contras, desde luego. Entre los primeros: Haber podido conocer a una gente maravillosa; vivir rodeado, cuidado, mimado por un grupo de mujeres extraordinarias (ver mi entrada anterior, “Mi gineceo particular”); haber recuperado, más o menos, mi vida nocturna (en casa, con mis padres ancianos y enfermos, yo mismo me puse un límite horario para llegar a casa y así no molestarlos demasiado); ser dueño de mi vida, tener, por primera vez tras 15, casi 16 años responsabilidades (reconozco que en todo este largo tiempo, desde el accidente, había vuelto, en cierto modo, a la infancia, esa etapa “arcádica” en la que nadie te exige nada demasiado complicado, porque los niños deben dedicarse a aprender y disfrutar, sin que el estigma del “pecado original” los coarte en forma de trabajo y compromisos).
Bueno, pues yo, aunque, como sabéis, soy esencialmente perezoso y comodón, echaba a mis 43 años recién cumplidos el 16 de junio, de menos un poco de “responsabilidad”, sentirme “adulto” de nuevo.
Porque creo, vosotros juzgareis, tener las facultades mentales en perfecto estado, o, al menos, en el “perfecto estado” que pueda tenerlas cualquier otro ser humano de mi edad y condición. En mi caso, parece que la invalidez, no ha afectado en absoluto mi capacidad de raciocinio (o, al menos, eso me gusta creer).
Sin embargo, ¡Ay!, también hay un lado negativo, que no quiero ni puedo obviar, en donde colocaría, en primer lugar, el progresivo deterioro de la salud de mis padres, sobre todo de mi madre (me temo que es “ley de vida” , pero ello no evita, no obstante, que me cause una inmensa preocupación); el reciente fallecimiento de mi compañero aquí, Dani, no por relativamente esperable, menos doloroso (ver mi reciente entrada “Conmoción en la “leprosería”-30 de julio de 2008- ”); y el “inexplicable” despido de dos excelentes trabajadoras aquí, Amina y María, que sumió a todos los residentes aquí en la mayor de las perplejidades, y al que creo ya me he referido en alguna entrada anterior.
Pero, sopesados definitivamente los “pros” y los “contra”, creo que el resultado no puede haber sido más positivo para mí. Si, estoy contento aquí, y aunque, dado mi natural escepticismo, tampoco estoy “como unas castañuelas”, creo que definitivamente este es, dadas mis circunstancias, el mejor lugar, para mi, de los posibles.
Lo seguro es que casi todas aquellas reticencias y temores que expresaba en este rincón hace más o menos medio año, han desaparecido por completo, con el alivio que os podreis imaginar.
Gracias a todos por acompañarme en este "trance", y seguir "aguantandome" después de tanto tiempo.
Sois, no lo dudéis, todo un estímulo.
Sólo un favor más: Segud así.
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9 comentarios:
Koolau, de alguna manera has recuperado tu propia vida. Me alegro, y seguiremos por aquí.
Gracias, Emily
Me alegro mucho de verte tan animado en tu "leprosería", Koolau, y gracias por hacernos partícipes del día a día allí :)
Más me alegro yo, Descon, porque, si soy sincro, hace seis meses, no las tenía "todas conmigo" precisamente.
Más me alegro yo, Descon, porque, si soy sincro, hace seis meses, no las tenía "todas conmigo" precisamente.
El ser humano es lo más frágil que existe: un resbalón en la ducha, un frenazo no dado a tiempo, innumerables enfermedades..., todo esto e infinitas causas más pueden acabar con la vida de una persona. Puede que por estos motivos apreciemos la vida, ya que no la amaríamos tanto si viviésemos mil años como las secuoyas, o tuviésemos siete vidas como los gatos. ¿Cuál es la línea que separa la incertidumbre de la tranquilidad? Es algo que sólo se sabe cuando se atraviesa y se mira atrás. Si la eventualidad nos hace frágiles, en lo que nos ofrece seguridad podemos recuperar las fuerzas y el valor.
Son ya más de seis meses y parece que fue ayer...
Un abrazo, amigo
En fin, y tu que lo digas, querida Sirena
Mi enhorabuena Koolau
Y gracias por desperezarte y escribir, es una buena señal.
Un beso
La verdad es que lo de "desperezarme" a mi me cuesta bastante trabajo. Por eso os necesito de "acicate".
un beso, Eva
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